La fatiga es uno de los síntomas más comunes en personas que padecen esclerosis múltiple, perjudicando significativamente su calidad de vida. De hecho, este cansancio masivo es descrito por la mayoría de pacientes como uno de los síntomas más angustiosos de la enfermedad.
Para paliar este síntoma tan incapacitante, además de las medidas conductuales, como los descansos regulares, actualmente se dispone de varios medicamentos para aliviar la fatiga, pero algunos de ellos se asocian a efectos secundarios graves y no está clara su efectividad.
Un reciente estudio científico, liderado por investigadores de la Universidad Médica de Viena, han señalado a la fototerapia como una prometedora opción de tratamiento no farmacológico, mostrando cómo los pacientes con esclerósis múltiple del estudio, experimentaban una mejoría apreciable tras sólo 14 días de terapia.
“Los resultados de nuestro estudio representan un prometedor enfoque terapéutico no farmacológico. Sin embargo, los resultados aún deben confirmarse en un estudio posterior a mayor escala”, explica Stefan Seidel del Departamento de Neurología de MedUni Vienna y AKH Vienna y director de la investigación.
Los resultados fueron publicados recientemente en la revista científica Multiple Sclerosis Journal – Experimental, Translational and Clinical.
Fatiga y esclerosis múltiple
La fatiga es una forma grave de cansancio y fatigabilidad se da entre el 75 y el 99 por ciento de las personas con esclerosis múltiple. Se trata de uno de los síntomas más incapacitantes, particularmente porque afecta a varios aspectos de sus vidas.
“Al tener un componente físico, mental y psicosocial, el tratamiento de los diferentes aspectos de la fatiga puede requerir un enfoque personalizado. Hasta ahora, a menudo se trata fuera de la etiqueta con medicamentos como amantadina, modafinilo o metilfenidato. Sin embargo, las últimas investigaciones sugieren que no son más efectivos que un placebo mientras causan más efectos adversos”, señalan los investigadores en el paper.
Las terapias con luz brillante pueden ser una opción de tratamiento barata con pocos o ningún efecto adverso. Investigadores anteriores han mostrado cómo las terapias de luz pueden mejorar la fatiga en otras afecciones, por ejemplo, en la lesión cerebral traumática o la fatiga relacionada con el cáncer.
Sin embargo, los mecanismos subyacentes de la fatiga en general, y la fatiga de la esclerosis múltiple específicamente, son poco conocidos. Es por ello que los investigadores se han propuesto evaluar si esta terapia con luz brillante puede ser una opción viable para tratar la fatiga relacionada con la esclerosis múltiple.
Evaluando las terapias con luz brillante
Para evaluar esto, los investigadores seleccionaron 26 participantes de entre 18 y 65 años que padecían esclerosis múltiple, y se sometió a parte de ellos a una intervención con terapia de luz brillante mientras que los otros se sometieron a una terapia de luz falsa.
Los participantes recibieron una caja de luz con la instrucción de usarlo todas las mañanas dentro de las 3 horas posteriores a la vigilia durante 30 minutos. Se les ordenó que lo pusieran sobre la mesa frente a ellos, a una altura alineada con sus ojos y a una distancia de 30 cm. Asimismo, se instruyó a los participantes de mantener los ojos abiertos durante los 30 minutos de terapia de luz.
Mientras que la mitad de los participantes recibió esta caja de luz con una luminosidad de 10.000 lux, la otra mitad recibió una lámpara idéntica que emitía una luz roja con una intensidad de <300 lux debido a un filtro. Es decir, las cajas de luz eran idénticas en ambos grupos, con la única diferencia de que se instalón un filtro que atenuaba la luz a 200 lux y la tiñaba de rojo.
Resultados
Los resultados mostraron que los participantes sometidos a la luz roja no mostraron ningún efecto, mientras que el otro grupo si mostró síntomas apreciables tras solo 14 días de exposición.
Los participantes que utilizaron su lámpara de luz diurna de 10.000 lux durante media hora diaria mostraron una mejora del rendimiento físico y mental al cabo de poco tiempo. Además, el grupo de participantes que había consumido luz brillante mostraba menos somnolencia diurna en comparación con el otro grupo.
Pese a estos resultados, los investigadores son prudentes en cuanto a los resultados obtenidos, debido a las limitaciones que presenta el estudio. Por un lado el tamaño de la muestra es considerablemente pequeño, y no se pidió a los participantes que monitorearan el tiempo que pasaban al aire libre y en otros entornos. La intensidad de la luz en un entorno interior diario es de 50-200 lux en una sala de estar o de 300 a 500 lux en una oficina. Por el contrario, las lámparas de terapia de luz brillante generalmente proporcionan 5.000-10.000 lux y la luz natural varía de 10.000 lux en días nublados hasta 100.000 lux en días con cielos despejados.
“En nuestra muestra, la terapia con luz brillante disminuyó las puntuaciones de relacionadas con la fatiga, sin embargo este efecto no fue muy significativo. Estudios futuros deberían incluir una muestra más grande y monitorizar la exposición a la luz ambiental”, concluyen los investigadores.
Puede acceder al paper de la investigación a través del siguiente enlace:
https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/20552173221133262
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