Fabbian ha aprovechado el escaparate de Euroluce 2025 para presentar dos proyectos de luminarias que indagan en los límites expresivos de la luz como medio artístico, narrativo y formal. Brotas, concebida por Estudio Campana, y Santo, desarrollada por Atelier Biagetti, son propuestas que parten de lenguajes antagónicos —lo orgánico y lo modular—, pero que convergen en una misma intención: reinterpretar la luz como vehículo de memoria, emoción y forma,
Brotas: un cruce entre lo orgánico y lo industrial
Brotas, diseñado por Estudio Campana, surge de un recuerdo y se alimenta de la naturaleza. En su configuración más característica, una rama retorcida de avellano —auténtica, tratada para conservar su forma y color con el paso del tiempo— envuelve un difusor de vidrio soplado blanco, posteriormente deformado a mano. El resultado es un gesto poético que remite a la infancia de Humberto Campana en los bosques de Brotas, su localidad natal en Brasil: juegos entre árboles, la luz filtrándose entre las ramas, silencios verdes que persisten en la memoria.

Cada pieza es distinta, irrepetible, como los recuerdos que evolucionan con el tiempo. Disponible en versiones colgante y de sobremesa, así como en una variante sin la rama natural, Brotas representa un cruce entre lo orgánico y lo industrial, entre la evocación íntima y la transformación material.

La luminaria funciona con bombillas LED de casquillo E27 a tensión de red y permite regulación por corte de fase en un rango del 30 % al 100 %, lo que facilita su adaptación a distintos ambientes y usos.

Santo: la luz como sistema y alfabeto
Frente a la organicidad de Brotas, la serie Santo del estudio italiano Atelier Biagetti apuesta por un planteamiento radicalmente distinto: la luz como módulo, sistema y código.

Santo parte de una visión urbana, dinámica y abierta. Concebido como un sistema modular, se comporta como un alfabeto luminoso: cada módulo funciona como una letra, un ritmo o una pausa que puede combinarse libremente para construir secuencias formales únicas.
Los elementos del sistema, fabricados en vidrio soplado transparente o metal coloreado, permiten ensamblajes que van desde composiciones rigurosas hasta estructuras escultóricas, lineales o imprevisibles. La luz atraviesa los materiales, transformando su color y diluyendo los contornos, generando efectos visuales cambiantes según la configuración y el entorno.

El sistema incorpora una fuente LED de alta eficiencia y sin parpadeo perceptible (flicker-free), disponible en versión regulable para 24 V, así como en versión de 230 V con opciones de control por 1–10 V, DALI o pulsador (PUSH dimming), con fuente de alimentación integrada en esta última opción. Esta versatilidad técnica facilita su integración en proyectos arquitectónicos complejos y permite una gran libertad creativa en su aplicación.

En definitiva, dos propuestas, dos lenguajes distintos —uno orgánico, el otro modular— que se unen bajo una misma premisa: la voluntad de Fabbian de explorar nuevos territorios expresivos.
Imágenes: Fabbian

