Un nuevo estudio de campo llevado a cabo en Liubliana (Eslovenia) aporta datos reveladores sobre el papel que juega la iluminación vial en la percepción de seguridad y confort visual de los peatones. Aplicando el enfoque «day-dark», que compara las sensaciones de los usuarios durante el día y tras el anochecer, el experimento concluye que un nivel mínimo de iluminancia horizontal de 1,8 lux es suficiente para lograr un efecto perceptivo positivo significativo.
El trabajo, que analizó doce ubicaciones urbanas y contó con la participación de 35 personas, refuerza la idea de que los niveles mínimos de iluminación tienen mayor impacto en la tranquilidad peatonal que otros parámetros. Estas conclusiones podrían influir en futuros criterios de diseño e instalación del alumbrado urbano.
Una metodología comparativa para entornos reales: el enfoque day-dark
Tras la caída del sol, la iluminación artificial desempeña un papel esencial en la visibilidad, el confort visual y la percepción de seguridad de los peatones. Un diseño, instalación y mantenimiento adecuados del alumbrado público no solo ayudan a prevenir accidentes como tropiezos o caídas, sino que también facilitan la identificación de obstáculos, señales y rostros, mejorando la percepción del entorno y reduciendo la sensación de vulnerabilidad.
Este estudio se centró en la “reafirmación peatonal”, es decir, la sensación subjetiva de seguridad al transitar por espacios iluminados. Investigaciones previas han cuestionado los métodos tradicionales para evaluar esta variable, por limitarse a valorar únicamente la experiencia nocturna sin considerar otros factores contextuales. Como alternativa, se propone el enfoque “día-noche” (day-dark approach), que compara las valoraciones de un mismo lugar durante el día y tras el anochecer, permitiendo aislar con mayor precisión el efecto del alumbrado artificial.

Aplicando este método, estudios anteriores identificaron que una diferencia de 0,5 puntos en la escala de percepción día-noche se corresponde con una iluminancia horizontal mínima de aproximadamente 2,0 lx, siendo esta más determinante para la percepción de seguridad que la iluminancia media.
Aunque la percepción del espacio público también está influida por otros factores —como el espectro y distribución espacial de la luz, el entorno físico o las características personales del peatón—, este trabajo se centra exclusivamente en analizar la relación entre la iluminancia horizontal y la percepción de seguridad. El objetivo es responder a dos preguntas clave:
- ¿Cuál es el nivel óptimo de iluminancia horizontal para reforzar la percepción de seguridad peatonal?
- ¿La iluminancia mínima es un mejor indicador de esa percepción que la media o la uniformidad?
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Resultados obtenidos
El estudio se llevó a cabo en abril de 2022 en Liubliana (Eslovenia), a lo largo de un recorrido urbano de 3,5 km que incluía 12 localizaciones con diferentes tipos de alumbrado y usos urbanos. En cada punto se midieron iluminancia horizontal y luminancia superficial conforme a la norma EN 13201:2015. Treinta y cinco participantes (mayoritariamente hombres de entre 20 y 45 años) evaluaron todas las ubicaciones durante el día y la noche. El estudio fue aprobado por el comité ético de la Universidad de Liubliana y contó con la participación voluntaria y consentida de todos los sujetos.

Los resultados del estudio revelaron diferencias estadísticamente significativas entre la percepción de seguridad, confort visual y riesgo durante el día y después del anochecer. En general, los participantes se sintieron menos seguros (−0,52 puntos), menos cómodos (−0,51 puntos) y percibieron más riesgo (+0,54 puntos) en condiciones nocturnas, lo que confirma el impacto negativo de la oscuridad en la experiencia peatonal.
Durante la noche, se observó una fuerte correlación entre la percepción de confort y seguridad (r = 0,69), más alta que durante el día (r = 0,55), lo que sugiere que ambas sensaciones están estrechamente relacionadas cuando la iluminación es un factor crítico.
El análisis de los 12 puntos evaluados mostró que las mayores diferencias día-noche se produjeron en zonas con iluminación deficiente o inexistente (como L7 y L8), mientras que los espacios mejor iluminados (L10–L12) presentaron las menores diferencias. A través de modelos de regresión, se identificó la iluminancia mínima como el mejor predictor del nivel de seguridad y confort percibido, superando a otros parámetros como la media o la uniformidad. Con un valor de R² = 0,61, fue el único indicador estadísticamente significativo.
Los resultados apuntan a que para lograr un entorno nocturno percibido como seguro y cómodo —con una diferencia día-noche ≤ 0,5 puntos— se necesita una iluminancia mínima de al menos 1,8 lx y una luminancia mínima de 0,15 cd/m². Estos valores se sitúan entre las clases P4 y P3 de iluminación viaria, según la norma EN 13201.
Por el contrario, una diferencia de 1,0 punto, asociada a condiciones como la luz lunar, coincide con iluminancias mínimas cercanas a 0,1 lx, reflejando que otros factores no lumínicos también inciden notablemente en la percepción peatonal en entornos con niveles lumínicos muy bajos.

Limitaciones metodológicas
El estudio presenta algunas limitaciones metodológicas, como la escasa representación de mujeres y personas mayores en la muestra, el uso de una única pregunta por parámetro evaluado y posibles sesgos en el orden de evaluación de los recorridos. Además, no se analizaron factores externos que también podrían influir en la percepción peatonal, como el entorno urbano o la presencia de otras personas.
A pesar de ello, la investigación aporta datos valiosos sobre la relación entre iluminación y percepción subjetiva, y refuerza la importancia de diseñar sistemas de alumbrado público sostenibles, seguros y centrados en la experiencia del usuario.

Conclusión final
Como conclusión final, podemos decir que el estudio demostró que la iluminancia mínima es el factor más determinante para generar sensaciones positivas en peatones durante la noche. En concreto, se identificó que una iluminancia mínima de 1,8 lx es suficiente para reducir la diferencia perceptiva entre día y noche a 0,5 puntos, un umbral considerado aceptable para garantizar confort y seguridad, y coherente con estudios previos realizados en Reino Unido.
Los investigadores apuntan lo siguiente en el paper: “Las implicaciones de estos resultados sugirieron un cambio estratégico en las normas de iluminación, las directrices y las implementaciones de los proyectos hacia la priorización mínima de iluminación y la uniformidad, en lugar de un enfoque combinado en los niveles de iluminación medio y mínimo. Enfatizar la iluminancia mínima podría mejorar significativamente la distribución espacial de la iluminación urbana, mitigando los puntos oscuros, reduciendo la contaminación lumínica y promoviendo la eficiencia energética. Este enfoque no solo se alinea con los objetivos de desarrollo urbano sostenible, sino que también contribuye a crear entornos más seguros, más cómodos y respetuosos con el medio ambiente para los peatones después de la oscuridad”.

Puede acceder al paper completo de la investigación a través del siguiente enlace:
https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/14771535241269699
| Fuentes de imágenes: Unsplash*.
*Imágenes procedentes de bancos de recursos gráficos que no pertenecen a la investigación |


