Las aves migratorias tienen que hacer frente a lo largo del año a increíbles viajes de miles de kilómetros llenos de riesgos que hacen que muchas ellas mueran en el camino. Así, por ejemplo, millones de aves migratorias nocturnas fallecen cada año por colisiones con edificios y estructuras construidas.
El lograr reducir esta fuente de mortalidad requiere el conocimiento de importantes factores conductuales, meteorológicos y antropogénicos. Dentro de estos, el hecho de que las aves que migran en la noche se puedan sentir atraídas y desorientadas por la iluminación artificial, hace de la contaminación lumínica un factor importante en la mortalidad por colisión. De hecho, los edificios iluminados y las torres de comunicación, son las estructuras que más colisiones de aves reportan.
Una reciente investigación liderada por científicos de la Universidad de Cornell muestra que los factores que tienen el mayor efecto en las colisiones de aves fueron la intensidad de la migración (más aves migrando = más colisiones), la dirección del viento (vientos del oeste = más colisiones) y el área de las ventanas iluminadas (más superficie iluminada = más colisiones).
“La fuerza del vínculo entre la iluminación y las colisiones fue sorprendente. Habla del emocionante potencial de salvar aves simplemente reduciendo la contaminación lumínica”, explica Benjamin Van Doren, investigador postdoctoral en el Laboratorio de Ornitología de Cornell y autor principal de la investigación.
Los resultados del estudio, que fueron publicados esta semana en PNAS, muestran que en el transcurso de 21 años, un edificio sufrió 11 veces menos colisiones nocturnas de aves durante la migración de primavera y 6 veces menos colisiones durante la migración de otoño cuando solo la mitad de las ventanas del edificios estaban iluminadas, en comparación con estar todas las ventanas iluminadas.
Muertes por colisión en el McCormick Place de Chicago
Para llegar a estas conclusiones, investigadores del Laboratorio Cornell, la Universidad de Michigan y el Museo Field de Chicago, la Universidad Estatal de Colorado y la Universidad de Massachusetts Amherst examinaron los datos de aves de McCormick Place, un centro de convenciones de 3 pisos en la sección oriental de Chicago, durante 21 años (2000-2020).
Hasta 100 millones de aves pasan por el área de metropolitano de Chicago en la primavera, y más de 150 millones en el otoño. No es de extrañar que en un estudio realizado en el año 2018, Chicago fue calificada como la ciudad de mayor riesgo de exposición a la contaminación lumínica para las aves que migran por la noche en Estados Unidos.
Los datos registrados en el McCormick Place desde 1978, muestran más de 40.000 aves muertas, incluyendo datos de cuando murieron, en que zona del centro de convenciones y que especie de ave era. Desde el año 2000, estos registros también han incluido información sobre que zonas de ventanas estaban iluminadas cuando se producía cada muerte de aves.
Al comparar estos datos de McCormick Place con otros factores potenciales de riesgo de colisión, como las condiciones meteorológicas, la luz de la luna y la intensidad de la migración, los investigadores determinaron cuales eran las condiciones más mortales para las aves migratorias.
Encontraron que la magnitud de la migración de aves, la producción de luz del edificio y las condiciones del viento son los predictores más importantes de colisiones mortales. La mayor mortalidad ocurrió cuando el edificio estaba brillantemente iluminado durante grandes eventos de migración nocturna y cuando los vientos concentraron aves a lo largo de la orilla del lago de Chicago.
Los investigadores estimaron que reducir la mitad el área de ventanas iluminadas disminuyen las colisiones en 11 veces en primavera y 6 veces en otoño. “La mortalidad de aves podría reducirse en ~60% en este sitio disminuyendo el área de ventana iluminada a niveles mínimos históricamente registrados”, señalan los investigadores.
Lights out
Los resultados de este estudio vienen a reforzar el creciente interés en mitigar los impactos de la luz para proteger a las aves migratorias. Un número creciente de iniciativas relacionadas con “apagar las luces” y normativas de construcción ecológica están surgiendo con el objetivo de reducir la iluminación para ayudar a las aves migratorias.
Lights Out Chicago es una de las iniciativas más antiguas, que reúne a administradores de edificios, organizaciones locales de conservación, personal de la ciudad y científicos en el Field Museum. Los resultados de este estudio vendrían, por tanto, a fortalecer la ciencia detrás de los programas de apagado de luces al mostrar que el apagado de la iluminación, aunque sea en la mitad de las ventanas del edificios, pueden reducir de forma directa la mortalidad de las aves.
“Uno de los objetivos de la investigación es también involucrar a la gente en el esfuerzo de apagado de luces cuando se produzcan alertas de migración. Aunque reducir permanentemente la contaminación lumínica es el objetivo final, esperamos crear conciencia a través de las previsiones de migración de BirdCast. Nuestros pronósticos predicen las noches en las que un gran número de aves migratorias estarán en riesgo y apagar las luces es de vital importancia», explica Van Doren.
El estudio también habla de la importancia de las colecciones de historia natural para documentar el cambio global. Dave Willard, ahora gerente de colecciones emérito en el Field Museum, comenzó a recolectar aves muertas alrededor de McCormick Place en 1978, y espera que tener un análisis basado en datos de los peligros de la iluminación nocturna pueda ayudar a informar un cambio positivo en las formas en que las ciudades construyen y las formas en que los edificios usan sus luces por la noche. “Este documento reúne datos meteorológicos, de radar y colisiones de aves y muestra inequívocamente que la reducción de la iluminación del edificio por la noche puede reducir sustancialmente las muertes de aves”, señala Willard.
En definitiva, este nuevo estudio proporciona un fuerte apoyo a una relación entre la magnitud de la migración nocturna y la mortalidad de las aves urbanas, mediada por la contaminación lumínica y las condiciones atmosféricas locales. Aunque la investigación se centra en un solo sitio, los hallazgos pueden tener implicaciones globales para reducir o eliminar una causa críticamente importante de mortalidad de aves.