Una investigación realizada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Estatal de Oregón (OSU) y la Universidad Estatal de Portland identifica tres posibles soluciones que se podrían implementar de forma sistemática para mejorar la seguridad de los peatones mayores de 65 años.
Los resultados de la investigación, publicados en la revista científica Transportation Research Record, presentan un interesante marco para mejorar la seguridad de los peatones de edad avanzada en lo que respecta a las colisiones graves (mortales e incapacitantes), utilizando la ciudad de Oregón como estudio de caso.
Los investigadores peinaron cuatro años de datos sobre colisiones en Oregon en busca de lugares en los que los peatones de edad avanzada estuvieran sobrerrepresentados. Para ello se evaluaron las frecuencias brutas de los datos de los accidentes para determinar las tendencias y los factores relacionados con los accidentes que están sobrerrepresentados. En segundo lugar, se llevó a cabo un análisis de bosque aleatorio para determinar las variables importantes para predecir las colisiones de peatones de edad avanzada con lesiones graves. Los datos de 4 años de colisiones identificaron 112 accidentes graves de peatones de edad avanzada (>65 años)
“Los accidentes de tráfico en los que se ven implicados peatones de edad avanzada tienen más probabilidades de resultar mortales que los que afectan a otros grupos de edad. Como grupo, los peatones de más edad son más frágiles, caminan más despacio y corren un mayor riesgo de caerse al caminar. Y algunas de esas personas pueden tener también una capacidad inhibida para tomar decisiones seguras al cruzar la calle debido a problemas de visión o audición y al deterioro cognitivo”, explica DavidHurwitz, investigador de ingeniería de transporte de la OSU.
Tras realizar una revisión de las mejores prácticas procedentes de fuentes nacionales y locales, los investigadores trazaron un mapa de esas prácticas con los puntos peligrosos de Oregón para los peatones de 65 años o más y llegaron a las siguientes recomendaciones:
- Mejorar la iluminación y la visibilidad.
- Aumentar el uso de los semáforos de giro a la izquierda.
- Acortar las distancias de cruce.
“El 20% de las colisiones que analizamos se produjeron en la oscuridad en lugares con escasa iluminación en las calles. El 8% se produjo al amanecer y el 5% al anochecer, momentos del día en los que la iluminación ambiental es escasa. Una mejor iluminación en los cruces y cerca de los lugares de paso, las balizas de intermitencia rápida y otros dispositivos como las señales de advertencia de «Paso de peatones» con LEDs intermitentes probablemente ayudarían mucho”, afirma Hurwitz.
También lo sería, el convertir los giros a la izquierda “permisivos”, es decir sin ningún tipo de semáforo que facilita la acción, en relación con los “protegidos” que sí disponen de estos semáforos. Ejecutar un giro a la izquierda permisivo en una intersección significa estar atento a una interrupción del tráfico que viene en sentido contrario, que tiene el derecho de paso. En un giro a la izquierda protegido, el automovilista recibe la señal de una flecha verde de que es seguro girar.
«En un giro a la izquierda permitido, los conductores pueden concentrarse tanto en buscar un hueco en el tráfico que no ven a los peatones. Aumentar el uso de los giros a la izquierda protegidos en lugares donde un giro permitido puede ser difícil puede mejorar la seguridad de los conductores de edad avanzada, así como de los peatones, porque reduce una de las tareas de conducción más complejas”, detalla Hurwitz.
Finalmente, entre los peatones de 65 años o más, la proporción de accidentes con lesiones graves que se producen cuando la persona está en la calzada es mayor que en el caso de los peatones de 25 a 64 años, lo que sugiere que acortar las distancias de cruce aumenta su seguridad al reducir su tiempo de exposición.
Esto puede hacerse mediante islas peatonales en la mediana, extensiones de bordillos, pasos de peatones elevados, u otras soluciones similares, es decir, reduciendo el número de carriles de circulación de los coches en una zona. Se ha demostrado que las islas para peatones en la mediana de las calles anchas y concurridas disminuyen el número previsto de colisiones hasta un 14% , y los pasos de peatones elevados y las reducciones de carriles hasta un 46%.
Aunque las conclusiones y recomendaciones de este estudio se basan en los datos de accidentes de Oregón, la mejora de la seguridad de los peatones de edad avanzada es un tema importante para todas las ciudades, y estas recomendaciones podrían servir para mejorar la seguridad vial a nivel general.
“Desde el punto de vista del diseño universal, una de las ventajas es que los tratamientos destinados a aumentar la seguridad de los peatones de más edad mejoran la seguridad de todos los peatones. Nuestro principal objetivo era identificar tratamientos de bajo coste que pudieran aplicarse de forma generalizada, pero buscar formas de abordar el exceso de velocidad también puede ayudar a mejorar la seguridad de los peatones de edad avanzada y debería ser un objetivo de futuros trabajos”, concluye Hurwitz.
La investigación fue financiada por el Departamento de Transporte de Oregón y la Administración Federal de Carreteras.
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