La Domus Aurea, un edificio que se encuentra cerca del Coliseo, se considera la construcción más extravagante de la historia de Roma. Este palacio fue construido por el emperador Nerón en el año 64 d.C., tras el gran incendio de Roma, y formaba parte de su gran plan para transformar la capital en una nueva ciudad. El palacio quedó inacabado, y su estructura ancestral permaneció enterrada durante siglos. Sin embargo, tras el último proyecto de restauración, la nueva taquilla y la nueva pasarela, diseñadas por Stefano Boeri Architetti , permitirán un acceso sin precedentes a sus salas subterráneas, iluminada cada una con soluciones de iluminación especialmente diseñadas por ERCO.
Ubicada en el parque de la Colina del Oppio, la pasarela de estructura autoportante de acero desciende gradualmente por una oscura galería abovedada, que culmina en una espectacular sala octagonal, la Sala Ottagonale, a seis metros de profundidad.
Un entorno hostil
La Domus Aurea, o casa de oro, su enorme cúpula dorada era uno de sus muchos suntuosos elementos decorativos, y sus edificios «como ciudades», que originalmente ocupaban un área total 25 veces mayor que la del Coliseo. Tras el suicidio de Nerón, sus sucesores intentaron eliminar cualquier rastro de su vergonzoso gobierno. Despojaron al palacio y a los terrenos de materiales preciosos, los cubrieron con tierra hasta sepultarlos, y construyeron sobre ellos.
Los pasajes excavados, las bóvedas y los cientos de salas han estado cerrados al público durante gran parte de las últimas décadas, mientras se recuperaba y restauraba el yacimiento. Este palacio de 2000 años de antigüedad, que acabó sepultado bajo metros de fango del parque, no ha dejado de sufrir el ataque del agua, de las sales corrosivas y las raíces de los árboles.
En este entorno hostil, ERCO implementó un esquema de iluminación sólido, pero a la vez delicado, que revela la magnitud y la belleza del arte y la arquitectura originales. El esquema no debía perturbar las estructuras antiguas, y debía implementarse en las posiciones de la iluminación existente, que ya era obsoleta.
La clave del diseño es la familia de proyectores para exteriores Kona, que cuenta con el tipo de protección IP65, y es resistente a la corrosión. La gran flexibilidad de sus distribuciones luminosas, su placa de montaje de giro y oscilación, que asegura una alineación precisa, su amplia gama de accesorios de montaje, su control y su potencia, combinados con un elevado confort visual, han demostrado una excelentemente adaptabilidad para satisfacer requisitos complicados y diversos.
La sensación de descubrimiento
La Domus Aurea se descubrió de nuevo en el siglo XV, e inspiró a pintores del Renacimiento como Rafael. El objetivo del concepto de iluminación era recrear la sensación que tuvieron las personas que descubrieron el palacio y que, portando antorchas o velas, lo exploraron por primera vez después de 1400 años. Por esto, y por razones de conservación, la intensidad lumínica se mantiene baja, lo que permite que las pupilas de los visitantes se vayan adaptando a medida que se mueven por las salas, y se aplica constantemente una luz cálida (2700K) en todos los lugares, excepto donde se recrean los efectos de la luz natural.
Aunque el nuevo esquema tiene una intensidad lumínica mucho menor que la del original, la distribución luminosa, que ha sido notablemente mejorada, ahora llega al techo, y ha sacado a la luz pinturas que no se habían visto antes. Las luminarias Kona se adaptaron al lugar. Las luminarias ajustables que se encuentran en la entrada, se esconden discretamente en cajas de acero corten personalizadas, integradas en el suelo, que deslizan su luz por el antiguo enladrillado sin deslumbramiento.
Dotar de vida a la historia
A lo largo de parte del criptopórtico, un pasillo de 130m de longitud, se encuentran luminarias de 1,8m de altura, insertadas en el suelo, que presentan un cuerpo cónico de acero corten, que evoca las antorchas.
Casambi Bluetooth y tunable white aportan un dinamismo sutil al esquema de la iluminación. A medida que los visitantes se acercan, un sensor activa las luminarias, que van cobrando vida una tras otra. Después se apagan, dando paso a otras luminarias Kona, que se ocultan en los pequeños nichos de las ventanas del piso superior. Una temperatura de color fría, de 4000K, crea una impresión realista de la luz natural que habría entrado en los espacios antiguamente.
La iluminación regulable controlada por Bluetooth se utiliza también en el Ninfeo de Polifemo, un pequeño templo, que en sus orígenes presentaba una fuente en cascada dentro de un pilón central. Mientras el guía explica el recorrido a los visitantes, una luz muy fría (5000K) evoca la impresión del agua por donde habría fluido originalmente.
En la Sala Octogonal, que en sus orígenes fue el salón de banquetes de Nerón, se hizo un uso innovador de las luminarias lineales Lightgap, unas luminarias para espacios interiores con un cuerpo especial con IP68, para iluminar un nicho poco profundo y proporcionar una luz rasante que dote de ambiente a las paredes. El óculo del centro, enterrado a 3m de la superficie, habría permitido en sus días la entrada de luz natural, que ahora está simulada por seis luminarias Kona tras un difusor.
“Un resultado espectacular”
A fin de satisfacer los exigentes estándares técnicos y estéticos del proyecto, ERCO trabajó en estrecha colaboración con el cliente, Roma Capital, y la productora Electa, con la cual ya había colaborado anteriormente con éxito en una exposición de Caravaggio.
“Mantuvimos con ERCO un contacto constante y coherente. Compartimos todas las decisiones, lo que dio lugar a una colaboración absolutamente prolífica, que dio un resultado absolutamente espectacular”, explica Stefano Borghini, arquitecto del proyecto.
Créditos de imágenes: ©ERCO GmbH, www.erco.com, fotografía: Marcela Schneider Ferreira