378 municipios de Andalucía han recibido apoyo de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía en la redacción de su propuesta de zonificación lumínica.

La Junta de Andalucía  ha informado en nota de prensa de que ya ha concluido la zonificación lumínica de un 49,26 por ciento de la superficie total de Andalucía, es decir, cerca de cuatro millones de hectáreas. Para ello la Consejería ha colaborado con los ayuntamientos revisando 26 propuestas, asesorando en la elaboración de 65, participando en la redacción de 52 y redactando directamente 235 con la finalidad de conseguir la correcta iluminación de sus ciudades.

Según dicho comunicado, Andalucía se sitúa a la vanguardia en todo el territorio español en cuanto a regulación para la lucha contra la contaminación lumínica, un hecho que se plasmó ya en 2010 en la aprobación del reglamento para la protección de la calidad del cielo nocturno y el establecimiento de medidas de ahorro y eficiencia energética .

Dicho reglamento establece las bases para la división del territorio andaluz en distintas áreas de protección, al objeto de adecuar los niveles de iluminación a los usos y actividades de cada zona. Como novedad, introducen criterios ambientales en las instalaciones de alumbrado exterior, tanto públicas como privadas exceptuando las vinculadas a señalización y seguridad. Un importante punto de esta zonificación es que se supedita al objetivo de compatibilizar los intereses municipales y empresariales con los científicos, ecológicos y de ahorro energético.

Cerca del 39 % del área total con propuestas de zonificación lumínica, ha sido ya declarado por la Junta como zona de máxima protección del cielo nocturno (E1), mientras otro 60 por ciento se ha definido como áreas de flujo luminoso reducido (E2) y tan solo un residual 1,54 por ciento como zona E3, de flujo luminoso elevado.

Las condiciones geográficas y climatológicas de Andalucía convierten a su cielo nocturno en uno de los mejores considerados dentro de Europa para la realización de observaciones astronómicas. Sin embargo, como recuerdan desde la Junta, la contaminación lumínica es el principal enemigo de la observación del cielo al disminuir drásticamente la visibilidad de los astros, perturbar el desarrollo natural de los ecosistemas y tener potencial para afectar a la salud humana y del entorno.