Científicos de la Universidad de Princeton han desarrollado unas ventanas inteligentes que cuentan con un acristalamiento, capaz de modificar el nivel de opacidad. Este sistema controla el nivel de iluminación natural y de calor que la traspasa controlando la iluminación interior y la calefacción o aire acondicionado necesario, esto puede suponer un ahorro del 40% de los gastos de energía.
Estas ventanas inteligentes requieren energía para funcionar, por lo que son relativamente complicadas de instalar en edificios existentes. Pero mediante la aplicación de una nueva tecnología de células solares, los investigadores de la Universidad de Princeton han desarrollado un tipo diferente de ventana inteligente: una versión autoamplificada que promete ser de bajo costo y fácil de aplicar a las ventanas existentes. Este sistema cuenta con células solares que absorben selectivamente la luz casi ultravioleta, por lo que las nuevas ventanas son completamente autoalimentadas.
Con esta tecnología los investigadores aprovechan la luz ultravioleta para autogenerar la energía eléctrica que activa la tecnología de tintado. Cuando la radiación ultravioleta del sol genera una carga eléctrica en la célula solar, la carga desencadena una reacción en el cristal electroquímico, causando el cambio de claro a azul oscuro. Cuando se oscurece, la ventana puede bloquear más del 80% de la luz.
Están estudiando nuevas aplicaciones de este sistema para alimentar sensores del Internet de las cosas y otros productos de consumo de baja potencia. Los investigadores señalan que este sistema no genera suficiente energía para un coche, pero puede proporcionar energía auxiliar para dispositivos más pequeños, por ejemplo, un ventilador para enfriar el coche mientras está estacionado bajo el sol.