Un «superácido» más fuerte que el ácido de las baterías de los coches pretende revolucionar la iluminación LED, consiguiendo una iluminación más segura, menos costosa y más fácil de usar.
Investigadores de la Universidad Estatal de Oregon, han utilizado un “superácido” orgánico, hecho de disulfuro de cobre e indio, para mejorar el rendimiento de los puntos cuanticos (Quantum Dots) y que es mucho menos tóxico que el plomo o cadmio, normalmente utilizado como base para el desarrollo de los nanocristales emisores de luz.
Usada en óptica y electrónica, la actual tecnología de puntos cuánticos todavía es muy cara de fabricar y no puede utilizarse en algunas aplicaciones (por ejemplo, imágenes biomédicas), debido a la toxicidad el plomo y cadmio.
“Hay una variedad de productos y tecnologías a las que se pueden aplicar los puntos cuánticos, pero desde el punto de vista del consumidor general, la más importante es la iluminación LED”. Señala Greg Herman, profesor de Ingeniería Química en el OSU College of Engineering. “Y ahora hay televisores en el mercado que usan la tecnología de puntos cuánticos”.
En el estudio, publicado en “Materials Letters”, los investigadores crearon un tratamiento a partir del superácido, aplicado a metales no tóxicos y pesados, el cual mejora la fotoluminiscencia de los puntos cuánticos a niveles comparables con el seleniuro de cadmio, el material cuántico de mejor rendimiento.
“La emisión de luz de los puntos tratados con superácidos es mucho mejor”, dijo Herman, el autor principal del estudio. “Todavía hay problemas que deben resolverse, pero hemos demostrado la capacidad del tratamiento para mejorar la vida útil de los puntos cuánticos con eficiencias cuánticas mucho mayores. Además, debido su falta de toxicidad, pueden ser utilizados en aplicaciones biomédicas”.
Un paciente de cáncer, por ejemplo, podría ingerir puntos altamente estables que se acumularian en los lugares donde está el tumor para permitir la obtención de imágenes. “Es por esta razón por la que estamos trabajando con cobre e indio. No queremos que la gente ingiera cadmio o plomo” añadió Herman.
Los investigadores están desarrollando nuevas técnicas de fabricación que eviten los problemas de toxicidad y permitan reducir los costes para una producción a gran escala. Además proporcionan una mayor precisión para el control del color, ya que el tamaño y la composición del la partícula es lo que determina el color de la luz.