El reciclaje de aparatos electrónicos y pilas en nuestro país resistió la ralentización impuesta por el Covid-19 en 2020, a pesar de las restricciones a la movilidad y el descenso de la actividad comercial y productiva derivados de la crisis sanitaria. De hecho, Recyclia, entidad que administra cuatro fundaciones medioambientales dedicadas a esta actividad, gestionó 59.154 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y de pilas y baterías el año pasado.
De este total, 51.839 toneladas correspondieron a aparatos electrónicos, cifra con la que la entidad logra el objetivo que se marcó, tras declararse la pandemia, de intentar mantener este volumen de residuos por encima de las 50.000 toneladas, más aún tras el récord de 57.520 toneladas conseguido en 2019. Desde el inicio de su actividad, Recyclia ya ha gestionado 415.720 toneladas de este tipo de residuos.
En lo que se refiere a pilas y baterías, la entidad ha establecido un récord con la recogida, a través de la fundación Ecopilas, de 7.315 toneladas de estos residuos, tanto de tipo doméstico, como industrial y de automoción. Ecopilas, que ha gestionado más de 43.600 toneladas de pilas desde que arrancó su actividad, ocupa ya el quinto puesto entre los sistemas colectivos de gestión de estos residuos de Europa, según la asociación europea Eucobat.
Según José Pérez, consejero delegado de Recyclia, “tras este año inesperado, creo que podemos concluir que la conciencia ambiental, tanto de los ciudadanos como de toda la cadena comercial de los productos electrónicos, ha alcanzado un nivel de madurez de la que todos nos podemos felicitar. Igualmente –añade Pérez–, también hemos podido comprobar la capacidad de trabajo y de tesón de todos los hombres y mujeres de este sector, quienes han hecho posible mantener el dinamismo de la cadena de reciclaje de residuos”.
Por otra parte, destaca el crecimiento en un 329% del volumen de paneles solares reciclados, hasta alcanzar las 481 toneladas en 2020. A este respecto, cabe recordar que su reciclaje es obligatorio sólo desde 2015, cuando fueron considerados legalmente residuos electrónicos.
Asimismo, la entidad ha mantenido un crecimiento del 4% en el número de fabricantes e importadores de aparatos electrónicos y pilas adheridos a sus fundaciones, alcanzando los 1.684 en 2020. Por su parte, su red de recogida aumentó en 12.509 puntos el año pasado, hasta alcanzar los 91.780 en toda España, un 16% más que en 2019.
En este crecimiento de la red de recogida, cabe destacar el despliegue en 2020 de 3.667 (un 9% más que en 2019) y 5.646 (un 74% más) nuevos puntos pertenecientes, respectivamente, a las redes de Ecopilas y de Tragatóner/Tragatinta, la iniciativa de Recyclia para gestionar los cartuchos de impresión. De hecho, la red de recogida de Ecopilas ya dispone de 44.617 puntos y se consolida como la más extensa de nuestro país.
Tipos de residuos electrónicos
Por lo que se refiere a aparatos ofimáticos y de impresión, la fundación Ecofimática gestionó 6.357 toneladas de este tipo de residuos en 2020, lo que le ha permitido alcanzar un acumulado de más de 61.600 toneladas desde el inicio de su actividad. Asimismo, esta fundación retiró 438.517 kilos de cartuchos de impresión el año pasado, un 18% más que en 2019, a través de la red de 13.298 puntos Tragatóner/Tragatinta.
Por su parte, Ecoasimelec, la fundación dedicada a la gestión del resto de tipos de residuos electrónicos gestionó 39.421 toneladas en 2020, lo que supone un descenso de sólo el 5% respecto a 2019. De este volumen, el 87% corresponde a aparatos de uso doméstico. La fundación sumó, además, 648 nuevos puntos de recogida a su red, alcanzando los 17.854 en 2020.
Por último, Ecolum retiró 6.061 toneladas de residuos de iluminación, un 7% más que en 2019, a través de sus 7.357 puntos de recogida, de los que un 28,5% fueron desplegados el año pasado.