Más del 99,9% de los coronavirus estacionales presenten en gotitas transportadas por el aire murieron al ser expuestos a una longitud de onda particular de luz ultravioleta (222nm) que es seguro para los seres humanos. Esta es la conclusión del último estudio realizado por el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia y que ha sido publicado la semana pasada en “Scientific Reports”. En investigaciones anteriores, el mismo equipo ya había demostrado cómo esta luz ultravioleta lejana podría matar con seguridad los virus de la gripe transmitidos por el aire. En el nuevo trabajo amplía su investigación en los coronavirus estacionales, que son estructuralmente similares al virus SARS-CoV-2 que causa el COVID-19.
“Según nuestros resultados, una desinfección continua del aire con luz ultravioleta lejana en el límite reglamentario actual (222 nm), podría reducir en gran medida el nivel del virus en ambientes interiores ocupados por persona” afirma el autor principal del estudio, David Brenner, director del Centro de Investigación Radiológica del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia.
La luz germicida convencional UVC (longitud de onda de 254 nm) puede utilizarse para desinfectar espacios no ocupados, como habitaciones de hospital vacías o vagones de metros desocupados, pero la exposición directa a estas lámparas UV convencionales no es posible en espacios públicos con gente, ya que podrías suponer un importante riesgo para la salud.
Para conseguir desinfectar de forma continua y con la presencia de personas en el espacio, los investigadores del Centro Médico Irving han estado investigando la luz ultravioleta lejana (longitud de onda de 222 nm). La luz ultravioleta lejana no puede penetrar la capa lacrimal del ojo o la capa exterior de células muertas de la piel, por lo que no podría alcanzar o dañar células vivas del cuerpo humano.
Detalles del estudio
En el estudio, los investigadores utilizaron un dispositivo de nebulización para aerosolizar dos coronavirus comunes. Los aerosoles que contenían el coronavirus fueron luego fluídos por el aire frente a una lámpara de rayos ultravioleta lejana. Después de la exposición a la luz ultravioleta lejana, los investigadores hicieron pruebas para ver cuántos de los virus seguían vivos.
Los investigadores encontraron que más del 99,9% de los virus expuestos habían muerto por una exposición muy baja a la luz ultravioleta lejana.
Basándose en sus resultados, los investigadores estiman que la exposición continua a la luz ultravioleta lejana en el límite reglamentario actual mataría el 90% de los virus transportados por el aire en unos 8 minutos, el 95% en unos 11 minutos, el 99% en unos 16 minutos y el 99,9% en unos 25 minutos.
Estudios en curso sobre el SARS-CoV-2
En otro estudio que actualmente está en curso, los investigadores están probando la eficacia de la luz ultravioleta lejana contra el SARS-CoV-2 que se transmite por el aire. Los datos preliminares sugieren que la luz ultravioleta lejana es igual de eficaz para matar el SARS-CoV-2.
«La luz ultravioleta lejana no discrimina realmente entre los tipos de coronavirus, así que esperábamos que matara el SARS-CoV-2 de la misma manera», dice Brenner. «Dado que el SARS-CoV-2 se propaga en gran medida a través de gotitas y aerosoles que se tosen y estornuden en el aire, es importante tener una herramienta que pueda desactivar el virus de manera segura mientras está en el aire, en particular cuando hay gente alrededor».
Brenner continúa diciendo: «Dado que es seguro utilizarla en espacios ocupados como hospitales, autobuses, aviones, trenes, estaciones de ferrocarril, escuelas, restaurantes, oficinas, teatros, gimnasios y en cualquier lugar donde la gente se reúna en interiores, la luz ultravioleta lejana podría utilizarse en combinación con otras medidas, como el uso de mascarillas y el lavado de manos, para limitar la transmisión del SARS-CoV-2 y otros virus».