La exposición a una iluminación ambiental, incluso moderada, mientras dormimos puede perjudicar la función cardiovascular durante el sueño y el aumento de la resistencia a la insulina a la mañana siguiente.
Esta es la conclusión de un reciente estudio realizado por la Universidad de Northwestern, en el que se evaluó el efecto de dormir con 100 lux (luz moderada) en comparación con 3 lux (luz tenue) sobre adultos jóvenes sanos durante varias noches.
“Los resultados del estudio muestran que una sola noche de exposición a una iluminación moderada en la habitación durante el sueño puede perjudicar la regulación de la glucosa y el sistema cardiovascular, los cuales son factores importantes de riesgo para enfermedades como la diabetes, el síndrome metabólico o afecciones cardiacas”, explica a la Dra. Phyllis Zee, jefa de medicina del sueño de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Efecto de la luz mientras dormimos
Está claro que los patrones de exposición a la luz y la oscuridad desempeñan un papel clave en el momento de muchos comportamientos y funciones fisiológicas, por lo que la exposición a la luz en la noche puede ser un factor importante que afecte a nuestra salud y bienestar.
En la actualidad, la exposición a la luz artificial en la noche mientras se duerme es habitual, ya sea a través de dispositivos que emiten luz en el interior o de fuentes externas al hogar, sobre todo en las grandes zonas urbanas. Una proporción de individuos parecen dormir con una lámpara de cabecera encendida, con una luz en el dormitorio, o mantienen la televisión encendida.
El desconocimiento de cómo nos afecta este tipo de exposiciones mientras dormimos no han sido tan extensamente estudiadas como otros tipos de exposición a la luz nocturna. Estudios recientes han demostrado que cualquier exposición a la luz artificial en el dormitorio durante el sueño, se asoció, por ejemplo, con obesidad en mujeres y niños, o con una mayor incidencia de diabetes tipo 2 en una población de edad avanzada.
Todos estos hallazgos sugieren que la luz en el dormitorio durante el sueño puede influir negativamente en nuestra salud metabólica. Sin embargo, todavía no se conocen bien los mecanismos exactos por los que esta exposición a la luz afecta a la regulación metabólica.
En este nuevo estudio, los investigadores se propusieron probar la hipótesis de que la exposición a la luz durante el sueño afecta negativamente a la homeostasis de la glucosa a la mañana siguiente y si este efecto se produce a través de la reducción de la calidad del sueño, la supresión de la melatonina o la activación del sistema nervioso simpático (SNS) durante el sueño.
Para ello se eligieron a un total de 20 jóvenes adultos para que formaran parte del experimento, dividiéndolos en dos grupos de 10 personas cada uno para probar ambas situaciones. En concreto, fueron distribuidos aleatoriamente en las condiciones de luz ambiental (una noche de luz tenue < 3 lux seguida de una noche con luz ambiental a 100 lux) y la condición de luz tenue (dos noches consecutivas con luz tenue < 3 lux).
Los dos grupos no fueron significativamente diferentes en cuanto a edad, índice de masa corporal (IMC), sexo y raza. Y la actigrafía realizada la semana anterior a la estancia en el laboratorio indicó que los participantes asignados al azar a las condiciones de luz ambiental y luz tenue tenían una hora de acostarse, una duración del sueño similares.
Resultados
Los resultados de la investigación, publicados recientemente en PNAS, muestran que en adultos sanos, una noche de exposición moderada a la luz (100 lux) durante el sueño aumenta la frecuencia cardiaca nocturna, disminuye la variabilidad de la frecuencia cardiaca (mayor equilibrio simpatoovagal) y aumenta la resistencia a la insulina a la mañana siguiente en comparación con el sueño en un entorno poco iluminado (menos de 3 lux).
Tal como se hipotetizó, los participantes asignados aleatoriamente a la condición de luz ambiental mostraron una mayor resistencia a la insulina por la mañana en comparación con los participantes en la condición de luz tenue. La resistencia a la insulina se produce cuando las células de los músculos, la grasa y el hígado no responden bien a la insulina y no pueden utilizar la glucosa de la sangre para obtener energía. Para compensarlo, el páncreas produce más insulina. Con el tiempo, el nivel de azúcar en sangre aumenta.
El aumento de la resistencia a la insulina y la alteración de la función de las células β desempeñan un papel clave en la patogénesis de la diabetes. Por ello, estos hallazgos podrían tener implicaciones para las personas que se exponen con frecuencia a la luz nocturna durante el sueño y que tienen un mayor riesgo de padecer diabetes de tipo 2.
“Un estudio anterior publicado en JAMA Internal Medicine analizó una gran población de personas sanas que se exponían a la luz durante el sueño. Tenían más sobrepeso y obesidad. Esta investigación nos permite mostrar un mecanismo que podría ser fundamental para explicar por qué sucede esto. Demostramos que afecta a la capacidad de regular la glucosa”, afirma Zee.
Los investigadores también descubrieron que la exposición a la luz ambiental hacía que el cuerpo entrara en un estado de alerta mayor. En este estado, la frecuencia cardíaca aumenta, así como la fuerza con la que se contrae el corazón y la velocidad con la que la sangre es conducida a sus vasos sanguíneos para que fluya la sangre oxigenada.
“Estos hallazgos son importantes sobre todo para quienes viven en sociedades modernas, donde la exposición a la luz nocturna en interiores y exteriores está cada vez más extendida y donde la preocupación por la salud cardiometabólica también va en aumento. Por lo tanto, es plausible que la disminución de la exposición a la luz nocturna interior durante el sueño pueda tener efectos beneficiosos sobre la salud cardiometabólica. Se necesitan futuros estudios que utilicen un tamaño de muestra mayor y un diseño cruzado aleatorio para estudiar los efectos de la variación de las longitudes de onda, la duración y las intensidades de la luz, con el fin de confirmar nuestros hallazgos y su posible traslación ecológica”, concluyen los investigadores en el Paper.
Consejos para reducir la luz durante el sueño
La Dra. Zee también se anima a dar algún consejo para reducir la luz durante el sueño:
- No enciendas las luces. Si necesita tener una luz encendida (lo que los adultos mayores pueden querer por seguridad), que sea una luz tenue que esté más cerca del suelo.
- El color es importante. El ámbar o una luz roja/naranja son menos estimulantes para el cerebro. No utilices luz blanca o azul y mantenla alejada de la persona que duerme.
- Las persianas o antifaces son buenos si no puedes controlar la luz exterior. Mueve tu cama para que la luz exterior no te dé en la cara.
Puede acceder al paper de la investigación en el siguiente enlace:
https://www.pnas.org/doi/full/10.1073/pnas.2113290119
Imágenes: Freepik