INOUT, creada en 2003 por Ramón Úbeda y Otto Canalda, vuelve a producirse y comercializarse bajo la firma ICÓNICO. Más de dos décadas después de su lanzamiento original, esta luminaria sigue sorprendiendo por su claridad conceptual y su atrevimiento técnico. Su capacidad de funcionar con la misma naturalidad en interiores y exteriores, una característica inédita en su momento, abrió una tipología completamente nueva dentro del diseño de iluminación decorativa.
Su reedición no es un gesto nostálgico, sino un reconocimiento al valor duradero de una idea bien resuelta. INOUT mantiene su identidad —una presencia escultórica, monomaterial y resistente—, pero lo hace ahora desde una perspectiva que pone en primer plano la sostenibilidad y la permanencia. Su historia es, en el fondo, una lección sobre cómo el buen diseño industrial trasciende épocas, modas.
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La idea: una lámpara que habita dentro y fuera
Cuando Úbeda y Canalda comenzaron a trabajar en la INOUT, no estaban pensando en diseñar una lámpara más. Su objetivo era crear un objeto diferente, una pieza de iluminación monumental y honesta, que pudiera convivir con igual naturalidad en un salón doméstico o en una terraza exterior. De esa ambición nació una lámpara que desdibujó las fronteras entre lo interior y lo exterior, entre lo funcional y lo escultórico.
La elección del nombre fue casi inmediata: IN-OUT, dentro y fuera. Un concepto simple pero potente que definía su razón de ser. Aquella lámpara de gran tamaño, translúcida, autoportante y resistente al agua, inauguró una categoría hasta entonces inexistente. No era una lámpara de jardín, ni una luminaria técnica para exteriores, sino un objeto decorativo con prestaciones estructurales y resistencia ambiental.
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Su forma, lejos de recurrir a la extravagancia, adoptó una silueta familiar: una lámpara de pie amplificada, reconocible pero monumental. Esa mezcla de cercanía y escala es una de las claves de su éxito. La versión más alta, con 2,19 metros de altura, supera incluso la estatura de Pau Gasol, detalle que Úbeda suele recordar con humor. Pero lo esencial no está en la cifra, sino en el equilibrio que consigue: una presencia rotunda, capaz de transformar el espacio sin imponerse a él.
“Queríamos una lámpara para todos los públicos —explicaba Úbeda—, algo diferente por sus cualidades, no por su rareza formal”. Esa voluntad de accesibilidad, unida a su carácter experimental, explica que la INOUT haya perdurado más allá de tendencias o modas. No nació de un encargo, sino de una intuición técnica y material: explorar las posibilidades del rotomoldeo y del polietileno translúcido en una pieza de iluminación de gran formato.
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La materia: rotomoldeo y diseño monomaterial
Un punto clave de INOUT es su proceso de fabricación. Úbeda y Canalda recurrieron a una tecnología industrial que, hasta entonces, no se aplicaba al diseño de luminarias: el rotomoldeo. Este sistema —habitual en la producción de bidones, depósitos o contenedores urbanos— consiste en introducir polvo de polietileno de media densidad (MPDE) en un molde cerrado que gira en dos ejes mientras se calienta. El material se funde, se adhiere a las paredes del molde y, tras el enfriamiento, adopta una forma hueca de espesor uniforme.
El resultado es una estructura sin uniones, sin tornillos ni armazones, completamente autoportante. Una sola pieza que actúa como cuerpo, difusor y carcasa a la vez. La lámpara se fabrica, literalmente, “de una vez”. El operario solo tiene que retirarla del molde, dejarla enfriar suspendida para evitar deformaciones y montar el equipo eléctrico en su interior.
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Esta simplicidad técnica se traduce en una eficiencia formal y ambiental notable. INOUT está compuesta por apenas media docena de componentes desmontables, lo que facilita su reparación y reciclaje. La elección del polietileno no responde a criterios estéticos, sino funcionales: es ligero, resistente a los impactos, impermeable y estable frente a agentes químicos y radiación solar. Además, es completamente reciclable, algo que en 2003 no era todavía una prioridad en la industria del diseño, pero que hoy encaja plenamente en los criterios de ecodiseño y economía circular.
Úbeda lo resumía con ironía: “Queríamos una lámpara grandota y sencilla, que durara mucho y que pudiera reciclarse al final. No hay magia, solo sentido común”.
Esa filosofía del mínimo necesario —hacer más con menos— sigue siendo un referente en la actualidad. En tiempos de hipercomplejidad tecnológica, INOUT recuerda que la innovación puede consistir en reducir, depurar y confiar en el material.
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El legado: del catálogo de Metalarte al futuro con ICÓNICO
El éxito de la INOUT no fue inmediato, pero con el tiempo se convirtió en una de las piezas más reconocibles del diseño español contemporáneo. Su incorporación al catálogo de Metalarte, marca fundada en 1932 y referente histórico de la iluminación decorativa, fue clave para su difusión internacional. La firma apostó por su fabricación durante dos décadas, consolidando la lámpara como un emblema del diseño industrial hecho en España.
Con la desaparición de Metalarte en 2023, el futuro de muchas de sus piezas quedó en suspenso. La decisión de ICÓNICO de recuperar y producir de nuevo la colección INOUT no solo garantiza su continuidad, sino que devuelve al mercado una parte significativa del patrimonio del diseño nacional. La reedición respeta la geometría, el material y el proceso originales, ampliando la paleta de colores —blanco, amarillo limón y rojo pasión— y ofreciendo opciones personalizadas para proyectos contract o arquitectónicos.
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Más allá de la reedición, el gesto de ICÓNICO tiene un valor simbólico: reivindicar la permanencia del buen diseño frente a la obsolescencia rápida. En una industria marcada por el cambio constante, recuperar una luminaria vigente desde hace veinte años es una afirmación de coherencia. Supone reconocer que ciertas piezas no envejecen porque su innovación no dependía de una tendencia, sino de una idea estructuralmente sólida.
Hoy, la INOUT sigue cumpliendo con la misma naturalidad para la que fue creada: iluminar dentro y fuera, resistir el tiempo y mantener una identidad reconocible. Su presencia en proyectos actuales —desde hoteles y terrazas hasta interiores residenciales— demuestra que sigue siendo una lámpara contemporánea, no por su novedad, sino por su inteligencia material y su equilibrio técnico.
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Fuente de imágenes: ICÓNICO Fotografías Expo INOUT Returns: Pepo Úbeda Imágenes Campaña INOUT Returns: Luca Chemello |

