Un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Buffalo demuestra cómo las terapias de luz pueden acelerar la curación de quemaduras.
La investigación, publicada en Scientific Reports, encontró que la terapia de fotobiomodulación, una forma de terapia de luz a dosis bajas capaz de aliviar el dolor y promover la curación y la regeneración de los tejidos, aceleró la recuperación de quemadura y redujo la inflamación en ratones activando una proteína (TGF-β1) que controla el crecimiento y la división celular.
Los hallazgos son realmente prometedores para el desarrollo y diseño de nuevos tratamientos terapéuticos para lesiones por quemaduras, una lesión que afecta a más de 6 millones de personas en todo el mundo cada año.
“La terapia de fotobiomodulación se ha utilizado eficazmente en la atención de apoyo a enfermedades como el cáncer, la degeneración macular relacionada con la edad y el alzheimer. Una característica común entre estas dolencias es el papel central que juega la inflamación. Este trabajo proporciona evidencias de la capacidad de la proteína TGF-beta 1 activada por fotobiomodulación para mitigar la inflamación, al tiempo que promueve la regeneración de los tejidos”, explica el investigador principal, Praveen Arany, pofesor asistente de biología oral en la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Buffalo.
Terapias de fotobiomodulación para acelerar la curación
La curación de heridas es un fenómeno complejo con múltiples tipos de células que desempeñan funciones críticas y discretas en las cuatro fases superpuestas de hemostasia, inflamación, proliferación y remodelado. El reclutamiento de células inflamatorias que incluyen neutrófilos, macrófagos y linfocitos inicia la fase de inflamación con sus signos clínicos clásicos de enrojecimiento.
Varios factores de crecimiento desempeñan un papel clave en fases específicas como el factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF), los factores de crecimiento transformadores-β (TGF-β), los factores de crecimiento de fibroblastos (FGF) y el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF). TGF-β es una citocina central cicatrizante de heridas con efectos distintos en diferentes tipos de células involucradas en las respuestas de cicatrización de heridas, incluyendo migración e infiltración celular, angiogénesis, síntesis matricial y remodelado. La capacidad de fotoactivar la señalización TGF-β1 proporciona un enfoque optogenético endógeno realmente atractivo para promover la cicatrización de heridas, y por extensión de las quemaduras.
Los investigadores midieron el efecto de la fotobiomodulación en la cicatrización de quemaduras de tercer grado durante un periodo de nueve días.
El tratamiento activó la TGF-β1 , que estimuló varios tipos de células involucradas en la curación, incluidos fibroblastos (las principales células del tejido conjuntivo del cuerpo que desempeñan un papel importante en la reparación de los tejidos) y macrófagos (células inmunes que reducen la inflamación, limpian los desechos celulares y combaten las infecciones).
Los investigadores también desarrollaron un protocolo preciso de curación de quemaduras para los tratamientos de fotobiomodulación para garantizar que las lesiones térmicas adicionales no se generen inadvertidamente por el uso del láser.
La efectividad de la fotobiomodulación para tratar el dolor y estimular la curación se ha documentado en cientos de ensayos clínicos y miles de artículos académicos. La terapia fue recomendada recientemente como tratamiento estándar para el alivio del dolor de la mucositis oral asociada al cáncer (inflamación y lesiones en la boca) por la Asociación Multinacional para Cuidados de Apoyo en el Cáncer.
Los resultados de esta nueva investigación demuestran la utilidad de los tratamientos con terapias de luz para mitigar las lesiones por quemaduras y proporciona la justificación biológica para su aplicación clínica en la cicatrización de heridas. Futuras investigaciones en estudios sobre humanos, puede proporcionar una herramienta realmente valiosa para el tratamiento de heridas.
Imagen de portada: Profesor Praveen Arany. Fotógrafo: Douglas Levere
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