Para poder calificar a una ciudad como smart city, antes debemos mirar en sus cloacas y en sus vertederos. El índice de depuración de agua y de reciclaje de sus residuos sólidos urbanos puede darnos una idea de la modernidad de una ciudad y de la calidad de vida de sus ciudadanos. Los vieneses en ese sentido se sienten muy orgullosos del alto índice de resultados que obtienen tanto en la depuración del 95% de sus aguas residuales como en el aprovechamiento íntegro de sus residuos.
En un momento de crisis económica es difícil pensar en el desarrollo de nuevos proyectos, pero para Lukas Magg, director de comunicación de Tina Vienna, y encargado de la creación de la Oficina para el desarrollo de las Smart Cities en Viena, la crisis económica es una oportunidad única para el desarrollo de la industria de las smart cities. Esta oportunidad está basada en las predicciones de la Unión Europea, que prevén que en el año 2050 el 70% de la población ocupará las grandes ciudades y sólo el 30% permanecerá en áreas rurales o poblaciones de menos de 10.000 habitantes. Albergar a los nuevos vecinos no supone solo construir nuevas áreas en la ciudad, sino gestionar eficientemente los recursos de los que se dispone.
Depuración de agua
El Danubio, uno de los ríos más caudalosos de Europa, pasa por Viena desplazando 500.000 m3 por segundo. Viena aprovecha sus recursos para su abastecimiento y utiliza un canal artificial subterráneo que parte del río Danubio para conectar todo su alcantarillado.
6.000 m3 de aguas residuales entran en la planta de depuración de ebswien Hauptklaranlage como resultado de un gasto diario de agua por habitante de 150 litros/día . La planta consume el 1% de la energía eléctrica de toda Viena, lo que supone un consumo de 50w/hora por habitante y día. El enorme consumo anual de la planta, que es de 63 GW/hora, podrá ser compensado con la producción de biogas a partir de los lodos de depuradora mediante un proyecto que producirá en torno a 87 GW/hora por año.
La planta de tratamiento de agua de Viena forma parte del programa medioambiental austriaco enfocado a preservar la calidad de sus ríos, contribuyendo definitivamente al desarrollo sostenible de la ciudad. Bastan veinte horas de depuración para devolver el agua al Danubio con un 95% de depuración.
Tratamiento de RSU
En Viena existen tres plantas de incineración de residuos sólidos urbanos, que se encargan de reciclar el 40% del millón de toneladas anuales de basura que generan el 1,8 millones de habitantes de la ciudad. El 60% restante, o sea, unas 600.000 Tn. es incinerado para la producción de agua caliente para la climatización de la ciudad. Este agua caliente es circulado mediante un district heating a través de unos 1.000 km. de tuberías que abastecen a un tercio de la población. Una de esas plantas, que tuvimos la ocasión de visitar durante nuestra visita a Viena, es la planta de Pfaffenau, que recibe unos 200 camiones diarios y es capaz de quemar 32 toneladas diarias mediante dos líneas de incineración. Una de las partes fundamentales de la planta en la parte encargada del tratamiento de los gases contaminantes que, mediante un triple proceso de filtración, consigue liberar la emisiones de todas las partículas peligrosas para la salud.
Las cenizas resultantes también son aprovechadas en la industria cementera.