Estudios anteriores han demostrado cómo los niños con dificultades de atención y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) resuelven mejor tareas cognitivas cuando están expuestos a un ruido blanco auditivo. Ahora, un nuevo estudio es la primera vez que muestra el vínculo entre el “ruido blanco visual” y las habilidades cognitivas como la memoria, la lectura y la decodificación no verbal en niños con dificultades de lectura y escritura (dislexia).
“El ruido blanco visual al que exponemos a los niños, también denominado cómo ruido visual de píxeles, se podría comparar con la miopía y dar gafas a los niños. El efecto en la lectura y la memoria fue inmediato”, explica Göran Söderlund, profesor titular de educación en la Universidad de Gotemburgo y profesor de educación especial en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Noruega Occidental.
Beneficios del ruido blanco sensorial en la mejora las habilidades de lectura y memoria
La discapacidad lectora o dislexia es uno de los trastornos del neurodesarrollo más comunes en los niños, con una prevalencia de entre el 5-12% de la población. Esta se caracteriza por una dificultad significativa para aprender a leer a pesar de la inteligencia normal y la agudeza sensorial y se sabe que tiene una base hereditaria considerable.
La capacidad de lectura es un fuerte predictor de los logros escolares de por vida y el mal desarrollo de la lectura está relacionado con problemas de salud mental. Por lo tanto, es de crucial interés desarrollar herramientas e intervenciones para los niños que luchan con la lectura.
Investigaciones recientes han sugerido que la asociación entre el ruido externo, los problemas de atención y el rendimiento cognitivo es bastante compleja. El ruido externo se considera típicamente como una perturbación durante la actividad cognitiva, y los seres humanos a menudo hacen todo lo posible para reducirlo y evitarlo. Después de la exposición a ruido de alta intensidad impredecible e incontrolable, como tráfico o gritos, la calidad del rendimiento de la tarea cognitiva disminuye. Además, los niños en clases más grandes y acústicamente ruidosas tienden a mostrar un menor rendimiento académico, incluido un bajo rendimiento de lectura. Desde esta perspectiva, podría parecer contradictorio que el ruido externo, en algunas circunstancias y para algunos individuos, pueda mejorar el rendimiento cognitivo.
Sin embargo, hoy en día hay evidencia convincente de los beneficios de ciertos tipos de ruido auditivo externo en el rendimiento cognitivo en diversas tareas en niños con déficits de atención y/o TDAH. Diversas investigaciones han demostrado como la atención y el rendimiento de la memoria se pueden mejorar a través de la exposición auditiva al ruido blanco a niños diagnosticados con TDAH.
El mecanismo exacto detrás de los beneficios del ruido blanco aún no se entiende completamente. La hipótesis de este nuevo estudio ha sido el marco de la excitación cerebral moderada que tiene en cuenta el fenómeno de la resonancia estocástica (SR) . El concepto SR intenta explicar la paradoja de que el cerebro parece utilizar ruido blanco sin sentido para diferenciar la señal en los estímulos objetivo del ruido no objetivo. En particular, el ruido blanco mejora o aumenta la relación señal-ruido.
Se presume que esta relación sigue una función de curva en U invertida, donde el rendimiento alcanza su punto máximo a niveles moderados de ruido blanco. Esto significa que un nivel moderado de ruido blanco es beneficioso para el rendimiento. Por el contrario, muy poco ruido no agrega la potencia necesaria para llevar la señal por encima del umbral para provocar un potencial de acción, mientras que demasiado ruido sobre la señal, lo que lleva a un deterioro de la atención y el rendimiento.
Este nuevo estudio introduce el ruido blanco en la modalidad visual, utilizando ruido visual de píxel blanco, para evaluar si este también podría producir efectos positivos.
Investigando los beneficios del ruido blanco sensorial
El estudio se llevó a cabo en alrededor de 80 estudiantes en la región de Småland en el sur de Suecia. Los niños que participaron fueron seleccionados después de una prueba de reconocimiento de palabras y se dividieron en tres grupos: buenos lectores, niños con algunas dificultades de lectura y niños con dificultades de lectura importantes (es decir, con discapacidades fonológicas).
En el estudio, se pidió a los niños que leyeran 12 palabras mientras estaban expuestos a cuatro niveles diferentes de ruido visual blanco, de cero a un nivel alto. La prueba implicó evaluar cuántas de las palabras podían leer correctamente los niños y cuántas palabras pudieron recordar después.
Todos los estímulos se presentaron en la pantalla de una ordenador portátil de 15 pulgadas y los niños estaban sentados a unos 70 cm de distancia de la pantalla. La pantalla utilizada tiene una resolución de 1.024 × 768, por lo que para ahorrar tiempo de renderizado pero aún teniendo la misma relación de aspecto, el tamaño del clip de vídeo se estableció en 683 × 512 (es decir, 2⁄3 de 1.024 × 768). La velocidad de fotogramas de los clips fue de 20 fotogramas/s, y se guardaron en el formato de vídeo MP4 para que pudieran reproducirse con una instalación regular de un reproductor multimedia VLC. El ruido se agrega en última instancia a cada fotograma de video con un conjunto independiente de números aleatorios generados para cada fotograma. La razón por la que no se eligió una distribución gaussiana fue para hacer que los diferentes niveles de ruido se distingan lo más posible entre sí y este fue más el caso, en cuanto a apariencia, utilizando la distribución uniforme.
Resultados obtenidos
Los resultados, publicados recientemente en la revista científica Brain and Behavior, mostraron que el grupo con mayores dificultades de lectura, particularmente dificultades fonológicas, tuvo un rendimiento significativamente mejor cuando se expuso al ruido visual de píxeles. Leyeron más palabras correctamente y también recordaron más palabras en las condiciones de ruido moderado. El ruido blanco no tuvo ningún efecto ni efectos negativos en los buenos lectores y aquellos con problemas de lectura menores.
«Esta es la primera evidencia de ruido blanco visual que tiene efectos en la cognición de alto nivel, en este caso tanto en la lectura como en la memoria», dice Göran Söderlund.
La cantidad correcta de ruido blanco
Los niños estuvieron expuestos a diferentes niveles de ruido blanco, con los resultados mostrando que la cantidad de ruido es crítica para la lectura y la memoria.
«Puedes compararlo con ser miope y necesitar gafas. Vimos que cuando exponíamos a los niños a un nivel medio de ruido blanco, su lectura mejoraba. Sin embargo, sus habilidades de lectura eran menos buenas cuando no había ruido o un alto nivel de ruido», agrega Göran.
«Estos resultados muestran que los niños con dificultades de lectura y escritura pueden ser ayudados con una intervención increíblemente simple. Al ajustar las pantallas en la escuela o en casa, esperamos poder resolver sus problemas de un golpe. Este es el primer estudio de este tipo, y se necesitan réplicas».
Se requiere más investigación
Göran Söderlund ahora quiere investigar más a fondo los efectos del ruido blanco. Espera que nuevos estudios puedan responder a la pregunta de si practicar con ruido blanco durante un período prolongado puede conducir a mejoras duraderas.
«Vale la pena explorarlo, ya que no lo sabemos. Este primer estudio nuestro es una investigación básica. Pero nuestros resultados muestran que los niños mejoraron inmediatamente, por lo que es importante continuar con nuevos estudios para establecer si esta simple medida, que todos pueden hacer en su propia computadora portátil, realmente proporcionará ayuda duradera a estos niños».
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