La Potsdamer Platz de Berlín siempre ha sido un lugar cargado de simbolismo histórico y urbanístico. Su reconstrucción en los años noventa, tras la caída del Muro, convirtió este enclave en una vitrina arquitectónica de la modernidad europea, dominada por torres de vidrio, acero y hormigón. Sin embargo, con el paso del tiempo la plaza fue ganando una reputación de espacio frío, impersonal y poco acogedor para el ciudadano de a pie.
En los últimos años se ha intentado revertir esa percepción mediante diferentes actuaciones urbanas. Una de las más recientes y llamativas ha sido la implantación de un sistema de iluminación exterior completamente nuevo, concebido como una escultura de luz integrada en el paisaje urbano. El proyecto, desarrollado por el estudio de diseño jack be nimble en colaboración con el fabricante TRILUX, ha dotado a la plaza de un lenguaje lumínico a escala humana y ha generado una atmósfera más cálida, acogedora y flexible.
Humanizar un espacio dominado por el acero y el vidrio
La plaza ocupa una superficie de casi 27.000 metros cuadrados y su punto más reconocible es el “Center am Potsdamer Platz”, coronado por una cubierta tensada de 40 metros de altura iluminada dinámicamente. Esta estructura, visible desde lejos, genera un potente atractivo visual pero también condiciona el carácter de todo el entorno.
El problema principal residía en que la escala monumental de los edificios y el predominio de materiales fríos (hormigón, acero y vidrio) generaban un ambiente poco propicio para la estancia prolongada. Se trataba de un espacio de paso, de tránsito, pero no de permanencia.
El nuevo proyecto de iluminación se planteó como un mecanismo para cambiar esa percepción. El objetivo era introducir un lenguaje lumínico que aportase calidez, referencias naturales y zonas de estancia reconocibles, sin competir con la monumentalidad arquitectónica del conjunto.
“Buscamos una solución que pudiera traducir el audaz diseño arquitectónico de la plaza a una escala más humana. El efecto de iluminación y el diseño de las luminarias debían contribuir a una zonificación atractiva del espacio, mejorar la orientación y aumentar la calidad de la estancia, incentivando así la permanencia. Al mismo tiempo, el sistema debía ser escalable y adaptable a diferentes áreas y tareas. Y por supuesto, la iluminación inteligente también era imprescindible”; explica Sophia Klees, diseñadora de iluminación y cofundadora del estudio de diseño jack be nimble.
El resultado de todo ello se materializó en una farola de múltiples brazos, que combina iluminación exterior inteligente con un marcado carácter escultórico. Los cabezales minimalistas de aluminio se asientan sobre postes de acero inoxidable ligeramente curvados de hasta 8 metros de altura. Fijados a un lateral, se encuentran esbeltos elementos decorativos con forma de copa que pueden iluminarse dinámicamente en cualquier color, en sintonía con la iluminación del techo del «Center am Potsdamer Platz». En general, las formas orgánicas de las luminarias las hacen parecer plantas gigantes, como juncos al viento.
“Tras trabajar en estrecha colaboración con los expertos en iluminación y diseño de Trilux, pudimos desarrollar un prototipo completamente funcional en un abrir y cerrar de ojos. Casualmente, se estrenó incluso antes de la instalación en Berlín, como iluminación de entrada del KITZ-RACE-Club en las carreras de Hahnenkamm en Kitzbühel”, detalla Klees.
Asimismo, las diferentes alturas de los mástiles y la variación en el número y la composición de los elementos permitieron adaptar el sistema a las distintas zonas del lugar. En el entorno del Foro, por ejemplo, se optó por configuraciones de cinco brazos con tres cabezales de luminaria y dos piezas ornamentales. Esta disposición no solo genera pequeñas islas de luz que invitan a la permanencia, sino que también proyecta sobre el pavimento un delicado juego de sombras, evocando la sensación de un dosel vegetal y creando una atmósfera acogedora.
En los accesos al Center am Potsdamer Platz, tradicionalmente poco visibles, se adoptó una solución diferente: estructuras de tres brazos con dos proyectores y un elemento decorativo situadas frente a cada entrada. De este modo, la iluminación funciona como un gesto de bienvenida, haciendo más legibles los accesos y atrayendo a los visitantes desde la distancia.
“Estas luminarias se utilizan en Berlín desde finales de 2024, y el concepto tiene un gran potencial más allá de la Potsdamer Platz. Por ejemplo, se podrían imaginar variantes de mástil con más cabezales, como bayas en un tallo. Algunas podrían equiparse con módulos IoT para ofrecer servicios como wifi público. Las posibilidades son infinitas.”, concluye Klees
Imágenes: TRILUX