En los últimos años, el consumo de melatonina ha aumentado de forma abrupta en niños de todas las edades en Estados Unidos. La melatonina es una hormona naturalmente producida en la glándula pineal para indicar al cuerpo que es hora de dormir y regular su ritmo circadiano y es por ello que ha ganado popularidad como suplemento para el sueño entre niños y adolescentes estadounidenses.
Mientras que en muchos países, la hormona se clasifica como un medicamento y está disponible solo con receta médica, en Estados Unidos la melatonina sintetizada químicamente o derivada de animales está disponible sin receta médica como suplemento dietético, y cada vez está cada vez más disponible en forma de ‘gominolas’ para niños. Así lo alertaba un estudio reciente que avisaba sobre el alto consumo de la melatonina de los jóvenes de Estados Unidos .
Ahora, una nueva investigación ha querido arrojar luz sobre una práctica cada vez más común en hogares de acogida para jóvenes: la administración de melatonina para mejorar el sueño de estos menores. Los resultados parecen claros: los niños que reciben melatonina presentan una peor calidad de sueño y mayores problemas de comportamiento diurno en comparación con aquellos que no la reciben.
Uso de melatonina en hogares de Acogida
El estudio reveló que el 48% de los cuidadores de estos hogares de acogida han administrado melatonina a los niños. Esta alta incidencia de uso refleja una tendencia creciente entre los cuidadores de recurrir a suplementos para manejar problemas de sueño en niños que han pasado por experiencias traumáticas como el abandono o el abuso.
Según Carter Baker, coordinador de investigación del Sleep and Anxiety Center de Houston en la Universidad de Houston y autor principal del estudio, este hallazgo es alarmante debido a la falta de estudios previos sobre la seguridad y la eficacia de la melatonina en esta población vulnerable.
Impacto en el sueño y comportamiento
Los datos recolectados de 454 cuidadores que actualmente acogen niños entre 4 y 11 años mostraron que los menores que recibieron melatonina tenían una peor calidad general del sueño. Más preocupante aún, incluso después de ajustar por la calidad del sueño y otros posibles factores de confusión, el uso de melatonina se asoció con una mayor severidad de los problemas de comportamiento diurno. Esto incluye comportamientos disruptivos que pueden afectar significativamente la vida diaria y el bienestar del niño.
No obstante, el estudio encontró que el uso de melatonina no estaba asociado con síntomas de depresión o ansiedad, lo que sugiere que los efectos adversos se limitan principalmente al comportamiento diurno y a la calidad del sueño.
Las preguntas abordaban si alguna vez habían administrado melatonina al niño de acogida, aspectos del sueño del niño y problemas emocionales y de comportamiento. Los niños incluidos en la muestra eran relativamente diversos, con un 17 % de niños afroamericanos y un 11 % de niños hispanos de 46 estados de EE. UU.
Implicaciones para la práctica clínica
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones tanto para la práctica clínica como para la investigación futura. La Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM) ya había emitido un aviso de salud en 2022 recomendando a los padres que consulten a un profesional de la salud antes de administrar melatonina u otros suplementos a los niños.
En Estados Unidos, la melatonina se considera un «suplemento dietético» y, por lo tanto, no está regulada por la FDA de la misma manera que otros medicamentos de venta libre o con receta. Esto ha llevado a un aumento en el uso del suplemento y, consecuentemente, a un incremento en los reportes de sobredosis, llamadas a centros de control de envenenamiento y visitas a salas de emergencia por niños.
Te interesa:
Se dispara el consumo de melatonina para dormir entre jóvenes de Estados Unidos |
El estudio también destacó que los niños en hogares de acogida que recibieron melatonina tendían a requerir niveles más intensivos de cuidado, tenían cuidadores más jóvenes y pasaban más tiempo en su hogar de acogida actual. Estas variables sugieren que el uso de melatonina podría estar relacionado con otros factores más allá del sueño, lo que subraya la necesidad de más investigaciones para comprender plenamente estos vínculos.
“En comparación con los niños en hogares de acogida que no recibieron melatonina, los niños que tomaban melatonina tenían más probabilidades de recibir niveles intensivos de atención, tener cuidadores de acogida más jóvenes y pasar más tiempo en su hogar de acogida actual en promedio, Estos hallazgos sugieren que el uso de melatonina puede estar asociado con otras variables más allá del sueño, lo que requiere un estudio más a fondo”, apunta Baker.
La investigación fue publicada recientemente en un suplemento en línea de la revista Sleep y presentada en la reunión anual SLEEP 2024 en Houston, organizada por la Associated Professional Sleep Societies, una colaboración entre la American Academy of Sleep Medicine y la Sleep Research Society.
Imágenes generadas por DALL-E