Una investigación conjunta realizada entre la Universidad de Kobe en Japón, y la empresa de iluminación con sede en Tokio, Ushio Inc., ha proporcionado pruebas que como la iluminación directa y repetitiva de la radiación ultravioleta UVC de 222 nm, que es un potente esterilizador, no causa cáncer de piel. Estos resultados también sugieren que la UVC de 222 nm también es segura para los ojos y la piel de los humanos. Se espera que esta tecnología de esterilización con luz UVC tenga una amplia gama de aplicaciones antibacterianas y antivirales en instalaciones médicas y en la vida diaria.
En los experimentos realizados con animales, utilizando una lámpara germicida de 222 nm, no hubo signos de cataratas o de cáncer de ojos o piel, incluso en aquellos ratones que presentaban una extrema sensibilidad la radiación ultravioleta. Este resultado podría permitir el desarrollo de las lámparas germicidas que pueden iluminar de forma directa sobre la piel de las personas, permitiendo una amplia gama de aplicaciones antivirales y antibacterianas tanto en el campo de la medicina como en el de la vida diaria.
La Iluminación Ultravioleta Cercana como herramienta eficaz contra los virus
La UV-C es el tipo de radiación ultravioleta que se sitúa en un intervalo de longitudes de onda de 280 a 100 nanómetros. La mayoría de las personas han oído hablar de los peligros de la exposición a la UVA (400 a 315 nm) y a la UVB (315 a 280 nm) procedente del sol o de las camas solares. La radiación UVC, también producida por el sol, es la longitud de onda ultravioleta más corta y se filtra casi por completo al pasar por la atmósfera, antes de llegar a la superficie terrestre. Por tanto, las personas están muy poco o nada expuestas a ella de manera natural, lo cual es bueno. Cuanto más corta es la longitud de onda, más impacto podría tener la radiación ultravioleta en la salud humana.
La UVC producida artificialmente se ha utilizado con éxito como germicida y bactericida durante décadas. Puede matar microorganismos, como bacterias, virus y otros patógenos, o impedir su desarrollo, y proporciona una alternativa sin sustancias químicas a otros métodos de desinfección, como el uso de cloro. Es por ello que se han desarrollado lámparas germicidas que emiten a 254 nm UVC. Hasta ahora estas lámparas sólo se utilizan en lugares donde no hay personas presentes porque se sabe que causan efectos secundarios perjudiciales como el cáncer de piel y las cataratas.
La lámpara utilizada en el estudio tiene una longitud de onda más pequeña de 222 nm y está siendo desarrollada con la esperanza de que pueda ser utilizada en el campo de la medicina. La División de Cirugía Ortopédica de la Universidad de Kobe (Profesor KURODA Ryosuke y otros) ha demostrado que la longitud de onda de 222 nm es comparable a la de 254 nm en cuanto a la capacidad de erradicar las bacterias de la piel humana. Sin embargo, si esta tecnología se va a utilizar directamente en seres humanos en una instalación médica, es necesario demostrar que la posible exposición repetida a la radiación UVC de 222 nm es segura y no carcinógena.
Probando la seguridad de la UVC de 222 nm en ratones
Para evaluar la seguridad de la exposición repetida de los ojos y la piel a una lámpara germicida de 222 nm, se utilizaron en este estudio ratones modelo del grupo A de xeroderma pigmentosum. En comparación con los ratones de tipo salvaje, estos ratones modelo tienen una mayor sensibilidad a la radiación ultravioleta y un riesgo más de 10.000 veces mayor de desarrollar cáncer de piel.
En el grupo que se expuso a los UVB (280-315 nm), el rango de longitud de onda equivalente al cáncer de piel causado por la luz solar, todos los ratones desarrollaron cáncer de piel y mostraron efectos adversos como cataratas y daños en la córnea.
Por el contrario, los ratones del grupo de lámparas germicidas de 222 nm no desarrollaron cáncer de piel en absoluto. El efecto en sus ojos fue investigado en cooperación con el Departamento de Oftalmología de la Universidad de Shimane (Profesor TANITO Masaki y otros). No había anormalidades visibles, incluso cuando se examinaron bajo el microscopio (Figura 1).
Se entendió que los 222 nm no producían efectos adversos debido al nivel de penetración en la piel. La UVC de 254 nm que se utiliza actualmente en las lámparas germicidas penetra hasta la capa basal de la célula, la capa más baja de la piel, y daña el ADN de las células. Por otro lado, se demostró que la UVC de 222 nm no daña el ADN de las células de la piel porque sólo viaja hasta el estrato córneo, la capa más externa de la piel.
Los resultados de estas investigaciones indican que, aunque el UVC de 222 nm es un potente esterilizador, también puede utilizarse directamente sobre la piel humana. Comenzando con la higienización de las manos en las instituciones médicas, se espera que esta tecnología tenga una amplia gama de aplicaciones antivirales y antibacterianas en los lugares a los que acceden las personas, como escuelas, instalaciones de bienestar, fábricas de alimentos, baños y cocinas.