Airfal es la única empresa española homologada para la fabricación de iluminación ATEX y para que en el sector haya más información sobre sus características y por qué es tan complejo este tipo de producto y su certificación, desde la compañía nos han hecho llegar una entrevista con Carlos Jiménez, responsable de I+d+i de Airfal, que desde Smart Lighting consideramos es interesante al hacer un repaso por el proceso que sigue una luminaria ATEX desde su origen hasta su puesta en el mercado:
¿Qué distingue una luminaria ATEX de una normal?
C.J.: Una luminaria ATEX es aquella destinada a zonas con riesgo de presencia de atmósfera potencialmente explosiva. Al decir que es ATEX, significa que cumple con la directiva europea para materiales e instalaciones en atmósferas explosivas, es decir: “Directiva 2014/34/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de febrero de 2014, sobre la armonización de las legislaciones de los Estados miembros en materia de aparatos y sistemas de protección para uso en atmósferas potencialmente explosivas (refundición) Texto pertinente a efectos del EEE”.
¿Qué proceso se sigue para la creación de una luminaria ATEX?
C.J.: El primer requerimiento nace de la estrategia de producto de la empresa y la demanda del mercado. Se decide qué tipo de atmósfera explosiva se va a desarrollar, la luminaria y el tipo. En función del tipo de zona al que irá destinado el producto, el siguiente paso es acometer el diseño, teniendo siempre delante las normas aplicables. Dependiendo del tipo de protección elegido, aplicarán una, dos, tres normas… además de las normales de las luminarias. Por ejemplo, al modelo Pyros se aplican, la universal de luminarias 605981, y las ATEX 60079-0 y 60079-1.
Una vez que le producto está perfilado y existe un borrador de ficha técnica, se envía a Organismos Notificados Se trata de instituciones públicas o semi-privadas que tienen la delegación de la autoridad competente del Ministerio de Industria de cada país en temas de control y homologación de atmósferas explosivas. Suele existir uno por país, pero en Francia hay dos, en Alemania tres. Una vez el Organismo Notificado (ON en adelante) recibe el borrador de ficha técnica, analiza qué ensayos aplicar y propone una oferta de certificación.
Tras su aceptación, es necesario fabricar los prototipos y enviarlos a hacer lo que se denominan “Ensayos tipo” y que son determinados por cada Organismo Notificado para cada desarrollo. Lo habitual es no pasar estos ensayos a la primera.
Cuando se han pasado los ensayos, comienza la fase de documentación, que normalmente es la más compleja y larga, por la cantidad de requerimientos. En esta fase se debe justificar todo lo que solicita el ON, desde planos del producto a certificaciones de materiales, hojas de datos de cada componente, tipos de pintura utilizada, etc… Posteriormente, es necesario hacer las instrucciones de manejo e instalación de acuerdo con sus directrices.
Si toda la documentación está en orden, el ON emite un borrador de certificado con las características y restricciones que considere aplicaciones. Una vez el fabricante acepta ese borrador, hay que preparar un dossier con toda la documentación por duplicado. Curiosamente es preciso entregarlo en papel para firmar y sellar todas y cada una de las páginas y enviarlas al ON. El Organismo Notificado firma y sella toda la documentación recibida y devuelve una de las copias.
Finalmente envían el “CERTIFICADO de EXAMEN de TIPO”. Con esto se acaba el proceso de certificación, que puede durar dependiendo del producto y el ON, hasta dos años. Es muy importante tener en cuenta que cualquier cambio en el producto debe notificarse al ON y esperar su aprobación antes de introducirlo en el producto.
¿Qué auditorías se deben pasar? ¿Son anteriores o posteriores a la creación de la luminaria?
C.J.: Las auditorías son posteriores a la fabricación y certificación del producto. Una vez el producto se ha certificado, no puedes venderlo aún. Es necesario que pasar una auditoría de “Aseguramiento de Calidad de Fabricación”. Estas auditorías están basadas en la norma EN 80079-34, que a su vez se basa en la ISO 9001. Sigue los mismos puntos que la ISO 9001, pero añade requisitos. En algunos puntos son igual, en otros añade 10-12 requisitos. Las auditorías tienen una periodicidad anual y son una dureza extraordinaria. Las de ISO 9001 son un calentamiento suave en comparación. Una vez pasas la primera, el ON envía una “Notificación de Garantía de Calidad de Producto”. En ese momento ya se puede poner a la venta Es muy importante destacar que estas auditorías son obligatorias para material para las Zonas ATEX 0 y 1.
Cuando se modifica algún componente de las luminarias ATEX, ¿deja de ser ATEX?
C.J.: Como se ha mencionado anteriormente, es necesario firmar todos los documentos que se utilizan a lo largo del proceso. Si cambias un tornillo que no es el documentado, ya no vale la certificación, porque se alteran las características del producto. En el caso de las luminarias de Zona 2 no es tan exigente como en las de Zona 1, pero casi.
Sabemos que hay una normativa que se debe seguir pero, ¿quién estipula esta normativa?
C.J.: La normativa la establecen una serie de Organismos Supranacionales. La Comisión Europea, bajo tutela de la Comisión Electrotécnica Internacional, y a su vez en coordinación con los ON de toda Europa, que se reúnen para ir evolucionando las normas. Existen también los “Comités Normalizadores” compuesto por profesionales de varios organismos.
La llegada del LED ha arrasado todos los ámbitos de la iluminación, ¿cómo ha afectado a la iluminación ATEX?, ¿dificulta aún más su homologación?
C.J.: Sí, el LED dificulta aún más la certificación de las luminarias ATEX. Como de costumbre, la tecnología va por delante de la legislación. Para empezar, los ON han tardado dos años en decidir cómo tratar la luz LED. Y al final no la consideran luz, sino radiación. Lo tratan como algo más cerca de un láser que de una fuente de luz normal.