El sistema escolar actual no está diseñado para los llamados «búhos nocturnos», aquellos adolescentes que se duermen y despiertan tarde. Este desajuste horario no solo afecta su rendimiento académico, sino que también los hace más susceptibles a la depresión. Aproximadamente el 40% de los adolescentes se identifican como noctámbulos o trasnochadores, cifra que asciende al 80% entre aquellos con depresión.
En este contexto, investigadores de la UC San Francisco han encontrado una manera de ayudar a estos niños a adaptarse a sus ritmos naturales del ciclo de sueño mientras siguen cumpliendo con sus responsabilidades escolares. La intervención diseñada por los investigadores, denominada como Sueño Transdiagnóstico e Intervención Circadiana (TransS-C) se enfoca en ayudar a los adolescentes a adaptar sus vidas a su biología del sueño-vigilia. Este enfoque incluye la reestructuración de sus horarios para permitirles dormir lo más tarde posible, al tiempo que se les entrena gradualmente para que se duerman un poco más temprano.
Para comprobar la efectividad de esta intervención cognitiva-conductual se involucró a 42 participantes con depresión clínica que habían formado parte de un estudio más amplio de 176 adolescentes “Buhos nocturnos”. Veinticuatro de estos adolescentes recibieron la intervención TransS-C, y 18 recibieron sesiones educativas sobre cómo llevar un estilo de vida saludable.
Terapia TranS-C
El sueño transdiagnóstico y la intervención circadiana para la juventud (TranS-C)se basa en el sueño y la ciencia básica circadiana y combina elementos de cuatro intervenciones basadas en la evidencia científica: Terapia Cognitiva conductual para el Insomnio, Terapia de Ritmo Interpersonal y Social, Cronoterapia y Entrevista Motivacional. El objetivo es revertir el mantenimiento de los procesos psicosociales, conductuales y cognitivos que afectan la salud del sueño.
El enfoque del tratamiento está en entrenar a los jóvenes a través de habilidades que están destinadas a avanzar simultáneamente el ritmo circadiano y la hora de acostarse, retrasar la hora de despertar, mejorar la eficiencia del sueño, extender el tiempo total de sueño y mejorar la calidad del sueño.
Resultados obtenidos
Al comienzo del estudio, todos los adolescentes obtuvieron al menos una puntuación de 40 en la Escala de Calificación de la Depresión Infantil, un nivel que indica una depresión clínicamente significativa. Una puntuación de 28 o inferior indica remisión. Seis meses después del tratamiento, la puntuación media del grupo de intervención había caído a 21,67, en comparación con 32,5 para el grupo que recibió la intervención de estilo de vida saludable. A los 12 meses posteriores al tratamiento, la intervención obtuvo un puntaje de 24,97, mientras que los controles fueron de 32,75.
A tenor de estos resultados, el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, ha financiado un estudio más grande, y estará abierto a la inscripción de 200 adolescentes en el Área de la Bahía este otoño.
Conclusión
Alrededor de 3 millones de adolescentes tienen al menos un episodio depresivo mayor en un año determinado, y alrededor del 40 % no responde al tratamiento. Esta investigación muestra que los adolescentes cuyas tendencias naturales son quedarse dormidos más tarde y despertarse más tarde tienen un mayor riesgo de depresión recurrente, depresión más grave, suicidalismo y una mala respuesta antidepresiva
La doctora Lauren Asarnow, psicóloga clínica especializada en salud del sueño en UCSF Health, enfatiza que es crucial dejar de etiquetar a estos adolescentes como «perezosos». La biología del sueño-vigilia juega un papel fundamental en su comportamiento y salud mental. Reconocer y tratar estos patrones de sueño podría ser clave en el manejo de la depresión y la ansiedad.
En definitiva, este estudio abre el camino para una comprensión más profunda de cómo el sueño afecta la salud mental de los adolescentes. La terapia del sueño-vigilia ofrece una nueva perspectiva en el tratamiento de la depresión adolescente, alineando las necesidades biológicas con las demandas ambientales. Este enfoque personalizado promete ser una herramienta valiosa en la lucha contra la depresión en adolescentes, proporcionando una solución que va más allá de la medicación y el asesoramiento tradicionales. Estaremos atentos sobre los futuros resultados del estudio ampliado.
Puede acceder al paper de la investigación a través del siguiente enlace:
https://acamh.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jcpp.13880
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