informe pwc/ La innovación será una palanca fundamental para impulsar el crecimiento en los próximos cinco años.
Crecimiento e innovación cada vez están más estrechamente unidos. Si hace pocos años los ejecutivos de las empresas de todo el mundo apoyaban el desarrollo de su negocio en el fenómeno imparable de la globalización, la palabra clave en la que confían ahora los directivos de las organizaciones para impulsar y acelerar su crecimiento es la innovación.
Así, el 20% de las empresas más innovadoras del mundo elevarán sus ingresos un 62% en los próximos cinco años, un porcentaje que triplica el crecimiento de ventas estimado (+20,7%) para el 20% de las compañías menos innovadoras. Asimismo, en los grupos más innovadores el incremento medio de los ingresos se duplicará en este periodo (+35%).
Ésta es la principal conclusión de la Encuesta Mundial de Innovación 2013, elaborada por el grupo de servicios profesionales PwC, que recoge las opiniones de 1.757 ejecutivos de empresas de más de 25 países y de 30 sectores de todo el mundo, incluida España, sobre el papel que juega la innovación en sus compañías.
Según explica Raquel Garcés, socia de PwC y responsable de Innovación para España, “estos datos toman fuerza en nuestro país, ya que el 100% de las empresas españolas entrevistadas –frente al 88% mundial– considera la innovación como un componente importante o muy importante para lograr éxito en su negocio de aquí a cinco años”.
En un contexto de crisis económica mundial, que también genera oportunidades para las ideas novedosas, “además de la eficiencia operativa y la reducción de costes, una de las grandes preocupaciones de los equipos directivos ahora es la apuesta por la innovación”, indica Garcés.
Tres niveles de innovación
La innovación en una empresa tiene tres escalones. El primero supone introducir cambios en un producto o servicio ya existente, con el objetivo de mantener cuota de mercado frente a la competencia y defender los márgenes. Las empresas del sector suelen responder con gran rapidez a estas iniciativas, por lo que las innovaciones no representan saltos importantes de valor añadido.
En un segundo nivel, según explica el estudio mundial elaborado por PwC, se encuentran las innovaciones sustanciales, de mayor alcance, porque representan cambios tecnológicos y de modelo de negocio que sí otorgan ventajas competitivas. Las sociedades que presentan este tipo de innovaciones suelen obtener una mejora importante de sus ingresos y resultados.
Y en el escalón superior se encuentra “la innovación radical, que supone crear un mercado que no existía, ya que se crea un nuevo concepto”, según explica Garcés. Este tipo de innovaciones no son muy frecuentes, pero podrían estar encarnadas, por ejemplo, con descubrimientos como el que representó en su día la máquina de vapor y, más recientemente, con un nuevo concepto como la tableta, lanzada por la tecnológica estadounidense Apple.
Es en estos dos últimos niveles donde la innovación aporta realmente ventajas competitivas a las empresas que los desarrollan.
Estrategia y objetivos
Como paso previo para culminar un posible éxito comercial, “las compañías deben fijar una estrategia clara y coherente, de forma que estén perfectamente definidos los objetivos, y los métodos y acciones para conseguirlos”, afirma la socia de la firma de servicios profesionales.
Asimismo, según se desprende del estudio, las empresas deben fomentar una cultura participativa en la plantilla, donde se valore y retenga el talento, se gratifiquen las aportaciones novedosas y se ejerza un liderazgo en el área que fomente un entorno de trabajo en el que sea factible asumir riesgos para intentar modificar el estatus quo en un negocio o mercado.
Por otra parte, como las buenas ideas no siempre surgen dentro de la propia organización, las corporaciones deben establecer canales de colaboración con socios estratégicos, clientes, proveedores e, incluso, empresas rivales. “Las incubadoras y las venture capital son otras fórmulas de colaboración para transformar las ideas en resultados”, afirma Raquel Garcés.
La socia de PwC destaca la “necesidad de contar con un presupuesto específico para innovación” y añade que las empresas pueden disfrutar de incentivos fiscales y de programas de financiación pública para esta actividad.
España
Respecto a las conclusiones del estudio relativas al mercado español, en el que han participado ejecutivos de unas 70 compañías, un 79% de las sociedades afirma que ha implantado estrategias de innovación, lo que supone una cifra relevante. No obstante, el presupuesto que dedican a estas labores continúa siendo todavía muy bajo.
Según el estudio, sólo el 45% de las sociedades dedica entre el 1% y el 5% de sus ingresos a innovar, por debajo de países como Alemania (61%) y Francia (54%), entre otros.
En relación con las áreas a las que las compañías españolas dedicarán sus mayores esfuerzos en materia de innovación durante los próximos doce meses destacan cuatro: un 29% se destinará a productos (igual porcentaje que a nivel mundial), un 17% a tecnología (20% en el mundo), el 17% a modelos de negocio (frente a un 10% de media mundial) y un 9% a sistemas y procesos (10% en el mundo). Para esto las compañías deben fijar una estrategia clara para lograr unos objetivos bien definidos
Actualmente un 79% de las empresas españolas ha implantado una estrategia de innovación.