El Gobierno Vasco ha presentado esta semana el proyecto de despliegue de la red IoT pública en Euskadi con el objetivo de conectar más de 300.000 sensores en la red en 2028. La iniciativa, liderada por la sociedad pública Itelazpi y basada en tecnología LoRaWAN, busca consolidar una infraestructura de comunicaciones inalámbricas de baja potencia y largo alcance que permita a las administraciones públicas monitorizar, optimizar y anticipar la gestión de servicios clave en todo el territorio.
Itelazpi, la Sociedad Publica de Telecomunicaciones de Euskadi, inició en 2018 la estrategia de despliegue de la red IoT pública del Gobierno Vasco, sustentada en tecnología LoRaWAN. Dos años más tarde, en 2020, se llevaron a cabo los primeros proyectos piloto en colaboración con los Consorcios de Aguas de Bilbao Bizkaia y Gipuzkoako Urak, centrados en la digitalización de la lectura de contadores de agua mediante sensores conectados.
A partir de 2021, la iniciativa entró en una fase de expansión más amplia, que ha permitido consolidar una cobertura del 68 % del territorio vasco, con 362 puntos de acceso activos y un total de 210.654 sensores operativos. La distribución actual se reparte entre 39 antenas en Álava, 176 en Bizkaia y 147 en Gipuzkoa.
El objetivo durante la presente legislatura es avanzar hacia un despliegue masivo que permita consolidar una red IoT integral, de alta densidad y equilibrada entre los tres territorios históricos. Para 2028, se prevé alcanzar el 90 % de cobertura en Euskadi, con 500 puntos emisores y más de 300.000 sensores conectados. Esta infraestructura pública de comunicaciones está concebida como un pilar estratégico para impulsar la digitalización transversal de los procesos de gestión pública, favoreciendo una administración más eficiente, preventiva y orientada al dato, capaz de responder a los retos sociales, ambientales y tecnológicos del territorio.

Casos de uso actuales y escenarios de aplicación futura
Desde sus inicios, el proyecto ha perseguido un objetivo claro: desplegar una única red pública de comunicaciones IoT al servicio de toda la administración vasca. Actualmente, esta infraestructura ya da soporte a iniciativas en marcha en 36 municipios y 15 entidades públicas, con una diversidad creciente de casos de uso. Entre los más representativos se encuentran la monitorización de temperatura y confort térmico en viviendas gestionadas por Alokabide en Arrasate y Amurrio; la detección temprana de incendios en contenedores urbanos en Getxo; y la lectura remota de contadores de agua desarrollada en colaboración con los consorcios hidráulicos, considerada hasta la fecha la aplicación más madura y extendida del sistema
Según ha señalado Xabier Zubiaur, director general de Itelazpi, la red IoT pública tiene también un papel estratégico como plataforma de apoyo para el desarrollo de iniciativas de ciudad inteligente por parte de los municipios, facilitando la incorporación de soluciones tecnológicas en la gestión local sin necesidad de desplegar redes independientes.

Entre las instituciones y entidades que ya se han adherido al proyecto destacan las tres Diputaciones Forales, el Gobierno Vasco —a través de organismos como Hazi y Alokabide—, los consorcios de aguas y numerosos ayuntamientos.
Además de los usos ya operativos, se están desarrollando nuevas aplicaciones con una clara orientación preventiva y medioambiental. Entre ellas se incluyen el control de llenado de contenedores para la optimización de rutas de recogida, la localización de ganado mediante collares con sensores y el vallado virtual de zonas de pasto, así como sistemas avanzados de detección temprana de incendios tanto en entornos urbanos como rurales. Estas soluciones permiten anticipar incidencias, reducir el impacto ambiental y mejorar la eficiencia operativa, aspectos especialmente relevantes en el contexto del cambio climático y la presión sobre los recursos naturales.
El potencial de la red, sin embargo, va mucho más allá. Gracias a su arquitectura abierta y escalable, permite habilitar una amplia variedad de casos de uso adaptados a las necesidades concretas de cada administración. Algunos ejemplos en fase de estudio o con alto grado de viabilidad técnica incluyen:
- Control de accesos de vehículos pesados en polígonos industriales.
- Supervisión de zonas de bajas emisiones y entornos urbanos sensibles.
- Medición de parámetros ambientales: ruido, temperatura, humedad, calidad del aire o radiación solar.
- Gestión inteligente del alumbrado público, con sistemas de encendido adaptativo y mantenimiento predictivo.
- Monitorización de zonas de riesgo de inundación y puntos críticos del sistema hidráulico urbano.
- Detección de usos indebidos del espacio público o tiempos de estacionamiento en zonas reguladas.
- Control de aforos y flujos de personas en eventos, áreas turísticas o ejes comerciales.
- Detección y control de plagas en zonas verdes o agrícolas.
- Supervisión del estado de infraestructuras mecánicas como escaleras automáticas, rampas móviles o ascensores municipales.

Todos estos escenarios comparten una misma lógica: obtener información en tiempo real para mejorar la toma de decisiones, anticiparse a incidencias, reducir costes operativos y ofrecer servicios públicos más adaptados, sostenibles y resilientes. La red IoT pública de Euskadi se configura así como una infraestructura transversal, capaz de transformar la gestión pública mediante una conectividad eficiente y al servicio del interés común.
Fuente de imágenes: Itelazpi