El pasado martes 09 de abril, la Comisión Europea publicó el cuarto informe del Estado de la Unión de la Energía, donde se hace un balance de los progresos realizados hacia la construcción de esta unión energética y donde se muestran los problemas y retos que necesitan mayor atención. Estos informes son una importante herramienta para resaltar y monitorear la implementación de esta prioridad clave para Europa. En el mismo se añaden dos anexos que demuestran el progreso realizado en materia de energías renovables y eficiencia energética.
Pero, ¿qué es la Unión de la Energía? Cuando la Comisión Juncker asumió el cargo en 2014, una unión energética resistente con una política climática orientada al futuro se identificó como una de las diez prioridades de la nueva Comisión. El 25 de febrero de 2015, la Comisión adoptó una «Estrategia marco para una Unión de la Energía resistente con una política de cambio climático orientada hacia el futuro», también conocida como la Estrategia de la Unión de la Energía. La publicación de esta estrategia creó un nuevo impulso para lograr la transición a una economía baja en carbono, segura y competitiva.
El objetivo de la Unión de la Energía es proporcionar a todos los consumidores de la Unión Europea (UE), hogares y empresas, una energía segura, sostenible, competitiva y asequible. La Unión de la Energía tiene cinco dimensiones:
- seguridad de suministro, solidaridad y confianza
- un mercado energético totalmente integrado
- eficiencia energética
- descarbonización de la economía y
- investigación, innovación y competitividad.
El cuarto informe sobre el estado de la Unión de la Energía, adoptado el 09 de abril, pone de manifiesto cómo la Comisión ha plasmado plenamente su visión de una estrategia de la Unión de la Energía que garantiza una energía accesible, asequible, segura, competitiva y sostenible para todos los europeos.
Europa ya es líder mundial en la lucha contra el cambio climático. Las políticas europeas aplicadas en los últimos cinco años en todos los ámbitos políticos han puesto a la UE en el buen camino para adoptar plenamente la transición a la energía limpia, aprovechar las oportunidades económicas que ofrece, generar crecimiento y empleo y crear un entorno más saludable para los consumidores.
Alguna de las conclusiones y tendencias que muestra el informe son las siguientes:
- Las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía se desacoplan cada vez más del crecimiento económico.
- Es necesario intensificar aún más los esfuerzos para alcanzar la meta de eficiencia energética del 2020.
- Hay un fuerte crecimiento continuado en el sector de las energías renovables pero con un despliegue desigual.
- Se han hecho importantes avances hacia un mercado energético europeo más integrado.
- La calidad del aire ha progresado, pero aún son necesarias más mejoras.
- El sistema de comercio de emisiones de la UE es más robusto.
- La inversión pública (nacional y de la UE) en las prioridades de investigación e innovación de la Unión de la Energía se mantuvo relativamente estable a lo largo de 2014-2017.
Además en el mismo se establece un marco legislativo integral que permite construir una base sólida para que la UE cumpla con sus políticas relativas con el clima y la energía para el 2030 y más allá.
Puede consultar el informe completo en el siguiente enlace:
¿Qué significa la Unión de la Energía para los ciudadanos?
La Unión de la Energía responde a una de las principales inquietudes de los ciudadanos europeos. Según la última encuesta del Eurobarómetro sobre el tema, 9 de cada 10 europeos consideran que el cambio climático es un problema grave y lo consideran el tercer problema más grande de nuestros tiempos después de la pobreza y la economía.
Paralelamente, la Unión de la Energía crea empleo y crecimiento. Hoy en día, hay más de 4 millones de empleos verdes en la Unión Europea, y entre 2000 y 2014, el empleo en los sectores ambientales de la economía creció considerablemente más rápido (+ 49%) que el empleo en la economía en general (+ 6%). . Estas cifras aumentarán aún más, ya que se espera que las inversiones en energía renovable nacional reemplacen a los combustibles fósiles importados y aprovechen la ventaja de Europa en la mayoría de las industrias «verdes».
La Unión de la Energía también contribuye a abordar la pobreza energética, que aún afecta a casi 50 millones de personas en todos los estados miembros. Las medidas a este efecto incluyen, entre otras cosas, la promoción de inversiones en eficiencia energética. Las medidas de eficiencia energética también ayudan a reducir las facturas de energía. Todavía hay un enorme potencial sin explotar en eficiencia energética y los estados miembros abordarán específicamente este problema en sus Planes Nacionales de Energía y Clima.
La Unión de la Energía ayudará a los consumidores a ahorrar dinero y participará activamente en el sistema de energía al proporcionarles un papel como productor y consumidor de electricidad. La nueva legislación implementada con el paquete «Energía limpia para todos los europeos» también reducirá los costos directos para los consumidores, por ejemplo, al restringir las tarifas de cambio que aún representan una parte sustancial de las facturas de energía. De manera más general, la Unión de la Energía se basa en la participación activa de los consumidores, por ejemplo, para generar electricidad para su propio consumo, almacenarla, compartirla, consumirla o venderla al mercado.