El estudio de arquitectura con sede en londres, Flow Architecture, junto con Magrits, han sido los encargados de reconstruir una casa adosada victoriana situada en las tranquilas calles de Kensington, Londres. El proyecto ha consistido en la demolición y reconstrucción prácticamente total de la vivienda existente, un gran casa de cuatro pisos construida originalmente en 1851.
Desafiando la forma tradicional de residir en viviendas históricas, el proyecto responde a las necesidades de una familia insatisfecha con la mala calidad de luz dentro del edificio y al diseño victoriano altamente compartimentado. La planificación espacial fue impulsada para maximizar el potencial del luz natural y la fluidez de los espacios habitables, con el fin de acomodar los requisitos de funcionalidad y confort del cliente, así como dar cabida a su creciente colección de arte.
“El nombre de Light Falls expresa perfectamente el alma de la casa. El efecto en cascada de la luz natural, llevado de forma vertical al centro del edificio, anima los espacios interiores y disuelve la frontera entre los espacios exteriores e interiores”, explica el equipo de diseño.
Ubicada dentro del Área de Conservación de Abingdon, la casa está sujeta a una serie de restricciones de planificación, que dictan que su apariencia externa deba preservarse en gran medida. Las características del diseño se concentran en el núcleo del edificios, y la reorganización gira en torno a un nuevo patio interior que actúa como un centro visual para los espacios. Junto al patio, una serie de espacios de doble altura amplifican el efecto de las vistas transversales de todas las viviendas. Del mismo modo, la escalera se abre completamente hacia la sección inferior de la casa para organizar la secuencia de las áreas de entretenimiento.
La luz natural juega un papel clave en el proyecto: dos grandes tragaluces se colocan en la parte superior del patio y la escalera abierta para mejorar la permeabilidad del edificio. Como resultado, la abundante luz natural llena el corazón de la vivienda, esculpiendo volúmenes y creando una serie de efectos fascinantes.
El comedor cuenta con un acceso directo al jardín. Las puertas panorámicas se abren hacia una generosa terraza marcada por la presencia de un gran nogal. Aquí, las paredes están revestidas con paneles de hormigón reforzado con vidrio (GRC) que se doblan para formar un banco curvo y las escaleras hacia el jardín, creando un conexión visual con las línea dinámicas de los interiores.
Dentro del proyecto los métodos y materiales de construcción tradicionales se han combinado con soluciones más innovadoras, como los paneles GRC en el jardín y la serie interna de piezas de carpintería diseñadas a medida.
Con su tratamiento escultural pero fluido, los huevos verticales del patio y la escalera abierta ofrecen conexiones visuales espectaculares e inesperadas dentro de la casa, vertiendo abundante luz natural en la vivienda. El resultado es una fuerte conexión visual con el exterior, con el sol proyectando matices siempre cambiantes en las paredes encaladas de la vivienda.
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