Se trabaja en definir una estrategia que permita a Europa asumir el liderazgo en el desarrollo del segmento. En el 2020 se prevé invertir cien millones en micro y nanoelectrónica.
En el Horizon 2020, el nuevo Programa Marco de la Unión Europea los recursos se focalizan en la investigación de excelencia, en la mejora de la capacidad competitiva de las industrias y en la búsqueda de soluciones de grandes retos que la humanidad tiene por delante. Resulta llamativo observar que la nanotecnología es una de las seis líneas clave que la Unión Europea pone sobre la mesa para mantener su competitividad industrial, al igual que ya ocurriera en el VI y VII Programas Marco, y como continúa siéndolo en EE.UU., China, Japón, Rusia, Taiwán… Para los diseñadores de políticas científicas de los países de peso en ciencia, parece que es evidente que el futuro de las empresas se basará en lo ‘nano’.
En los próximos seis años, uno de los objetivos será doblar la producción de componentes electrónicos para los tamaños reducidos. Esta inversión de cientos de millones se traducirá en la creación de 250 000 nuevos puestos de trabajo directos en el territorio europeo.
Una de las vicepresidentas de la Comisión Europea (CE) y comisaria para la Agenda Digital, Neelie Kroes, ha declarado que este valor cumple con las expectativas de la comisión. Por otra parte el vicepresidente de la CE refuerza la idea de que se crearán en 2.020 aproximadamente un millón de puestos de trabajo relacionados con las nuevas tecnologías.
Además de la fabricación, Europa también quiere ser líder en el diseño de nuevos diseños que serán la base para los dispositivos electrónicos en el futuro. A finales de este año, el Grupo de Líderes Electrónico (ELG) presentará el plan que permita alcanzar estos objetivos, de manera que se crearán varios grupos de trabajo donde se oirá a varios representantes de las empresas que utilizan semiconductores y otros elementos electrónicos como” materia prima “en sus industrias.
En España, la situación sigue siendo contradictoria, porque hay una muy buena base científica y se han invertido recursos en la creación de centros de investigación dedicados a nanotecnología, como puede verse en el informe ‘Nanoscience and Nanotechnology in Spain’ de la Fundación Phantoms. Muestra del desarrollo de nuestro país es su capacidad para celebrar la feria IMAGINENANO, la más grande de Europa y una de las más importantes del mundo. Por otro lado, instituciones como el CSIC, a través de su Vicepresidencia Adjunta de Transferencia de Tecnología y con el apoyo del Instituto Español de Comercio Exterior, participan en ferias como NanoTech de Tokio, comercializando las patentes de científicos españoles.
Por el contrario, recientes informes de la mencionada Fundación Phantoms nos recuerdan que el número de empresas que realizan investigación en nanotecnología, es decir, que creen en lo ‘nano’ para poder mejorar su competitividad, no llega al centenar. ¿Nos encontramos ante el eterno problema de no saber dar aplicación a las ideas que aquí somos capaces de producir?