La gestión de la iluminación urbana y el tráfico se encuentra en el umbral de una profunda transformación impulsada por los nuevos desarrollos en inteligencia artificial y la sensórica. Estas tecnologías emergentes prometen no solo optimizar el consumo de recursos y mejorar la seguridad pública, sino también redefinir nuestra interacción con el entorno urbano.
Es por ello que los fabricantes de sistemas de control e iluminación están desarrollando nuevos productos que integran estas avanzadas tecnologías para enfrentar los desafíos urbanos contemporáneos. Un ejemplo de ello es Tridonic con su SensorX, un producto basado en IA diseñado específicamente para transformar la iluminación de carreteras y caminos.
En lugar de utilizar sensores de movimiento para este dispositivo periférico, la compañía ha confiado en la visión artificial para detectar “vida” en las vías, y así regular el alumbrado público cuando sea necesario, consiguiendo importantes ahorros de energía y evitando emisiones lumínicas innecesarias. El sensor también permite medir y diferenciar a los usuarios de la carretera, abriendo el camino para la planificación y el control inteligentes del tráfico y los aparcamientos.
Aplicaciones versátiles para ciudades inteligentes
El alumbrado público tradicional, aunque esencial, ha sido durante mucho tiempo un consumidor ineficiente de energía, iluminando las calles sin importar si están ocupadas o vacías. SensorX introduce un cambio de paradigma mediante la implementación de tecnología de visión artificial, permitiendo que el alumbrado público sea reactivo en lugar de estático.
Al detectar la presencia de peatones, vehículos y ciclistas, este sistema permite una adaptación dinámica de la iluminación, reduciendo la intensidad luminosa en momentos de baja actividad y respondiendo adecuadamente cuando la demanda aumenta. Esta capacidad de ajuste no solo reduce significativamente el consumo energético sino también la contaminación lumínica, contribuyendo a un entorno más sostenible.
Además, gracias a su algoritmo de aprendizaje automático, es capaz de diferenciar entre los distintos usuarios de la vía, lo que abre nuevas oportunidades para la planificación y gestión del tráfico. Esta información puede ser instrumental en la optimización de semáforos, la apertura de carriles adicionales y la prevención de congestiones, alineándose con los objetivos de las ciudades inteligentes de mejorar la fluidez del tráfico y reducir las emisiones de CO2.
Seguridad de los datos gracias a la informática en la periferia
Como dispositivo periférico, el SensorX, fácil de instalar, procesa toda la información en el propio dispositivo y no envía imágenes ni vídeos a una infraestructura externa. El sensor solo comunica al exterior la interpretación del algoritmo a través de DALI, no el material de entrada. Además, SensorX no dispone de memoria propia. Esta arquitectura no solo garantiza la protección de los datos, sino que también proporciona más ancho de banda para transferir archivos de imagen o vídeo de gran tamaño. El consumo de energía del SensorX es de tan solo 1 W por nodo. El cumplimiento de la norma ZD4i y la comunicación basada en DALI garantizan la interoperabilidad con una amplia gama de sistemas y, por tanto, facilitan el uso en una gran variedad de aplicaciones.
“Muchas soluciones de visión artificial requieren una gran potencia de cálculo y electricidad, por lo que no son económicas ni sostenibles para su uso masivo. El SensorX ha conseguido reducir al mínimo los requisitos de potencia y rendimiento del hardware del propio dispositivo. La magia está en el software. Esto nos permite ahorrar en datos, costes y electricidad”, explica Eduardo Pereira, jefe de producto de controles de exterior en Tridonic.
El pasado abril de 2023, SensorX fue galardonado en los premios Zhaga Smart City Sensors Awards, en la categoría de «movilidad». El dispositivo estará disponible en unidades limitadas a partir de abril de 2024.
Imágenes: Tridonic