La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, acompañada por los delegados de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, y de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto, Pablo Soto, inauguraron la exposición que muestra los 70 proyectos presentados al concurso internacional de ideas convocado por el Ayuntamiento para remodelar la Plaza de España de Madrid.
El concurso se desarrolla en dos fases. En una primera fase y a partir del 28 de octubre, el jurado elegirá cinco propuestas, considerando la votación de los ciudadanos en decide.madrid.es, que desarrollarán con más profundidad las soluciones adoptadas. Será a finales de año cuando se abra un nuevo y definitivo proceso de participación ciudadana sobre las dos propuestas finalistas, que culminará con la selección del proyecto ganador en enero de 2017.
La valoración de las propuestas se centrará en su capacidad para solucionar los problemas de movilidad y accesibilidad; para adecuarse al entorno y el paisaje urbano, y también su viabilidad técnica, urbanística, económica y constructiva; los criterios de diseño energético, sostenibilidad ambiental, económica y social, y accesibilidad universal. Igualmente se valorará que los usos propuestos potencien la plaza como espacio de encuentro ciudadano y contenedor de actividades culturales que dinamicen el espacio y la actividad económica del entorno.
Propuestas dispares
Los diferentes planes proponen ideas dispares, aunque todos ellos contemplan unas mismas líneas de acción: mantienen el monumento a Cervantes y apuestan por una ampliación de la zona verde y una peatonalización del paso elevado de la calle Bailén, preferencias que ciudadanos y hosteleros eligieron en la primera fase del concurso y que todos los proyectos deben recoger. Los madrileños apuestan por una Plaza de España más verde, con uso mayoritario estancial y con menor protagonismo del tráfico rodado en beneficio del peatonal y ciclista.
Algunas propuestas apuestan por ampliar la zona verde de Plaza de España al Templo de Debod, Plaza de Oriente e incluso Madrid Río, mediante un “corredor verde” que conectaría el final de Gran Vía con el Parque del Oeste y la Casa de Campo en una “red verde” que haría aumentar los árboles en este entorno hasta un 371%.
La futura Plaza de España mantendrá el monumento a Cervantes (votado por el 69,78 por ciento), tendrá más árboles (49,54 por ciento) y hará peatonal el paso elevado de Bailén (37,85 por ciento), como se desprende de los resultados obtenidos del cuestionario vinculante elaborado por el Ayuntamiento de Madrid, en el que un 62,98 por ciento (16.767 personas) de los participantes votaron ‘sí’ a la remodelación.
Entre las opciones más votadas por los participantes está su apuesta por limitar los mercadillos (36,13 por ciento) y por dar a la plaza sobre todo un uso verde (81,84 por ciento), con zonas de sombra (39,07 por ciento). Los madrileños también se decantan por priorizar el uso cultural en los bajos de la plaza (52,30 por ciento).
Asimismo, decidieron que Plaza de España forme parte de una red verde que llegará desde la Casa de Campo y el Parque Oeste al centro de Madrid (79,39 por ciento). También se decantaron por ampliar las plazas de aparcamiento existente (41,78 por ciento).
Un 26,80 por ciento (7.136 personas) optaron por el ‘no’ a la reforma de Plaza de España mientras que un 10,21 por ciento se mostró indeciso (2.719). En total se recibieron 28.249 cuestionarios entre el 28 de enero y el 8 de marzo, de los que 26.961 fueron válidos.
De todas ellas, 19.124 personas lo hicieron a través de la página web, 7.605 por llamadas de Línea Madrid y 232 por escrito. Es hasta el momento el proceso de participación más amplio de la historia de Madrid. La siguiente fase del proyecto pasaba por el concurso de proyectos, lanzados en base a las ideas preferidas por la ciudadanía. Es un proceso inédito en la conformación de la ciudad, como remarcaron desde el Gobierno.
Una vez presentadas las propuestas se pasa a una primera votación ciudadana, cuyos resultados tendrán el valor de un voto dentro del jurado. Entonces dicho jurado -compuesto por sectores profesionales y técnicos municipales- seleccionará cinco propuestas, que desarrollarán un proyecto más definido de su idea inicial.
Cada uno de los cinco finalistas seleccionados para participar en la segunda fase, no ganadores del concurso, recibirá un premio de 10.000 euros en concepto de resarcimiento de los gastos motivados por su participación en la segunda fase del concurso. El ganador del concurso recibirá además un premio de 40.000 euros, considerados a todos los efectos como anticipo de los honorarios profesionales derivados del posterior encargo de redacción del proyecto básico.
Posteriormente, el jurado decidirá quiénes son los dos finalistas, cuyos proyectos, con memoria económica, se presentarán de nuevo a la ciudadanía para la votación definitiva, con el compromiso de llevar a cabo la propuesta seleccionada.