El Ayuntamiento de Toledo ha dado a conocer el proyecto de acondicionamiento y mejora de la calle Río Jarama, una de las principales vías de comunicación interna del Polígono Industrial de Toledo. El proyecto, en fase de licitación pública, contempla dos kilómetros y medio de vial, desde la confluencia del vial con la N-400 hasta su conexión con la calle Río Nogueras.
Con una inversión de 1,5 millones de euros, cofinanciada al 80 por ciento por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) en el marco de la Estrategia de Desarrollo urbano Sostenible (Edusi), el proyecto contempla la renovación del firme y de las áreas de aparcamientos, así como la renovación del alumbrado.
En particular, se renovarán las luminarias en los dos kilómetros y medio de calle y se cambiarán por otras de bajo consumo atendiendo a parámetros de sostenibilidad y eficiencia energética. Se planteará una nueva disposición de la señalización vertical y horizontal, con la instalación de señales nuevas, y se renovará la red de abastecimiento y saneamiento de la calle con otra inversión a través de la adjudicataria de este servicio en la ciudad.
Renovación de la calle
Desde un punto de vista más específico, la actuación contemplada consiste en realizar una mejora del pavimento bituminoso de la calzada, reordenar las plazas de aparcamiento existentes así como crear algunas nuevas, y mejorar el pavimento de las aceras peatonales y de los accesos.
En cuanto a la mejora del pavimento de la calzada se realizará un fresado de ocho centímetros de espesor y posteriormente se extenderán dos capas de mezcla bituminosa en caliente, es decir, asfalto.
Por lo que respecta a los aparcamientos, con el objetivo de aumentar el número de plazas, donde ha resulte posible dado la anchura de la plataforma, se ha proyectado un aparcamiento en batería. En el resto de la calle se ha diseñado un aparcamiento en línea.
En las aceras se contempla su demolición y una nueva pavimentación empleando una baldosa hidráulica sobre una nueva solera de hormigón de 8 centímetros de espesor.
Por último, en los accesos a las parcelas, siempre dentro de la superficie pública y sin invadir la zona de servidumbre de las mismas, se demolerá el pavimento actual y se construirá una nueva solera de hormigón armado y fratasado a máquina de 15 centímetros de espesor.