La contaminación ambiental es una cuestión importante que abordan las políticas de la mayoría de ciudades europeas, y el transporte está siendo un claro objetivo también. En Alemania, por ejemplo, se ha desarrollado un sistema de etiquetas verdes, amarillas y rojas, y en Londres pronto habrá sanciones más severas en lo que a transporte se refiere. Sin embargo, en vez de poner multas, ¿no sería mejor centrarse en mejorar realmente la experiencia de transporte y dar prioridad a las mejores opciones?
Cuando preguntamos a los viajeros europeos sobre sus principales razones para elegir una opción de transporte, descubrimos que el coste del viaje y el respeto al medioambiente son fundamentales cuando deciden qué transporte utilizar, además de la comodidad y la rapidez.
El coche sigue siendo el método de transporte preferido
Para la mayoría de los ciudadanos la comodidad y la velocidad son muy importantes. Este fenómeno se da en todos los medios de transporte, y ayuda a explicar por qué los coches siguen siendo una de las opciones de viaje más populares en Europa, a pesar de que muy poca gente piensa que sean medios ecológicos o poco costosos.
El 95% de los viajeros prefiere utilizar el coche, ya que les parece el medio de transporte más cómodo. Por eso está claro que las soluciones medioambientales que los proveedores de servicios de transporte son capaces de ofrecer no serán aceptadas fácilmente en cualquier ciudad, a menos que puedan hacer frente a las exigencias de comodidad y rapidez.
Por supuesto que el transporte público puede ser rápido, práctico y ecológico. Pero para llegar a ese punto, aún queda mucho por hacer para entender los desplazamientos de las personas, y que así los urbanistas puedan ofrecer las decisiones más adecuadas y sostenibles.
Con todos estos datos podemos ver que para todos aquellos que buscan promover la expansión de un modo más ecológico de transporte en su ciudad, éste debe ser al menos tan rápido y cómodo como el coche. La clave está en ofrecer a los ciudadanos la posibilidad de elegir entre varias opciones.
¿Son las opciones ecológicas mejores?
Es importante recordar que las personas tienen diferentes necesidades de transporte en diferentes momentos. Algunos días sólo podrán ir en coche. Otros, siempre y cuando exista una red de transporte más frecuente o con mejores conexiones, el uso del metro o el autobús puede ser igual o más viable que el coche. Si los urbanistas son capaces de recopilar y presentar datos precisos y actualizados sobre los medios de transporte de su ciudad, podrán facilitar esta última opción y ofrecer una experiencia mejor y más ecológica.
La comunicación y la precisión de los datos son factores fundamentales que dependen de dos cosas: la continua y correcta recopilación de los datos que ofrecen sistemas como los torniquetes, los semáforos, los sensores de carretera o los parquímetros entre otros; y el envío de esta información directamente al consumidor. Todo ello puede llevarse a cabo a través de, por ejemplo, una aplicación de planificación de la movilidad que puede mostrar las opciones de viaje, los horarios, los precios, y otra información, y que permite viajar de formas mucho más inteligentes, dependiendo de las necesidades personales que se den en cualquier viaje.
Imagina que tienes la capacidad de revisar y ajustar el precio del metro, o de las plazas de aparcamiento de tu ciudad, basándote en la congestión del tráfico prevista, el uso anticipado de ese día o los niveles de calidad del aire. Imagina cómo sería hacer diferentes ofertas a diferentes personas en diferentes días. Junto con una red de transporte público bien financiado, los urbanistas podrían informar rápidamente a los usuarios y diversificar las opciones de transporte de tal manera que se garantice rapidez, comodidad y reducción de las emisiones de carbono.
Esta es la promesa de la captura y analítica de datos de las ciudades. Así es como podemos igual el uso del coche y del transporte público un uso de coches y transporte equitativo, y construir una mejor experiencia de transporte para los viajeros, conseguir que nuestras ciudades sean más habitables y alcanzar los objetivos de las políticas ambientales.
Por Richard Harris, director de soluciones para la división de Sector Público Internacional en Xerox