Científicos de la Universidad de Plymouth han demostrado que la creciente demanda de plástico negro y la ineficiente clasificación de los equipos eléctricos al final de su vida útil, está causando la introducción de materiales contaminados en el reciclado. Así, sustancias químicas peligrosas como el bromo, el antimonio y el plomo están llegando a artículos que están en contacto con alimentos y demás productos cotidianos, al utilizar los fabricantes estos equipos electricos reciclados como fuente de plástico negro.
Los plásticos negros, pese a que constituyen aproximadamente el 15% de los desechos domésticos, no se reciclan fácilmente debido a la baja sensibilidad de los pigmentos negros a la radiación infrarroja cercana, utilizada en las instalaciones convencionales de clasificación plástica. En consecuencia, existe una creciente evidencia de que la demanda de plásticos negros se cumple, en parte, mediante el suministro de materiales de carcasas plásticas de equipos eléctricos y electrónicos de desecho al final de su vida útil.
«Existen impactos ambientales y de salud derivados de la producción y el uso de plásticos en general, pero los plásticos negros presentan mayores riesgos y peligros. Esto se debe a las limitaciones técnicas y económicas impuestas a la clasificación y separación eficiente de residuos negros para reciclado, junto con la presencia de aditivos nocivos requeridos para la producción o aplicaciones en los sectores de equipos electrónicos y eléctricos y envasado de alimentos” declaró, el autor del estudio, Dr Andrew Turner, lector de Ciencias Ambientales de la universidad de Plymouth.
Y añade: “ «El plástico negro puede ser estéticamente agradable, pero este estudio confirma que el reciclaje del plástico de los desechos electrónicos está introduciendo productos químicos nocivos en los productos de consumo. Eso es algo que el público obviamente no esperaría, o desearía ver, y previamente ha habido muy poca investigación explorando esto. Para abordar esto, se necesita más investigación científica. Pero también se necesita una mayor innovación dentro de la industria del reciclaje para garantizar que las sustancias dañinas se eliminen de los desechos reciclados y para aumentar el reciclaje de los productos de consumo de plástico negro».
La investigación: Efectos y consecuencias
Sustancias químicas peligrosas, como el bromo, plomo, etc., se encuentran en multitud de dispositivos electrónicos como retardantes de llama o pigmentos, y permanecen en los productos cuando alcanzan el final de su vida útil.
Además de representar una amenaza para la salud humana, el estudio demuestra que además pueden existir efectos potencialmente dañinos para el medio marino y costero, ya se a través de la dispersión de los productos como basura o como microplásticos.
Para esta investigación, el Dr. Turner utilizó la espectrometría XRF para evaluar los niveles de una gama de elementos en más de 600 productos de plástico negro como artículos de contacto con alimentos, almacenamiento, ropa, juguetes, joyas, artículos de oficina y equipos electrónicos y eléctricos nuevos y antiguos.
El bromo, en forma de compuestos bromados, se usa y se ha usado en carcasas de plástico eléctrico como ignífugo, mientras que el plomo se encuentra a menudo en los plásticos electrónicos como contaminante. Sin embargo, ambos elementos se encontraron ampliamente en productos de consumo negros no eléctricos probados, donde no son necesarios o deseables.
En muchos productos, incluidos agitadores de cóctel, percheros, varios artículos de joyería de plástico, mangueras de jardín, adornos navideños y mangos de herramientas, las concentraciones de bromo excedieron los límites legales que están diseñados para artículos eléctricos. En otros productos, incluidos varios juguetes, contenedores de almacenamiento y equipos de oficina, las concentraciones de plomo excedieron su límite legal para artículos eléctricos.
El estudio fue publicado en Environmental International. Puede consultar en el siguiente enlace:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0160412018302125?via%3Dihub
Créditos portada: Universidad de Plymouth