Múltiples informaciones online han surgido recientemente alertando sobre las aterradoras consecuencias para la salud de las nuevas redes inalámbricas de quinta generación (5G). Una revisión de expertos se ha pronunciado sobre el tema en el número de junio de la revista oficial de la Sociedad de Física de la Salud “Health Physics”.
“Si bien reconocemos las lagunas en la literatura científica, en particular para las exposiciones a frecuencias de ondas milimétricas, juzgamos que la probabilidad de que existan peligros para la salud aún desconocidos a niveles de exposición dentro de los límites actuales es muy baja, si es que existen”, afirma la declaración del Comité sobre el Hombre y la Radiación (COMAR) del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónica (IEEE). Como ha señalado su presidente, Richard A. Tell, la COMAR es una organización compuesta por médicos, biólogos, epidemiólogos, ingenieros y científicos físicos expertos en cuestiones de salud y seguridad relacionadas con los campos electromagnéticos que trabajan voluntariamente y en colaboración sobre una base de consenso.
“Es poco probable que las redes 5G causen una exposición por encima de los límites de seguridad actuales”
Esta declaración de consenso trata de contrarrestar el aumento de mensajes alarmistas sobre los “misteriosos” efectos sobre la saluda de la tecnología 5G. “Esta desinformación, junto con las campañas puesta en marcha en diferentes sitios web con afirmaciones que van desde la inducción de cáncer hasta ser responsables de la actual pandemia de coronavirus, ha creado una gran ansiedad pública realmente innecesaria”, comenta Jerrold T. Bushberg de la Facultad de Medicina Davis de la Universidad de California y Vicepresidente de la COMAR.
Los sistemas 5G se están expandiendo en todo el mundo para satisfacer la cada vez mayor creciente demanda de conectividad inalámbrica. La nueva tecnología puede transmitir cantidades mucho mayores de datos a velocidades mucho más altas, en comparación con los anteriores sistemas 2G o 4G. Esto se debe en parte a que 5G utiliza el mayor ancho de banda disponible en frecuencias más altas, incluyendo la llamada banda de ondas milimétricas (MMW, millimeter-wave). La expansión de 5G «producirá una presencia más ubicua de MMW en el ambiente», según el informe.
Dado que las MMW no penetran en el follaje y los materiales de construcción, así como en las señales de baja frecuencia, se necesitarán muchos transmisores de «células pequeñas» de baja potencia para proporcionar una cobertura eficaz en interiores. Algunos sistemas 5G tendrán antenas «formadoras de haces» que transmitirán señales a los usuarios individuales a medida que se desplazan, lo que significa que los no usuarios tendrán menos exposición.
El calentamiento de los tejidos es el principal y potencial efecto nocivo de la exposición a los campos de radiofrecuencias. La mayoría de países han adoptado límites de exposición similares a los recomendados por las normas recientes (2019) publicadas por el Comité Internacional de Seguridad Electromagnética (CIES) del IEEE o la Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP). Estas directrices tratan de evitar los efectos nocivos estableciendo límites de exposición muy por debajo del umbral en el que se esperaría que se produjese cualquier efecto adverso para la salud humana. Estas normas sólo permiten niveles bajos de exposición pública a la radiofrecuencia para la que la energía se deposita en forma de calentamiento térmico.
Esta reciente declaración de la COMAR ofrece una perspectiva e información valiosa para hacer frente a todas las posibles preocupacioens sobre los efectos en la salud de la exposición al 5G:
- A diferencia de los campos de baja frecuencia, los MMW no penetran más allá de la capa exterior de la piel – y por lo tanto no producen calentamiento de los tejidos más profundos.
- Es poco probable que la introducción de 5G modifique los niveles generales de exposición a la RF. Como sucede actualmente, la mayor parte de la exposición se deberá principalmente al «uplink» del propio teléfono celular u otros dispositivos – no a la transmisión desde las estaciones base.
- En casi todos los lugares de acceso público, las exposiciones a RF de las estaciones base celulares, incluidas las estaciones 5G, seguirán siendo pequeñas – una fracción de los actuales límites de exposición del IEEE o ICNIRP.
«Mientras las exposiciones permanezcan por debajo de las pautas establecidas, los resultados de la investigación hasta la fecha no apoyan la determinación de que los efectos adversos para la salud están asociados con las exposiciones a RF, incluidas las de los sistemas 5G», concluye la declaración de la COMAR. La Comisión reconoce las limitaciones de las pruebas actuales sobre los posibles efectos en la salud y la seguridad de la exposición a los 5G e identifica las áreas clave en las que se debe seguir investigando, incluidos los estudios de alta calidad sobre los efectos biológicos de los MMW.