El pasado viernes 24 de abril, Signify ha presentado sus resultados económicos para el primer trimestre del 2020. Ese mismo día Eric Rondolat (CEO) y René van Schooten (CFO) organizaron una conferencia telefónica para discutir los resultados con analistas e inversores, y donde, en respuestas a las preguntas de estos, el CEO de Signify habló de la posición de la compañía con respecto a la iluminación UV.
“La fabricación de lámparas UV es una actividad que hemos desarrollado históricamente. Este tipo de lámparas emiten un tipo de luz que puede afectar a los virus, y por tanto pueden usarse como desinfectante tanto en el agua, como en superficies y en el aire. La actual situación representa por tanto una importante oportunidad para hacer crecer esta unidad de negocio y creemos que esto se mantendrá después de esta crisis. Hacemos las fuentes de luz, y las vendemos a clientes OEM… aunque actualmente esta unidad de negocio es marginal puede crecer mucho. Estamos aumentando la inversión para aumentar nuestra capacidad de producción de lámparas UV, a la vez que estamos desarrollando un catálogo completo de luminarias para este tipo de aplicaciones.”
“Se trata de una oportunidad muy interesante, principalmente porque está totalmente en línea con nuestra estrategia y propósito, que es la de proveer una luz que tenga en cuenta la salud de las personas en el planeta, este es un importante aspecto para nosotros. Al mismo tiempo, creemos que es una interesante oportunidad de crecimiento para el presente y el futuro”, explicó Rondolat.
Desarrollando nuevos dispositivos UV para la esterilización de EPIs
Mientras tanto investigadores e ingenieros de todo el mundo siguen desarrollando nuevos dispositivos y sistemas que permite el desinfectar los entornos hospitalarios y los tan importantes equipos de protección individual para la protección de los sanitarios.
Así por ejemplo, investigadores de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas Thomas J. Watson de la Universidad de Binghamton han diseñado un modelo de estación de esterilización que utilizan las luz ultravioleta para matar el coronavirus en cualquier equipo de protección contaminado. La estación ya está siendo utilizada y probada en los hospitales del área de Binghamton.
Las estaciones cuentan con grandes bombillas UV y papel de aluminio para aumentar la cantidad de energía disponible para matar al SARS-CoV-2 en cualquier superficie. La piezas pueden ser compradas en cualquier ferretería y ensambladas en tres horas.
“Estamos convencidos de que podríamos desarrollar un sistema eficiente con luz UV. Recopilamos todos los datos disponibles del SARS y el Coronavirus, y construimos un modelo computacional. Revisamos la literatura y nos aseguramos de que las dosis que ibas a usar eran correctas y efectivas, y finalmente hicimos diversas pruebas para validar el diseño”, explica Kaiming Ye, quien dirigió la investigación.
Por otro lado, un equipo de investigación del Instituto Politécnico Rensselaer han desarrollado un dispositivo que utilizan la luz UVC para esterilizar miles de máscaras de protección, haciéndolas seguras para su reutilización.
A medida que la pandemia empeoraba en la ciudad de Nueva York, y la escasez de equipos de protección individual se hacía cada vez mayor, desde Rensselaer se preguntaron si podrían desarrollar una forma que estos recursos críticos pudieran ser reutilizados sin perder efectividad.
El sistema de esterilización UVC, desarrollado por un equipo multidisciplinario de ingenieros del Instituto Rensselaer, tiene unos dos metros de altura y otros dos metros de longitud. Dos lámparas UVC, cada una con dos tubos UVC, están sujetos de verticalmente una frente a la otra para que las mascarillas – colgadas en una serie de ganchos que forman parte de un “cinturón “motorizado – puedan pasar entre las dos fuentes UVC. La velocidad de este “cinturón» determina la dosis de radiación que reciben las mascarillas.
Según Bob Karlicek, director del Centro de Sistemas y Aplicaciones de Iluminación (LESA) de Rensselaer, el sistema es único por su configuración vertical, que permite que la luz desinfecte las máscaras por ambos lados.
«Dado que la radiación UVC es un proceso de desinfección en línea de visión, si hay alguna sombra en la máscara o algún material que bloquee el acceso de la radiación UVC, no se va a desinfectar esa parte», dijo Karlicek. «Optamos por un sistema que nos permitió poner las máscaras en vertical para poder exponerlas simultáneamente por delante y por detrás sin bloquear la radiación UVC».
«Si la dosis es demasiado alta, la radiación UVC puede dañar las correas elásticas, causando que se rompan después de varios ciclos de desinfección. Tampoco queríamos que la dosis fuera demasiado baja, porque entonces no podríamos desinfectar la máscara», continua Karkicek.
La eficacia de este sistema será probada en el Hospital Monte Sinaí en las máscaras que han sido infectadas con el virus que causa COVID-19. Esa información ayudará a los ingenieros de Rensselaer a ajustar la velocidad del cinturón para obtener mejores resultados. A partir de ahí, este sistema aún debe ser aprobado para su uso por la Administración de Alimentos y Medicamentos.
Imagen portada: Instituto Politécnico Rensselaer