La sonda Mars Express de la ESA (Agencia Espacial Europea) está ayudando a esclarecer las misteriosas auroras ultravioletas que se producen en el Planeta Rojo, combinando por primera vez observaciones remotas con mediciones in situ de los electrones que impactan con su atmósfera.
En la Tierra, las auroras son unos espectáculos naturales de luces en el cielo que se producen a latitudes polares cuando el viento solar interactúa con el campo magnético terrestre.
Cuando las partículas con carga eléctrica emitidas por el Sol llegan a nuestro planeta, son canalizadas por el campo magnético hasta chocar con los átomos y las moléculas de nuestra atmósfera, generando coloridas cortinas de luz en el cielo. Estas luces suelen ser verdes y rojas, pero a veces también adquieren tonalidades azules o violetas.
Las auroras son fenómenos frecuentes en planetas con un fuerte campo magnético, como en Júpiter o Saturno, pero también se pueden producir en planetas sin un marcado magnetismo, como es el caso de Venus o de Marte.
Cuando no hay un campo magnético global, las partículas solares tienen que impactar directamente con la atmósfera del planeta para generar una aurora.
Aunque en la actualidad Marte ya no tenga un campo magnético global, la sonda Mars Global Surveyor de la NASA detectó un magnetismo residual en la corteza de las tierras altas de su hemisferio sur.
Estos débiles campos magnéticos podrían facilitar la formación de auroras. Poco después de su llegada en el año 2003, Mars Express fue la primera misión en detectar emisiones de luz ultravioleta en estas regiones durante la noche marciana.
Los científicos de la misión, pertrechados con los resultados de una década de observaciones, han detectado numerosas auroras y han sido capaces de estudiar cómo y dónde se producen.
“Con 10 años de datos, hemos ido mucho más lejos del simple hecho de detectar auroras en Marte, y hemos logrado comprender las características e incidencias de este interesante fenómeno”, explica Jean-Claude Gérard de la Universidad de Lieja, Bélgica, autor principal del artículo publicado en el Journal of Geophysical Research: Space Physics.
“Las auroras ultravioletas son un fenómeno muy extraño y efímero: apenas duran unos segundos. A pesar de que Mars Express haya observado cada región de Marte en múltiples ocasiones, las auroras no parecen repetir ubicación”, añade Lauriane Soret, también de la Universidad de Lieja y autora principal del artículo publicado en Icarus.
De un total de 113 órbitas en las que la sonda europea observó directamente la superficie del planeta de noche, se detectaron auroras en nueve de ellas, a veces con más de un evento por órbita, lo que ofrece un total de 16 observaciones.
Al mirar directamente hacia abajo, Mars Express puede estudiar cómo varía el brillo de las auroras, pero para determinar a qué altitud se están produciendo necesita observarlas bajo un cierto ángulo, a través de la atmósfera. La misión observó tres auroras en estas condiciones, a una altura media de 137 kilómetros sobre la superficie del planeta.
Fuente ESA