Un equipo de expertos en investigación médica y bioética de la Universidad de Oxford están colaborando con varios gobiernos europeos para el desarrollo de una app móvil que permita el rastreo instantáneo de contagiados por el coronavirus. Los expertos en enfermedades infecciosas creen que si se despliega de forma rápida y masiva podría ayudar de forma significativa a contener la propagación del COVID-19.
El equipo de la Universidad de Oxford ha proporcionado a varios gobiernos europeos pruebas que respaldan la viabilidad del desarrollo de una aplicación móvil para el rastreo de contactos de forma instantánea, que puedan desplegarse ampliamente y se aplique con las consideraciones éticas y de privacidad adecuadas. Los investigadores recomienda que la app forme parte de una estrategia integrada de control del coronavirus que identifique a las personas infectadas y sus contactos recientes mediante la tecnología digital.
El profesor Christophe Fraser del Big Data Institute de la Universidad de Oxford explica por qué una aplicación de rastreo de contactos podría desplegarse con urgencia: «El Coronavirus es diferente a las epidemias anteriores y requiere múltiples estrategias de contención interdependientes. Nuestro análisis sugiere que casi la mitad de las transmisiones de coronavirus se producen en la fase muy temprana de la infección, antes de que aparezcan los síntomas, por lo que necesitamos una aplicación móvil rápida y eficaz para alertar a las personas que han estado expuestas. Nuestro modelo matemático sugiere que los métodos tradicionales de rastreo de contactos de salud pública son demasiado lentos para seguir el ritmo de este virus».
Las estrategias actuales no funcionan con la suficiente rapidez para interceptar la transmisión del coronavirus. Para afrontar esta pandemia de forma efectiva necesitamos aprovechar la tecnología del siglo XXI.
El profesor Fraser continúa: «El concepto de aplicación móvil instantánea es muy simple. Si se le diagnostica un coronavirus, la gente con la que ha estado en contacto recientemente recibirá un mensaje aconsejándole que se aísle. Si esta aplicación móvil se desarrolla y despliega rápidamente, y un número suficiente de personas optan por utilizar este enfoque, podemos frenar la propagación del coronavirus y mitigar los devastadores impactos humanos, económicos y sociales».
El Dr. David Bonsall, investigador del Departamento de Medicina de Nuffield en Oxford y médico del Hospital John Radcliffe de Oxford, añade: «Nuestros hallazgos confirman que no todo el mundo tiene que usar la aplicación móvil para que funcione. Si con la ayuda de la aplicación la mayoría de los individuos se aíslan al mostrar síntomas, y la mayoría de sus contactos pueden ser rastreados, tenemos una oportunidad de detener la epidemia. Para que funcione, este enfoque debe integrarse en un programa nacional, no ser asumido por desarrolladores de aplicaciones independientes. Si podemos desplegar esta tecnología de forma segura, cuantas más personas opten por ella, más rápido se detendrá la epidemia y se podrán salvar más vidas».
Detener la propagación del coronavirus
El Dr. Bonsall explica por qué la actual estrategia de rastreo de contactos ya no es viable: «En la etapa actual de la epidemia, el rastreo de contactos ya no puede ser realizado eficazmente por los funcionarios de salud pública del Reino Unido, y de muchos países de Europa, ya que el coronavirus se está propagando demasiado rápido. Nuestra investigación de los primeros datos de otros países muestra que los historiales de los pacientes están incompletos – no conocemos los detalles de la persona con la que nos sentamos en el autobús. Necesitamos una solución digital instantánea y anónima para confirmar nuestro historial de contacto persona a persona».
El profesor Fraser destaca la urgencia: «Actualmente hay más casos diarios en muchos pequeños países europeos que en toda China. Nuestro equipo está preparando ahora simulaciones para este enfoque de rastreo de contactos móviles que podría detener la epidemia con mucha menos interrupción que el aislamiento nacional o europeo. Nuestra esperanza es apoyar a las comunidades con información que salve vidas a medida que la pandemia empeore, o alternativamente podría utilizarse para liberar a las comunidades del aislamiento a gran escala».
El equipo del profesor Fraser del Big Data Institute de la Universidad de Oxford sigue simulando el rendimiento de la aplicación para que pueda ajustarse a fin de incluir pruebas de coronavirus guiadas por aplicaciones móviles y proporcionar respuestas específicas en zonas con tasas de transmisión particularmente elevadas.
Implicaciones éticas y de privacidad
El profesor Michael Parker, Director del Centro Wellcome de Ética y Humanidades y del Centro Ethox, del Departamento de Salud de la Población de Nuffield, de Oxford, añade sus recomendaciones sobre ética: «El uso de cualquier aplicación móvil de coronavirus requiere unas normas éticas elevadas en toda la intervención, entre las que se incluyen: garantizar la igualdad de acceso y de tratamiento; abordar las preocupaciones sobre la privacidad y el uso de los datos; adoptar un algoritmo transparente y auditable; considerar estrategias de despliegue digital para apoyar a grupos específicos, como los trabajadores de la atención de la salud, los ancianos y los jóvenes; y proceder sobre la base del consentimiento individual».
El equipo de la Universidad de Oxford sugiere que la aplicación para móviles se combine con medidas de distanciamiento social para reducir los contactos cercanos. El Dr. Bonsall recomienda: «Necesitamos una variedad de medidas para frenar la propagación de la infección antes de que las vacunas y los tratamientos antivirales estén disponibles. Un número significativo de infecciones se están transmitiendo antes de que comiencen los síntomas, por lo que necesitamos un sistema rápido y eficiente para alertar a las personas cuando se hayan expuesto. La higiene y el lavado de manos regulares siguen siendo importantes; además, las personas deben seguir cualquier recomendación para reducir el contacto cercano con otras personas, especialmente en las zonas densamente pobladas. La combinación de estas medidas ayudará a reducir las transmisiones posteriores, lo que en términos epidemiológicos reduce el número de reproducciones R; el número medio de transmisiones de personas infectadas. Si un país reduce el número R a menos de uno, la epidemia disminuirá y finalmente se detendrá».
El profesor Fraser concluye: «Las estrategias actuales no funcionan con la suficiente rapidez para interceptar la transmisión del coronavirus. Para afrontar esta pandemia de forma efectiva necesitamos aprovechar la tecnología del siglo XXI. Nuestras investigaciones abogan por una aplicación móvil que acelere nuestra capacidad de rastrear a las personas infectadas y proporcione información vital que mantenga a las comunidades a salvo de esta pandemia».