El estudio “Evaluación sanitaria y socioeconómica del Síndrome de Apneas e Hipopneas del Sueño en España” recoge datos sobre el impacto económico de esta enfermedad en el Sistema Nacional de Salud, y concluye que los pacientes con Síndrome de Apneas e Hipopneas del Sueño (SAHS) no diagnosticado consumen entre 2 y 3 veces más recursos que la población general.
La semana pasada se presentó en el Philips Innovation Space el estudio realizado por la Sociedad Española del Sueño, en colaboración con Philips, “Evaluación sanitaria y socioeconómica del Síndrome de apneas e Hipopneas del Sueño en España”. En el mismo se recogen datos que estiman que en España existen entre 5 y 7 millones de personas que sufren apneas del sueño, de los que hay entre 1.200.000 y 2.150.000 sujetos portadores de un SAHS relevante y, por tanto, subsidiarios de tratamiento. La hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, y los accidentes de tráfico son algunas de las consecuencias de esta enfermedad. La presión positiva continua sobre vía aérea (CPAP) es el tratamiento de elección por su alta efectividad en relación a otras alternativas de tratamiento y sus resultados positivos.
El trabajo presentado se basa en un análisis riguroso de una extensa bibliografía a partir del cual los autores(*) construyen un modelo de Markov, que les permite asegurar que el diagnóstico y tratamiento precoz del SAHS reduce costes sanitarios así como de la morbimortalidad asociada.
Las consecuencias directas del SAHS son el descenso repetitivo en la saturación de oxígeno de la sangre y los despertares transitorios y recurrentes del sueño causados por el aumento de esfuerzo respiratorio, lo que provoca una reducción en la calidad del sueño. Cuando todos estos trastornos se acompañan además de manifestaciones clínicas como una excesiva somnolencia diurna, alteraciones neuropsiquiátricas, metabólicas, respiratorias y cardiacas, aparece el síndrome de apneas e hipopneas del sueño.
El Consenso Nacional Español sobre el SAHS define la hipopnea como una reducción de la señal respiratoria mayor del 30% y menor del 90%. Los síntomas más comunes que se han descrito relacionados con el SAHS son la excesiva somnolencia diurna, los ronquidos intensos y el sueño no reparador. Otros síntomas frecuentes son la asfixia nocturna, la irritabilidad, la cefalea matutina, la sequedad orofaríngea, la nicturia y la pérdida de memoria. Los síntomas menos habituales son la disminución de la libido y la enuresis.
El estudio recoge datos que demuestran que los pacientes con un SAHS no diagnosticado consumen entre 2 y 3 veces más recursos que la población general. La mayoría de los costes son atribuibles a más días de estancia hospitalaria, más consultas en Atención Especializada y un incremento en el tratamiento farmacológico prescrito. Por otro lado, los pacientes con SAHS contribuyen al absentismo en el puesto de trabajo y, por tanto, a los costes indirectos derivados de la pérdida de productividad laboral.
Actualmente, la presión positiva continua sobre vía aérea (CPAP) es el tratamiento de elección en el manejo del SAHS. La CPAP corrige las apneas obstructivas, las mixtas y, en algunas ocasiones, las centrales. Asimismo, elimina las hipopneas y suprime el ronquido. Evita la desaturación de oxígeno, los despertares transitorios y recurrentes del sueño y normaliza la arquitectura del sueño. En este sentido, se ha evaluado que los pacientes que reciban tratamiento con una CPAP reducen su riesgo y aumentan la esperanza y calidad de vida, así como un menor coste para el sistema sanitario.
Según el estudio presentado y basándose en el análisis de evaluación económica, con los precios actuales de la CPAP, se puede concluir con que esta alternativa ahorra costes para el sistema sanitario.
En este sentido, el estudio concluye que el análisis de impacto presupuestario, realizado en pacientes varones con un SAHS grave y una edad de 50 años o más, muestra que aumentando la cobertura del tratamiento del 30 al 50% se produciría un ahorro adicional superior a los 614.000 €, lo que, sumado al ahorro ya existente con el 30% de los tratamientos con CPAP, supone una reducción total del gasto por encima de 1,5 millones de euros. La extrapolación de los datos a la población general con SAHS grave y susceptible de ser tratada con CPAP podría duplicar el ahorro económico.
(*) Los autores del estudio; José Luis Álvarez-Sala Walter (Servicio de Neumología. Hospital Clínico Madrid), Leticia García Mochón (Escuela Andaluza de Salud Pública), José González Núñez (SEFYP), David Martínez Hernández (Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad Complutense), Vicente Olmo Quintana (Servicio de Atención Farmacéutica. Hospital Gran Canaria), Ana Orero González (Centro de Salud Puerta del Ángel. Madrid), M.ª Luisa Rodríguez de la Pinta (Servicio de Medicina del Trabajo. Hospital Puerta de Hierro. Madrid), Luis Sordo del Castillo (Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad Complutense)