Autor: Departamento de comunicación de Carandini
En ciudades de todo el mundo, la presión por reducir el impacto medioambiental y la factura energética está cambiando la forma en cómo se diseña el alumbrado público. La sostenibilidad ya no se mide solo en vatios, sino también en la capacidad de prolongar la vida útil de los productos y reducir el impacto ambiental de su ciclo completo.
Una de las mayores amenazas en este camino es la obsolescencia programada o por diseño, una práctica que, sumada a la proliferación de luminarias de baja calidad, obliga a reemplazar equipos enteros ante fallos parciales, actualizaciones tecnológicas o cambios normativos. Esta dinámica no solo incrementa los costes de mantenimiento, sino que también genera toneladas de residuos electrónicos y emisiones asociadas a la fabricación, transporte y eliminación de los equipos descartados. En un contexto donde la sostenibilidad y la economía circular son cada vez más prioritarias, esta tendencia resulta insostenible.
Clamod, la luminaria clásica que evoluciona hacia un futuro sostenible
Frente a esta problemática, la industria comienza a apostar por soluciones modulares y actualizables, diseñadas para romper con la obsolescencia y extender la vida útil de los equipos de alumbrado sin comprometer su rendimiento ni su estética. En este contexto nace la nueva generación de la luminaria Clamod de Carandini, una reinterpretación moderna de su modelo clásico que combina diseño, durabilidad y visión sostenible.
El gran avance de esta nueva generación radica en la incorporación de un motor LED intercambiable que permite renovar por completo el sistema lumínico sin reemplazar toda la unidad. Este enfoque minimiza el desperdicio de materiales y simplifica el mantenimiento, a la vez que asegura que el producto pueda adaptarse a futuras tecnologías sin quedar obsoleto.
Además de esta evolución técnica, Clamod incorpora dos tecnologías LED, polimérico 5050 y cerámico 3030, capaces de alcanzar hasta 13.000 lúmenes, superando los 10.000 lm de la generación anterior, con un menor número de diodos y un consumo optimizado. Puede alcanzar una potencia de 87W y una eficiencia de hasta 159lm/W.
Su fundición de aluminio EN AC 44300 ofrece una resistencia sobresaliente, con hasta 1.000 horas de protección salina, mientras que, a nivel estético, mantiene el encanto de las luminarias clásicas, pero con un acabado más elegante y robusto, que refuerza su presencia en entornos urbanos o patrimoniales.
Como novedad, Clamod incluye ópticas ámbar configurables, que ayudan a reducir el impacto sobre la fauna y crear una iluminación más cálida y agradable en el entorno. Además, la luminaria ha sido diseñada para minimizar la dispersión de luz hacia el cielo, lo que le ha valido la certificación Dark Sky de la International Dark Sky Association, reconociendo su bajo impacto sobre el cielo nocturno, así como el certificado ENEC, que garantiza la calidad y seguridad del producto.
Preparada para el futuro y diseñada para un fácil mantenimiento
A diferencia de la generación anterior, la nueva Clamod ha sido diseñada con un sistema de apertura sin herramientas, que simplifica y agiliza tanto la instalación como el mantenimiento. Además, está preparada para albergar nodos de control Zhaga y Nema, lo que permite integrarla fácilmente con sistemas de gestión inteligentes o añadir sensores de movimiento y lumínicos.
Del usar y remplazar a la economía circular
La apuesta de Carandini por soluciones como Clamod refleja una clara tendencia del sector: dejar atrás el modelo de “usar y reemplazar” para avanzar hacia un alumbrado urbano más sostenible, con mínimos residuos, basado en la reparación y con la economía circular como eje central.
Todo ello convierte a esta luminaria en un ejemplo tangible de economía circular aplicada al alumbrado público: un producto reparable, actualizable y duradero, que demuestra que la sostenibilidad puede ir de la mano del diseño y la innovación tecnológica.
Imágenes: Carandini