El desarrollo de materiales fluorescentes de color regulable con composiciones químicas sencillas y fáciles de sintetizar es todo un reto que actualmente no se ha conseguido realizar. Una nueva investigación de la Universidad de Ciencia y Tecnología ETH Zürich parece haber encontrado el método para lograrlo. Los investigadores desarrollaron un sistema modular basado en polímero que consigue una producción sencilla y barata de tintes fluorescentes.
Los nuevos tintes fluorescentes surgidos de este nuevo método, son relativamente sencillos y baratos de producir. Se trata de polímeros de estructura modular. Constan de un número diferente de subunidades en función de su color. Las subunidades utilizadas son moléculas químicamente sencillas que están disponibles en el mercado o que los químicos pueden producir en un solo paso de reacción.
Ahora, los científicos dirigidos por Yinyin Bao han logrado utilizar el nuevo método para producir una amplia gama de colores, incluido el rojo, que antes era difícil de producir. Junto con científicos de la Universidad RMIT de Melbourne, el equipo desarrolló algoritmos de inteligencia artificial que ayudan a decidir qué subunidades de moléculas se necesitan y en qué cantidad para un color concreto.
Entre las posibles aplicaciones de las tintas fluorescentes figuran las tintas de seguridad activadas por UV para billetes, certificados, pasaportes o para encriptar información. El método también puede utilizarse para producir tintas que cambien de color tras una iluminación UV prolongada.
Los resultados de la investigación, publicados en la revista científica Chem, muestran la efectividad del método con el desarrollo de dos tintas fluorescente inicialmente rojas, una de las cuales se vuelve azul tras varios minutos de iluminación UV, mientras que la otra permanece roja. Esta propiedad también puede utilizarse para elementos de seguridad.
Otras aplicaciones de las nuevas moléculas fluorescentes son las plantas de energía solar, o algún día podrían combinarse con moléculas semiconductoras para producir diodos orgánicos emisores de luz (OLED) de bajo coste para pantallas.
Créditos de imagen: ETH Zurich