Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Lehigh, junto con colegas del Lafayette College y la Universidad de Denver Colorado, ha llegado a la conclusión de que la contaminación lumínica puede aumentar la probabilidad de nacimientos prematuros. Adicionalmente, también encontraron evidencias en cuanto a la reducción de peso de los bebés al nacer así como la reducción de la duración gestacional.
El resplandor luminoso nocturno es una de las formas más generalizadas de contaminación lumínica. Al aumentar los niveles de iluminación por la noche procedentes entre otras fuentes farolas, así como de la publicidad al aire libre o edificios, reduce la capacidad de ver el cielo oscuro y las estrellas. Los autores del estudio han encontrado que este tipo de contaminación podría conducir a problemas de salud, particularmente para las mujeres embarazadas.
“Descubrimos que el aumento de la contaminación lumínica está relacionado con problemas que afectan a la salud. En las mujeres embarazadas, esto incluye una mayor probabilidad de dar a luz a un bebe de menor peso, una duración de la gestación más corta y un aumento en los nacimientos prematuros”, explica Laura Argys, profesora de Economía de la Universidad de Colorado Denver y una de las autoras del estudio.
El sueño y su influencia en los partos
El estudio se fundamenta en la suposición, basada en la literatura científica, del impacto de la contaminación lumínica en los resultados adversos en el nacimiento, posiblemente a través de la pérdida del sueño causado por las alteraciones del ritmo circadiano.
Los trastornos del sueño durante el embarazo son un importante y generalizado problema. El embarazo requiere de suficiente sueño para el desarrollo del feto y la resistencia necesaria para el proceso del parto. Hay varios estudios que muestran una fuerte correlación entre el sueño y los resultados del parto. En particular, la privación del sueño durante el embarazo se ha identificado como un factor de riesgo para el parto prematuro.
Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los EE.UU (CDC), los bebés nacidos de forma prematura tienen más tasas de muerte y discapacidad. En 2018, el nacimiento prematuro y el bajo peso al nacer representaron aproximadamente el 17% de las muertes infantiles (muertes antes de un año de edad).
Es por ello que los investigadores se han propuesto abordar este problema, analizando la relación entre la contaminación lumínica y la salud fetal, valiéndose de datos poblacionales así como datos disponibles de exposición a iluminación artificial nocturna en zonas urbanas.
Efectos de la contaminación lumínica sobre la duración de la gestación y el parto prematuro
Para abordar este problema, los investigadores obtuvieron los datos de registros de nacimientos ocurridos en New Jersey entre 2011 y 2015 ofrecidos por el Departamento de Salud de New Jersey (NJDOH). Estos datos proporcionan una información precisa sobre el peso de los bebés al nacer, el bajo peso al nacer (definido como un peso inferior a los 2500 g), la duración de la gestación y así como información relevante de la madre, donde se incluye su código postal de residencia.
Los datos relacionados con el resplandor del cielo nocturno se obtuvieron a través de la iniciativa de ciencia ciudadana, LON. El proyecto LON se basa en la colaboración del público general para obtener datos sobre el resplandor nocturno del cielo a través de una aplicación móvil. Específicamente, la aplicación recoge datos sobre la denominada “Naked Eye Limiting Magnitude” (NELM) desde la ubicación de cada usuario. La NELM se define como el brillo de la estrella más tenue que un ser humano puede ver a simple viste, y fue introducida por los astrónomos como una medida del brillo del cielo. Cuanto más alta sea la medida NELM, más estrellas podrá ver un ser humano a simple vista, lo que indica menos brillo del cielo y un cielo nocturno más oscuro. El funcionamiento sería el siguiente: la aplicación móvil LON utiliza el mapa del cielo de Google para pedir a sus usuarios que busquen estrellas específicas en el cielo. Si se puede ver una estrella, la aplicación pide al usuario que busque una estrella más tenue. Si no se puede encontrar, la aplicación pide al usuario que busque una estrella más brillante. Repitiendo este ejercicio para mejorar la precisión, la aplicación móvil LON registra e informa al usuario del valor del NELM para la ubicación del usuario.
Con estos datos se realizó una estimación del impacto de la contaminación lumínica en los nacimientos a través de un modelo de regresión basada en una regularidad empírica descubierta en la física llamada Ley de Walker. Esta ley es una es una variante de la llamada ley del cuadrado inverso en física, que establece que la intensidad de una cantidad física es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia desde la fuente de esa cantidad física. Es decir, el brillo del cielo que surge de fuentes de luz artificiales cae abruptamente con la distancia de la fuente de luz, debido a los efectos geométricos caracterizados por una ley cuadrada inversa en combinación con la absorción atmosférica. Los investigadores utilizaron la Ley de Walker para obtener una predicción del brillo del cielo en el código postal residencial de la madre.
Al relacionar los datos del proyecto LON con los registros de nacimientos de NJDOH, los investigadores encontraron pruebas de una reducción del peso al nacer, una reducción de la duración de la gestación y un aumento de los nacimientos prematuros (definidos como una duración de gestación inferior a las 37 semanas) asociadas con el aumento de la luz del cielo. En concreto, la probabilidad de un parto prematuro podría aumentar en aproximadamente 1,48 puntos porcentuales, como resultado del aumento de la luminosidad nocturna.
“Mientras que un mayor uso de la luz artificial en la noche a menudo se asocia con una mayor prosperidad económica, nuestro estudio destaca el beneficio de la oscuridad para la salud de las personas. Debemos darnos cuenta de que el reloj biológico (es decir, el ritmo circadiano) de un cuerpo humano necesita la ‘oscuridad’ como parte del ciclo luz-oscuridad, para regular eficazmente las funciones fisiológicas, como el sueño”, explica Muzhe Yang, coautor del estudio y profesor de economía en la Facultad de Negocios de Lehigh.
Los investigadores esperan que esta investigación estimule un debate activo para que se aborden de forma seria las regulaciones relativas a la contaminación lumínica. Puede consultar los detalles de la investigación el PAPER recientemente publicado:
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1002/soej.12477