Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en espacios cerrados, pero en la mayoría de los casos no se tiene en cuenta el factor humano al construirlos. La forma en que los edificios influyen en la salud física y mental, cómo los espacios dan respuesta a las necesidades y funciones básicas, y cómo repercuten en la forma en que el ser humano se relaciona con el entorno son aspectos a menudo ignorados en el proceso de construcción.
Recientemente, el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) organizó la jornada «Habitar Plenamente» en el Colegio de Aparejadores de Madrid para poner de manifiesto la influencia que tiene el espacio construido en nuestra salud física y mental. El objetivo de la jornada era reflexionar más allá del entorno profesional y considerar la responsabilidad que los profesionales tienen en el desarrollo de un hábitat saludable para las personas.
Los expertos que participaron en la jornada destacaron la importancia de comprender cómo funciona nuestro cuerpo para entender qué necesita. La iluminación, los materiales, la distribución y concepción de los espacios son algunos de los factores que influyen en la forma en que nuestro cuerpos se regula. La iluminación artificial, por ejemplo, altera nuestro ciclo del sueño, mientras que la falta de espacios adecuados para comer afecta negativamente a una función tan básica como la nutrición.
La arquitecta Paula Rivas, especialista en Medio Ambiente y Arquitectura Bioclimática por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), destacó la importancia de cubrir desde la Arquitectura las necesidades básicas del individuo para garantizar el bienestar de los individuos como medida preventiva.
Para conseguirlo, la experta apostaba por un mejor conocimiento de nuestro cuerpo y sus necesidades, subrayando la importancia de cubrir desde la Arquitectura las necesidades básicas del individuo: “La luz, los materiales, la distribución y concepción de los espacios, todo influye en nuestra homeostasis, en la forma en la que nuestro cuerpo se regula. La iluminación artificial altera nuestro ciclo del sueño. Acciones como esconder las escaleras tienen repercusión sobre nuestra movilidad, mientras que no disponer de espacios adecuados para comer, por ejemplo, afectan negativamente a una función tan básica como la de nutrirse”, reflexionaba.
Por otro lado, la arquitecta técnica y profesora Carmen Fernández, especialista en movilidad sostenible y accesibilidad en la Fundación ONCE, puso el foco de atención en aquellas personas con necesidades especiales, para las que los entornos construidos plantean barreras que afectan no solo a su movilidad, sino también a su bienestar físico y emocional. Para solucionar estos problemas, Fernández reclamó un diseño consciente y accesible, así como el empleo de herramientas y recursos que mejoren la orientación y la comunicación.
La doctora en Neurociencia, Nazareth Castellanos, directora de investigación del laboratorio Nirakara y cátedra extraordinaria de Mindfulness y Ciencias Cognitivas de la Universidad Complutense de Madrid, destacó la relación entre el cerebro y el resto de los órganos del cuerpo y cómo su estado de salud, sus percepciones y el impacto que el entorno tienen sobre los mismos también se reflejan en nuestra forma de comportarnos y de relacionarnos con el entorno. La luz, el olor (y su capacidad para activar la memoria) e incluso la digestión son factores que influyen en la salud y bienestar del individuo y en la relación entre cuerpo y espacio.
“Hoy la neurociencia está reconociendo la importancia que tiene el cómo somos conscientes de nuestro propio cuerpo; cómo habitamos; las sensaciones que surgen; la relación que tenemos sobre lo que nos rodea; el impacto que tienen los demás sobre nosotros mismos, etc. Asumimos que el cerebro es un sistema en constante interacción con lo que pasa dentro de nuestro organismo y lo que sucede fuera”, concluía Castellanos
Los expertos coincidieron en que la accesibilidad y el diseño van de la mano, pero se necesita más formación y empatía por parte de los profesionales del sector de la edificación. Además, durante el encuentro, también se reclamó la naturalización de nuestro día a día, volviendo a la esencia del ser humano.
El presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, Alfredo Sanz, destacó que «nos está superando nuestra forma de vida actual» y planteó la pregunta «si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?».
Fuente de imágenes: Imágenes aportadas por el CGATE