Investigadores de la Universidad de la Columbia Británica, han encontrado una forma económica y sostenible de construir células solares utilizando bacterias que convierten la luz en energía. El resultado es una célula solar que funciona de manera eficiente tanto para condiciones de alta luminosidad como de luz tenue. Esta innovación podría ser un paso hacia una adopción más amplia de la energía solar en lugares del norte de Europa, donde los cielos cubiertos son comunes.
Los esfuerzos anteriores de construir células solares biogénicas, es decir, células solares hechas a partir de organismos vivos, se han centrando en extraer el tinte natural que las bacterias usan para la fotosíntesis. Se trata de un proceso costoso y complejo que involucra elementos tóxicos que pueden causar que el colorante se degrade.
El enfoque de los investigadores de la UBC, fue completamente distinto. Diseñaron genéticamente bacterias E.coli para producir grandes cantidades de licopeno, un colorante que le da por ejemplo a los tomates su color rojo-anaranjado, y es particularmente efectivo para captar luz y convertirla en energía. Los científicos cubrieron la bacteria con un mineral que podría actuar como un semiconductor, y aplicaron esta mezcla a una superficie de vidrio.
Con la capa de vidrio actuando como un ánodo en un extremo de la célula, generaron una densidad de corriente de 0,686 miliamperios por centimetro cuadrado, una mejora sobre los 0,362 logrado por otros en campo.
“Hemos registrado la densidad de corriente más alta para una célula solar biogénica”, comentó Vikramaditya Yadav, profesor del departamento de ingeniería química y biología de la UBC, quién dirigió el proyecto. “Estos materiales híbridos que estamos desarrollando pueden fabricarse de manera económica y sostenible, y con una optimización suficiente podrían funcionar con eficiencias comparables a las células solares convencionales”
Los ahorros en los costes son difíciles de estimar, pero Yadav estima que el proceso reduce el coste de la producción de tinte en una aproximadamente una décima parte. El santo grial, concluyó Yadav, sería encontrar un proceso que no mate a las bacterias, por lo que podrían producir tintes de manera indefinida.
La investigación ha sido publicada en la edición más reciente de la revista Small:
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/smll.201800729