Cada vez se habla más de la “economía circular”, un concepto que, básicamente implica el intento de erradicar los residuos no solamente de los procesos de fabricación como se hace a través del “lean management” sino sistemáticamente a lo largo de los ciclos de vida y de uso de los productos y sus componentes. McKinsey & Co. recientemente publicó un informe en el que Frans Van Houten, CEO de Philips explica como esta práctica está cambiando la forma en que el gigante de la iluminación responde a las demandas de un mercado cada vez más consciente de la necesidad de salvaguardar el medio ambiente.
Desde la concepción original del producto se piensa en cómo se reutilizarán sus residuos en nuevos procesos de producción lo que reducirá los flujos de estos residuos y conducirá a las empresas a una mayor retención del valor de las materias primas, de la energía y mano de obra que fueron utilizados en este producto. Pocos fabricantes eléctricos han hecho suya esta práctica de forma abierta aunque no han faltado los experimentos en esta línea en los laboratorios de I+D de muchos de ellos.
Economía circular genera márgenes superiores
McKinsey & Co. ha realizado informes recientemente de cómo las empresas están adoptando y aplicando la idea de la economía circular y destaca un artículo de Frans van Houten, CEO de Philips, quien habla de cómo esta idea está propiciando grandes cambios en Philips Lighting.
Ya hace dos años que Philips decidió integrar la economía circular en su visión estratégica, tanto por necesidad competitiva como por la convicción de que las compañías que sean capaces de resolver el problema de la escasez de recursos tendrán una ventaja. Van Houten cree que los consumidores considerarán cada vez más el buen uso de los recursos naturales en sus decisiones de compra y darán preferencia a las compañías que muestren un comportamiento responsable en este sentido. Pero además está convencido de que contrariamente a lo que se piensa, la economía circular no supone un mayor coste para la empresa sino que puede producir ahorros significativos y generar márgenes superiores.
Iluminación como un servicio de inicio a fin
En nuestro negocio de la iluminación, por ejemplo, los rápidos avances de la tecnología y la crisis económica propiciaron que tanto las empresas como los clientes municipales fueran reacios a hacer grandes inversiones. Esto nos llevó a considerar la iluminación como un servicio de inicio a fin.
Es por ello que para los clientes corporativos ahora vendemos la iluminación como un servicio: los clientes solo nos pagan por la luz, y nosotros nos encargamos del riesgo tecnológico y de la inversión. En muchos casos, también retiramos y nos llevamos el equipo cuando es el momento adecuado para reciclar los materiales o para realizar una mejora de prestaciones para su reutilización. Operamos del mismo modo con los clientes municipales: ahora tenemos instalaciones de alumbrado público en Singapur y, más recientemente, un contrato en Buenos Aires . En estos proyectos, instalamos el equipo, lo mantenemos y aseguramos que funcione durante un muy largo periodo de tiempo, estando presentes a lo largo de todo el ciclo de vida del producto hasta su vuelta al proceso productivo a través del reciclado.
Y los beneficios son sustanciales pero van más allá de los derivados de una tecnología más eficiente: el ahorro de energía es de entre un 50 y un 70 por ciento, dependiendo de la instalación, por lo que los clientes nos pueden pagar una vez que generen esos ahorros. Por otra parte, por ejemplo la tecnología LED que instalamos actualmente tiene cinco veces la vida útil de las luces convencionales- lo que a su vez, implica unos costes mucho más reducidos de mantenimiento y operación para nosotros. Estamos dotando a estas luminarias LED de capacidades de inter- conexión para en esencia permitir a la comunidad ajustar la iluminación dependiendo de las circunstancias y dar a los clientes un mayor control. Este tipo de innovaciones y el involucrarnos en esta economía circular nos ayudan a alejarnos de la mera venta de productos e ir hacia la venta de soluciones de mayor valor.
Un necesario cambio de mentalidad
Para que la economía circular funcione, deben operarse muchos cambios. Por ejemplo en el cliente municipal de alumbrado público, el pensamiento en torno al proceso de licitación tiene que cambiar. Estos clientes están acostumbrados a mirar el precio de compra inicial, no el coste total de propiedad y el impacto ecológico de todo el proyecto incluido su reciclado. Al final de la vida útil de estos aparatos, un cambio de la propiedad o titularidad de los sistemas de alumbrado también es complicado, ya que a menudo se deben abordar asuntos legales con los gobiernos municipales.
Funcionar de esta nueva forma también implica desafíos en el suministro. Necesitamos que los productos vuelvan a nosotros. En este sentido, reciclar las farolas es bastante simple, estas no se mueven pero las lámparas de consumo son otra historia. Aquí trabajamos con nuestros socios para organizar su recolección, pero aún así es muy difícil. En la actualidad, en Europa recuperamos alrededor del 40 por ciento de nuestras lámparas, de las cuales 85 por ciento son recicladas para su reutilización.
Diseñando a 15 años vista
Del mismo modo internamente debemos cambiar nuestra mentalidad. No podemos pensar en diseñar productos de usar y tirar que además entreguemos al cliente sin más sino que debemos pensar en diseñar productos que a lo largo de su vida sean susceptibles de ser mejorados y actualizados además de ofrecer facilidad de mantenimiento y la posibilidad de que sus materiales y componentes puedan ser reutilizados. Nuestra mentalidad se debe colocar a 15 años vista en la línea del tiempo, y no quedarse aquí y ahora, lo que nos obliga a pensar en una forma circular de principio a fin a lo largo de todo el proceso implicando a proveedores y fuerza de ventas.
Otras compañías que practican la economía circular
Según el informe de McKinsey & Co., otras compañías que aplican este concepto incluyen a Hendrix Wire & Cable y el fabricante de iluminación LED FineLite. Es demasiado pronto para asegurar que el enfoque de economía circular se convertirá en una idea central en la fabricación de productos eléctricos, pero si las previsiones de las limitaciones de recursos y el aumento del coste de los residuos resultan ser ciertas, podría cobrar un papel muy importante.