La Comisión Europea ha publicado la semana pasada (15 diciembre) una propuesta de revisión relativa a la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (DEEE), donde introduce nuevos elementos para responder, en parte, a la Estrategia europea denominada “Oleada de Renovación”.
La Estrategia «Oleada de Renovación» presentada en octubre de 2020, estableció medidas destinadas a, como mínimo duplicar la tasa de renovación energética para 2030. La revisión de la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios es un elemento esencial de esa Estrategia, ya que mejora el marco regulador existente para reflejar unos objetivos más ambiciosos, al mismo tiempo que proporciona a los Estados miembros la flexibilidad que necesitan para tener en cuenta las diferencias del parque inmobiliario en Europa.
La revisión de la Directiva establece así, el modo en que Europa puede lograr un parque inmobiliario de cero emisiones y totalmente descarbonizado de aquí a 2050. Las medidas propuestas aumentarán la tasa de renovación, especialmente en el caso de los edificios menos eficientes de cada Estado miembro.
En línea con la Oleada de Renovación, la propuesta introduce normas mínimas de eficiencia energética a escala de la UE para los edificios menos eficientes, pero deja margen para que los Estados miembros establezcan también sus propias normas. La propuesta incluye una definición de los edificios de cero emisiones, las renovaciones en profundidad y las normas de cartera hipotecaria.
Introduce los «pasaportes de renovación» y facilita el uso de nuevos parámetros de rendimiento, como la energía final consumida y las emisiones de carbono durante el ciclo de vida. También aborda otros obstáculos no económicos que dificultan las renovaciones energéticas, y proporciona herramientas fiables de información sobre edificios a los ciudadanos y datos al público.
¿Cuáles son las normas mínimas de eficiencia energética y a qué edificios se aplicarán?
Las normas mínimas de eficiencia energética de la UE son un sistema que exige la renovación de los edificios menos eficientes, es decir, aquellos con certificado de eficiencia energética de clase G o F.
La clase G corresponde al 15 % de los edificios menos eficientes de cada país, y los edificios restantes del país se distribuyen proporcionalmente entre las demás clases, que van de la G a la A (esta última se corresponde con los edificios de cero emisiones).
En particular, los edificios públicos y no residenciales deben renovarse y mejorarse hasta alcanzar, como mínimo, un nivel de eficiencia energética F en 2027 y un nivel E en 2030, a más tardar.
Los edificios residenciales deben renovarse y pasar, como mínimo, de G a F en 2030, y a E en 2033, a más tardar. A continuación, los Estados miembros deben establecer plazos específicos para lograr clases de eficiencia energética más elevadas mediante nuevos planes nacionales de renovación de edificios, en línea con su trayectoria hacia un parque inmobiliario de cero emisiones de aquí a 2050. También están facultados para establecer normas mínimas de eficiencia energética nacionales, en consonancia con sus planes nacionales de renovación de edificios.
Certificados de eficiencia energética de mayor calidad
La propuesta de la DEEE incluye medidas para que los certificados de eficiencia energética sean mucho más claros, fiables y visibles y contengan información fácil de comprender sobre la eficiencia energética y otras características clave, lo que beneficiará a los propietarios de los edificios, los inversores financieros y las autoridades públicas.
Las medidas propuestas en la DEEE ofrecen una definición más clara de lo que se considera un certificado de eficiencia energética de buena calidad, así como información sobre su finalidad y el modo en que debe expedirse. Se mejoran los mecanismos de control y la visibilidad en la publicidad inmobiliaria. La DEEE incluye un modelo de certificado de eficiencia energética con un número mínimo de indicadores comunes sobre energía y emisiones de gases de efecto invernadero, complementado con varios indicadores voluntarios, como los puntos de recarga, la calidad del aire interior o el potencial de calentamiento global, basados en las emisiones de carbono del edificio durante el ciclo de vida.
La clase A debe corresponder a los edificios de cero emisiones, mientras que la clase G corresponde al 15 % de los edificios menos eficientes de cada país. Los edificios restantes del país se distribuyen proporcionalmente entre las clases intermedias.
Esto permitirá un sistema más claro y sencillo de clasificación de los edificios, que será además flexible y adaptable a las características nacionales del parque inmobiliario. Facilitará la comprensión de los certificados de eficiencia energética entre distintos países.
Por último, la revisión también incluye unos requisitos comunes para las bases de datos, y el suministro de acceso público a las bases de datos relativas a la eficiencia energética de los edificios. Esto mejorará la calidad de la información disponible y facilitará el trabajo de las autoridades públicas y de las instituciones financieras.
A partir del 2030, el 100% del consumo de energía “in situ” de todos los edificios nuevos estará cubierto por energías renovables
Tras esta revisión, la DEEE exige que, a partir de 2030 y siempre que sea técnicamente viable, el 100 % del consumo de energía in situ de todos los edificios nuevos esté cubierto por energías renovables, con una adopción anticipada a partir de 2027 en el caso de los edificios públicos.
Los Estados miembros deben planificar políticas y medidas con vistas a eliminar de forma gradual y completa el uso de combustibles fósiles en los edificios para 2040. La revisión de la DEEE también proporciona una mayor visibilidad a la integración de las energías renovables en los certificados de eficiencia energética.
El nuevo modelo de certificado de eficiencia energética incluye el requisito de indicar claramente la producción de energía renovable, cuánto representa en relación con las necesidades del edificio y en qué medida mejora las emisiones globales del edificio.
Por último, la revisión mejora el reconocimiento de las fuentes de energía renovables en el cálculo de la eficiencia global de un edificio, especialmente cuando este forma parte de una red energética más grande, como un sistema urbano de calefacción o refrigeración.
¿Cómo fomenta la revisión de la DEEE el despliegue de vehículos eléctricos y el uso de las bicicletas?
La implantación de la infraestructura de carga eléctrica debe acelerarse para que vaya en paralelo al parque automovilístico eléctrico que se prevé tener en las carreteras de la UE; se estima que, en 2030, circularán al menos 30 millones de coches de este tipo. La propuesta del Reglamento relativo a la infraestructura para los combustibles alternativos establece un objetivo para la infraestructura pública de recarga, y la DEEE revisada complementa ese Reglamento con requisitos para la infraestructura de recarga en edificios privados, en los hogares y en el lugar de trabajo. Se espera que una gran parte de la recarga se realice en este tipo de edificios.
La propuesta exige además a los Estados miembros que eliminen los obstáculos a la instalación de puntos de recarga en los edificios plurifamiliares. La propuesta de la DEEE aborda también otro importante obstáculo para la movilidad sostenible —la falta de plazas de aparcamiento seguras para bicicletas— mediante la introducción de requisitos relativos a la existencia de plazas de aparcamiento en los edificios nuevos y renovados y en los edificios no residenciales de grandes dimensiones ya existentes.
La propuesta de la DEEE introduce un requisito relativo a los puntos de recarga para respaldar la recarga inteligente, que es además coherente con la propuesta de la Directiva sobre fuentes de energía renovables. Con la recarga inteligente, los coches pueden cargarse cuando los precios de la energía están bajos o cuando la energía renovable es abundante. A medida que la tecnología evolucione, también será posible devolver electricidad a la red y utilizar la batería de los automóviles como instalación de almacenamiento. La recarga inteligente facilita la integración de energías renovables como la eólica y la solar en la red y ayuda a descarbonizar el sistema energético.
Puede obtener más información en el siguiente enlace:
https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/es/qanda_21_6686
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