Autor: equipo de comunicación de Recyclia
La economía circular de los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) ha dejado de ser un concepto técnico para convertirse en un eje estratégico de país. España comercializó en 2024 más de 1.316 millones de dispositivos electrónicos, una cifra récord que anticipa un aumento exponencial de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Según el VI Informe Anual Recyclia, elaborado junto a Analistas Financieros Internacionales (AFI), solo los productos puestos en el mercado antes de 2024 generarán más de 848.000 toneladas de RAEE en 2030. Un desafío monumental para la industria, los consumidores, la administración local y los gestores de residuos.
“No es un reto futuro, es un reto presente. La digitalización y la electrificación multiplican el consumo y, con él, la responsabilidad de gestionar adecuadamente el final de vida de cada aparato”, afirmó Gabriel García, director general de Recyclia, durante el EcoEncuentro 2025.
Un mercado en plena aceleración
Los datos son demoledores. En 2024:
- Se comercializaron 1.316,5 millones de AEE (+20,6%).
- El segmento doméstico creció un 31%, impulsado por la informática y telecomunicaciones pequeñas (+74%).
- Las toneladas de AEE puestas en el mercado aumentaron un 14,8% hasta las 1.765 kilotoneladas.
- Los paneles fotovoltaicos grandes subieron un 21%, reflejo del auge del autoconsumo y las energías renovables.
Este dinamismo anticipa dos fenómenos clave:
- Más unidades consumidas = más RAEE en la próxima década.
- Más categorías nuevas o emergentes, como paneles fotovoltaicos, cuya vida útil está empezando a agotarse.
El sector del reciclaje, un motor económico
El informe no solo analiza volúmenes: cuantifica el peso de la industria.
- 1.400 millones de euros de valor añadido bruto.
- 24.300 empleos mantenidos (8.600 directos).
- 230 millones de euros de aportación fiscal anual.
Una actividad crítica para la autonomía estratégica europea, la recuperación de materias primas críticas y la seguridad de suministro industrial.
“Cada tonelada correctamente gestionada devuelve valor a la economía y reduce la dependencia exterior”, subrayó Gabriel García.

El comportamiento del consumidor: la gran pieza que falta
Aquí el informe introduce una idea clave: España tiene un consumidor cada vez más consciente… pero aún contradictorio.
Actitudes positivas
- 60% estaría dispuesto a pagar más por productos reparables o reciclables.
- Aumenta el porcentaje de hogares que depositan adecuadamente equipos informáticos (+2 puntos).
- Crecen los hogares que entregan sobremesas para tratamiento adecuado (31%).
Comportamientos que frenan la circularidad
- 59% de los hogares guarda en casa portátiles y tablets en desuso.
- El gasto en reparación cae: del 14% al 8% en electrodomésticos desde 2016.
- Falta de información, baja percepción del valor del residuo y escasa educación ambiental.
Como señala el informe, este “efecto tesoro”, conservar aparatos que ya no se usan, es uno de los grandes frenos para alcanzar los objetivos europeos de recogida.
Las ciudades: clave para el éxito o el fracaso del sistema
El documento insiste en que las administraciones locales son el eslabón más crítico: puntos limpios, recogida puerta a puerta, logística urbana, convenios con SCRAP y campañas de sensibilización.
Para 2030, los RAEE previstos procedentes del consumo actual serán:
- 31% grandes aparatos
- 27% pequeños aparatos
- 19% aparatos de intercambio de temperatura
- 10% paneles fotovoltaicos
Esto implica nuevas infraestructuras, rutas logísticas adaptadas y más inversión municipal: “Las ciudades deben prepararse para un volumen creciente y más complejo de residuos electrónicos. Sin planificación, la economía circular no será viable.”
Así el informe subraya una idea clave para el ecosistema smart: la conexión estratégica entre las smart cities y las RAEE. No existe ciudad inteligente sin sistemas inteligentes de gestión de RAEE.
El despliegue masivo de sensores IoT, luminarias conectadas, paneles solares, baterías, dispositivos de movilidad (patinetes, e-bikes), tecnología doméstica smart producirá un flujo creciente de residuos electrónicos urbanos.
La iluminación pública, por ejemplo, tiene un papel doble: consume AEE y permite desplegar sensores que optimizan rutas de reciclaje y recogida selectiva.
Nuevos paneles, nuevos residuos
El crecimiento del reciclaje de paneles fotovoltaicos marcará un antes y un después:
- Su peso en RAEE pasará del 2% al 10% en solo una década.
- Exigen plantas específicas, técnicas diferentes y logística especial.
España se enfrenta así a su futura “ola solar invertida”.
Retos identificados por el informe
- Faltan incentivos para el consumidor, como la recompra, vales, donación, concursos escolares, campañas segmentadas.
- Infraestructura insuficiente en áreas rurales con necesidad de contenedores en calle, recogida móvil o servicios postales.
- Desajuste entre RAEE generados y objetivos de recogida.
- Necesidad de rediseño de productos para una mayor reparabilidad.
- Comunicación insuficiente y poco transparente.
Oportunidades para la próxima década
- La nueva Ley de Consumo Sostenible y el Derecho a Reparar.
- El despliegue de IA para guiar al consumidor en reparaciones o puntos de entrega.
- La colaboración minorista: el comercio es el actor mejor posicionado para canalizar retornos.
- Educación ambiental: clave para romper el “efecto tesoro”.
- Crecimiento del mercado de segunda mano y reacondicionados.
Conclusión
Desde Recyclia entendemos que España está en un punto de inflexión. La digitalización, la electrificación y el despliegue de renovables multiplican la entrada de AEE y, pronto, multiplicarán sus residuos. Nuestro informe deja un mensaje claro, para la administración, empresas y ciudadanía: Sin información, sin infraestructura y sin incentivos, no habrá economía circular real.
Con ellos, la gestión de RAEE se convierte en un motor económico, social y ambiental para las ciudades inteligentes.

