Las terapias fotodinámicas pueden ser un aliado eficiente para combatir las infecciones secundarias en los pacientes con COVID-19. El uso de esta técnica, que combina la luz y una sustancia química fotosensibilizante para matar los microorganismos en el tracto respiratorio, se postula como un tratamiento efectivo complementario para los tratamientos contra el COVID-19.
El espectro clínico relacionado con la enfermedad del COVID-19 implica una amplia variedad de efectos correlacionados que abarca de desde las infecciones asintómaticas, la enfermedad leve del tracto respiratorio superior, así como la neumonía viral grave con insuficiencia respiratorio. Por lo tanto, es crucial desarrollar técnicas que combatan la carga viral y las infecciones correlacionadas causadas por las bacterias, evitando idealmente los cuidados médicos intensivos y minimizando la transmisión a otros.
“El COVID-19 puede llevar a complicaciones más allá del virus, y tenemos que encontrar tratamientos oportunos para estos problemas derivados. Tratar las co-infecciones e infecciones secundarias puede mejorar los pronósticos en los casos graves, sobre todo para aquellos pacientes que están entubados y se enfrentan a un mayor riesgo de infección por otros microorganismos como las bacterias que causan la neumonía”, explica Vanderlei Bagnato, investigador principal del Centro de Investigación de Óptica y Fotónica (CEPOF ) en São Carlos, Brasil.
Las terapias fotodinámicas pueden ser una herramienta eficiente para tratar estas infecciones secundarias. Los compuestos utilizados en la terapia fotodinámica interactúan con la luz para producir oxígeno singlete, una especie de oxígeno altamente reactivo que mata los virus y las bacterias oxidando sus membranas. “Cuando el paciente inhala estas sustancias, el fármaco puede activarse con la luz aplicada fuera del propio cuerpo, para así atacar a los patógenos en las vías respiratorias”, añade Bagnato.
La terapia fotodinámica no puede utilizarse para atacar de forma directa el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, ya que no elimina los microorganismos nocivos presentes en el torrente sanguíneo (sólo en las vías respiratorias). Sin embargo, los investigadores subrayan la importancia de desarrollar técnicas para combatir las coinfecciones por COVID-19 causadas por bacterias y otros virus, evitar la necesidad de cuidados médicos intensivos y reducir al mínimo la transmisión de la enfermedad a otras personas.
El CEPOF ha realizado varios estudios sobre el uso de la terapia fotodinámica para tratar la neumonía, el cáncer de piel y otras enfermedades. “Estamos a punto de comenzar un estudio para evaluar el uso de la terapia fotodinámica en casos de neumonía en cerdos. Esta etapa precede a los ensayos clínicos en humanos”, dice Bagnato.
El estudio será llevado a cabo por el CEPOF en asociación con investigadores de la Universidad de Toronto en Canadá. “Esperamos que se acelere porque, aunque todavía no lo sabemos con certeza, es muy probable que las personas que sobrevivan a COVID-19 sean más propensas a sufrir complicaciones respiratorias como la neumonía debido a la grave inflamación. Necesitamos desarrollar técnicas novedosas y tratamientos alternativos”, añade Bagnato.
Créditos de imagen: CEPOF