Investigadores de la Universidad de McMaster en Canadá han desarrollado una nueva forma de computación simple e innovadora por la cual a través de hace brillar diferentes patrones de luz en las diferentes caras de un cubo de un material polimérico se pueden realizar preguntas simples de suma y resta. El material en el cubo lee y reacciona de manera intuitiva a la luz de la misma manera en que una planta giraría hacia el sol.
“Se trata de materiales autónomos que responden a estímulos y realizan operaciones inteligentes. Estamos muy emocionados de poder hacer sumas y restas de esta manera, y estamos pensando en diferentes formas de hacer otras funciones computacionales”, declaró Kalaichelvi Saravanamuttu, profesora asociado de Biología Química y en cuyo laboratorio, centrado en ideas inspiradas en sistemas biológicos naturales, se realizó la investigación.
El trabajo de los investigadores, publicado recientemente en la revista Nature Communications, representa una forma de computación completamente nueva, con la promesa de realizar funciones complejas y útiles aún por desarrollar, posiblemente organizada a través de estructuras de redes neuronales.
Esta forma de computación es altamente localizada, no necesita una fuente de energía y opera completamente dentro del espectro visible. Esta tecnología forma parte de una rama de la química llamada dinámica no lineal, que utiliza materiales diseñados y fabricados para producir reacciones específicas a la luz.
El proceso es el siguiente, un investigador proyecta franjas de luz en capas a través de la parte superior y lo lados de una pequeña caja de vidrio que sostiene el polímero de color ámbar, que es de aproximadamente del tamaño de un dado utilizado en un juego de mesa. El polímero comienza como un líquido y se transforma en un gel en reacción a la luz. Un haz portador neutral pasa a través del cubo desde la parte posterior, hacia una cámara que se encarga de leer los resultados, que son refractados por el material en el cubo, cuyos componentes se forman espontáneamente en miles de filamentos que reaccionan a los patrones de luz para producir nuevos patrones tridimensionales que expresan el resultado.
«No queremos competir con las tecnologías informáticas existentes. Estamos tratando de construir materiales con respuestas más inteligentes y sofisticadas, concluye la coautora del estudio Fariha Mahmood.
Fuente de imágenes: McMaster University