La intersección entre la luz y la salud es un camino cada vez más entrelazado revelando conexiones que apenas comenzamos a comprender. En smartlighting, hemos sido testigos y narradores de esta evolución, compartiendo con nuestros lectores una variedad de artículos que exploran esta fascinante convergencia desde múltiples ángulos. Desde el impacto de la luz azul en nuestros ciclos de sueño hasta los efectos terapéuticos de la luz en trastornos del estado de ánimo o distinto tipo de enfermedades, nuestro compromiso ha sido siempre el de arrojar luz sobre cómo los últimos descubrimientos científicos están dando forma a un nuevo tipo de iluminación.
En este contexto, un nuevo estudio publicado en el Journal of Biophotonics nos muestra el potencial efecto transformador de la luz roja en la regulación del azúcar en sangre, ofreciendo una nueva esperanza para el control de la diabetes.
La investigación, liderada por el Dr. Michael Powner, Senior Lecturer en Neurobiología en la Escuela de Ciencias de la Salud y Psicológicas de City, junto con el Profesor Glen Jeffery, Profesor de Neurociencia en el Instituto de Oftalmología de la UCL, explora cómo una exposición de tan solo 15 minutos a luz roja de 670 nanómetros (nm) antes de la ingestión de glucosa puede reducir significativamente los niveles de azúcar en sangre en individuos sanos.
El impacto de la luz roja en las mitocondrias
La investigación destaca cómo la luz roja estimula la producción de energía dentro de las mitocondrias, conocidas como las centrales eléctricas de nuestras células. Al aumentar la absorción de glucosa, la luz roja llevó a una reducción del 27.7% en los niveles de glucosa en sangre después de la ingesta de glucosa y disminuyó el pico máximo de glucosa en un 7.5%.
Este hallazgo es particularmente relevante dado el papel crucial que juegan las mitocondrias en los procesos celulares vitales, utilizando oxígeno y glucosa para producir el Adenosín Trifosfato (ATP), la molécula portadora de la energía primaria para todas las formas de vida. Investigaciones previas han demostrado que la luz de longitud de onda larga, aproximadamente entre 650-900 nm, puede incrementar la producción mitocondrial de ATP, lo cual, a su vez, mejora la salud y la longevidad en animales al reducir los niveles de glucosa en sangre.
Para explorar el impacto de la luz roja de 670 nm en la glucosa en sangre, los investigadores reclutaron a 30 participantes sanos, que luego fueron aleatorizados en dos grupos: 15 en el grupo de luz roja de 670 nm y 15 en el grupo de placebo (sin luz). No tenían condiciones metabólicas conocidas y no estaban tomando medicamentos.
Luego se pidió a los participantes que hicieran una prueba oral de tolerancia a la glucosa y registraran sus niveles de glucosa en sangre cada 15 minutos durante las siguientes dos horas. Las personas que recibieron exposición a la luz roja 45 minutos antes de beber glucosa mostraron un nivel máximo reducido de glucosa en sangre y una reducción de la glucosa en sangre total durante las dos horas. En concreto, una sola exposición de 15 minutos a 670 nm reduce significativamente la glucosa en sangre.
«Está claro que la luz afecta a la forma en que funcionan las mitocondrias y esto afecta a nuestro cuerpo a nivel celular y fisiológico. Nuestro estudio ha demostrado que podemos usar una sola exposición de 15 minutos a la luz roja para reducir los niveles de azúcar en la sangre después de comer”, afirma el Dr. Power.
Aunque el estudio se realizó en individuos sanos, la técnica, por ser no invasiva y no farmacológica, posee un potencial significativo para impactar en el control de la diabetes postprandial. “Esto se debe a su capacidad para reducir las fluctuaciones dañinas de la glucosa en sangre que contribuyen al envejecimiento, así como ayudar a reducir los picos de glucosa potencialmente dañinos en el cuerpo después de las comidas”, detalla Power.
Preocupación por la luz azul
Los investigadores también señalan en el estudio las posibles consecuencias a largo plazo de la exposición prolongada a la luz azul, emitida predominantemente por la iluminación LED, sugiriendo que podría representar un problema de salud pública. Esto se debe a la disminución de la función mitocondrial y la producción de ATP asociada con la falta de luz roja en nuestro entorno lumínico actual.
«La luz del sol tiene un equilibrio entre el rojo y el azul, pero ahora vivimos en un mundo donde la luz azul es dominante porque, aunque no la vemos, las luces LED son dominantes en azul y casi no tienen rojo. Esto reduce la función mitocondrial y la producción de ATP. Por lo tanto, nuestros entornos internos están hambrientos de rojo. La exposición a largo plazo a la luz azul es potencialmente tóxica sin rojo. La luz azul en su propio impacto afecta gravemente a la fisiología y puede generar azúcares en la sangre alterados que, a largo plazo, pueden contribuir a la diabetes y socavar la salud. Antes de 1990, todos teníamos luz incandescente, que era buena porque tenía un equilibrio de azul y rojo similar al de la luz solar, pero el cambio a LED en una población que envejece puede ser una bomba de relojería para la salud. Esto puede corregirse en parte pasando más tiempo a la luz del sol», señala el profesor Jeffery.
Puede acceder al paper de la investigación a través del siguiente enlace:
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/jbio.202300521
Imágenes: Freepik – Dall-E – Unsplash