En la localidad de San Lazzaro di Savena en Bolonia (Italia), se abre al público la nueva iglesia del “Buon Ladrone”, junto con su complejo parroquial anexo, diseñado por un equipo de jóvenes arquitectos compuestos por INOUTarchitettura, LADO architetti y LAMBER + LAMBER.
El proyecto para el nuevo espacio sagrado surge de un proceso participativo y compartido por toda la comunidad, que comenzó en 2010 y que dió como resultado la construcción de una iglesia que no renuncia a su dimensión simbólica e evocadora, pero que al mismo tiempo quiere ser reconocible y reconocida.
Partiendo de la imagen arquetípica de una iglesia, el proyecto busca una arquitectura desprovista de virtuosismos, esencial en sus características y de comprensión inmediata: imagen sobria, solemne pero no monumental, haciéndose eco del misticismo de la vida cotidiana.
Las paredes de la nueva iglesia son de color claro evocando el mármol de la arquitectura clásica. El perímetro está formado por paredes que en su totalidad se doblan, se deslizan y se respetan unas a otras, convirtiéndose en grandes puertas entreabiertas que identifican dos puntos de acceso a la sala principal, además de la entrada principal.
Una grieta continua a lo largo de todo el techo, corta y divide la iglesia, mostrando la presencia del cielo. Una “herida en el velo del templo” íntimamente conectada con el mensaje de redención que se quiere transmitir.
Los componentes arquitectónicos, litúrgicos y artísticos del proyecto han sido cuidadosamente considerados y se han pensado como componentes íntimamente conectados. Los principales espacios litúrgicos se han organizado a lo largo de todo el perímetro: el baptisterio junto a la entrada, la capilla de día al lado del altar, junto con una acogedora área dedicada al coro. La parte central está dedicada a acomodar a más de 300 fieles, dispuestos en bancos de forma circular y donde el altar sirve de punto de apoyo.
Los elementos litúrgicos (el altar, el ambón, la pila bautismal) son elementos de piedra selenita: un yeso cristalino característico de las colonias boloñesas. Esta presencia fuertemente material destaca sobre el fondo de la pared blanco, uniéndose con la naturalidad del suelo de madera. El resultado es un espacio interior aparentemetne domésticos, caracterizado por unos pocos materiales cuidadosamente seleccionados, íntimos y acogedores, bañados de luz natural.
El complejo parroquial se desarrolla en el lado este de la iglesia y consta de dos nuevos edificios, más la renovación del edificio existente, utilizado anteriormente como lugar de culto. La organización planimétrica permite el acceso a la iglesia desde los locales de la parroquia. Los nuevos edificios forman un patio interno arbolado y público, que sirve de filtro contra el contexto urbano, destinado a lugar de reunión y juego.
El mensaje de liberación y redención, vinculado a la figura del Buen Ladrone a quien está dedicada la estructura, también se ve reforzado por la decisión de involucrar a la prisión de La Dozza en Bolonia para la inclusión de algunos prisioneros (al final de la oración y después de un período de formación) en la construcción del propio complejo. Un proyecto de gran valor arquitectónico y social que genera un nuevo centro para recibir a los fieles y visitantes.
Créditos imágenes: ©Simone Bossi.