Si bien no existe una tecnología única que pueda leer fielmente nuestros pensamientos, en la actualidad hay un número creciente de dispositivos que capturan varias manifestaciones físicas de las emociones. El Doctor Juan Antonio Guerrero Ibáñez de la UPC investiga sobre ellos.
Por Nistela Villaseñor de Agencia Informativa Conacyt
El doctor Juan Antonio Guerrero Ibáñez, junto a su equipo de colaboradores actualmente trabaja con este tipo de dispositivos sensores y hace uso de tecnologías de comunicación inalámbricas existentes para la generación de mecanismos que detecten estados emocionales de un automovilista.
El doctor en Ingeniería en Telemática por la Universidad Politécnica de Cataluña, y cuyas líneas de investigación se enfocan en gestión de redes heterogéneas y redes de comunicación vehiculares, indicó que el proyecto está enfocado en estados como concentración, cansancio, tensión o relajación, y en poder definir acciones correspondientes como la transmisión de mensajes de notificación a servicios de emergencia, a otros vehículos y a peatones dentro del entorno de conducción.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿En qué consiste el proyecto de investigación?
Juan Antonio Guerrero Ibáñez (JAGI): El proyecto básicamente consiste en identificar el estado emocional de los conductores a fin de detectar posibles situaciones de peligro que pueden poner en riesgo la integridad de los automovilistas y peatones. Sabemos que las emociones son un estado corporal que involucra varias estructuras físicas y que ocurren en situaciones particulares. Las emociones las forman pensamientos y sentimientos, además de otros procesos internos, los cuales podrían ocasionar que la persona que tiene la emoción no esté alerta o atenta al cien por ciento.
AIC: ¿Cómo inició el proyecto?
JAGI: Como resultado del intercambio de experiencias por parte de dos grupos de investigación es como surgió este proyecto. En la Universidad de Colima se desarrolló el proyecto de un sistema inteligente para la prevención de colisiones en cruces de zonas urbanas; en dicho proyecto se realizaba la comunicación entre vehículos que se acercaban a una intersección vial y mediante mensajes se coordinaban para un cruce adecuado, y de esta forma tratar de evitar colisiones.
Por otro lado, en la Universidad Politécnica de Cataluña se ha trabajado en proyectos relacionados con detección de emociones mediante ondas cerebrales. Se han hecho estudios mediante dispositivos sensores en forma de diadema para medir nivel de estrés en personas.
AIC: ¿Cómo innova esta investigación?
JAGI: Se puede decir que en la actualidad hay grandes avances en cuanto a la tecnología y diseño de los sensores para el cuerpo humano, con lo cual cada vez estamos más cerca de poder detectar en tiempo real la emoción que experimenta una persona en un momento dado, mediante un conjunto de señales fisiológicas y un historial previo de la persona.
Dicho lo anterior, en el mundo automovilístico sería de evidente importancia para la seguridad vial el hecho de poder detectar cuando una persona no está capacitada para conducir un vehículo, dada una emoción como podría ser tener un alto nivel de estrés, euforia, depresión, etcétera.
Existen ya algunas empresas de vehículos que han incorporado distintos sensores en el volante, asiento, pedales, etcétera, para medir el estado de salud de una persona mientras conduce. Sin embargo, es todavía un problema abierto el conseguir detectar y diagnosticar en tiempo real la emoción del conductor, y más aún notificarla al resto de usuarios de la vía.
AIC: ¿Quiénes participan en el proyecto?
JAGI: En este proyecto están participando profesores del Departamento de Arquitectura de Computadoras de la Universidad Politécnica de Cataluña, liderado por la doctora María Angélica Reyes Muñoz, y profesores del grupo de investigación de redes y telecomunicaciones de la Facultad de Telemática de la Universidad de Colima, liderados por mí.
AIC: ¿Cuándo surgió el proyecto?
JAGI: Surgió el año pasado, a raíz de visitas cortas que se han realizado tanto por parte de la doctora Angélica Reyes a la Universidad de Colima, como de mi parte a la Universidad Politécnica de Cataluña, en donde los dos grupos de investigación han estado realizando trabajos que tienen que ver con la prevención de accidentes vehiculares. Al intercambiar experiencias entre ambos grupos fue como surgió la idea de este proyecto.