La picazón o escozor es un síntoma común producida por muchas enfermedades crónicas de la piel y que resulta realmente molesto. Aunque el rascarse proporciona un alivio inmediato y temporal, esto acción empeora la situación ya que puede causar daños a la piel, una inflamación adicional e incluso más picazón. Ahora, investigadores del EMBL han encontrado una nueva manera de detener la picazón mediante la utilización de la luz.
Las células nerviosos especializadas que sienten la picazón se encuentran en la superficie de la piel. Linda Nocchi, Paul Heppenstall y sus colegas del EMBL Rome han desarrollado una sustancia química sensible a la luz que se une solamente a estas células específicas. Al inyectar en un primer momento la piel afectada en ratones con este químico y posteriormente iluminar con luz infrarroja cercana, las células que detectan el picor se retiran de la piel. Esto detiene la picazón y permite que la piel sane.
El efecto del tratamiento con luz puede durar varios meses, y este no afecta a otros tipos de células nerviosas en la piel que son las encargadas de detectar sensaciones como el dolor, vibración, frío o calor. Es decir, en la piel solo detiene la sensación de escozor. Los resultados han sido publicados recientemente en la revista científica “Nature Biomedical Engineering”.
Tratamiento para enfermedades crónicas de la piel: Eczema y Amiloidosis
El método funciona muy bien tanto en ratones con eczema con en aquellos que tenían una rara enfermedad genética de la piel, y que actualmente no tiene cura, llamada Amiloidosis. “Para mí la parte más emocionante de este proyecto fue ver las mejoras en la salud de los animales. Su piel se veía mucho mejor después del tratamiento y se rascaron notablemente menos” declaró Linda Nocchi, primera autora del artículo e investigadora postdoctoral en el grupo de Heppenstall.
“Esperamos que algún día, nuestro método sea capaz de ayudar a los humanos que sufren enfermedades de la piel como el eczema, causantes de una picazón crónica” comentó Paul Heppenstall, quien dirigió el estudio. Los ratones y humanos tienen las mismas moléculas objetivo para la terapia de la picazón: una pequeña proteína llamada interleucina 31 (IL-31). Uno de los próximos pasos del equipo será probar la terapia de luz en tejidos humanos.
Anteriormente, el grupo Heppenstall publicó un método para controlar el dolor crónico con luz. “Creemos que el mecanismo que hemos descubierto podría ser un método general para controlar la sensaciones a través de la piel. Nuestro objetivo ahora es llevar estas terapias más lejos. Queremos colaborar con socios de la industria para desarrollar terapias para seres humanos, pero también para la medicina veterinaria, ya que la picazón es un problema importante para los perros” concluye Heppenstall.